El insostenible costo de la salud
En Suiza, cada habitante consumirá servicios de salud por 7.150 francos suizos en 2005, el doble que hace una década.
El envejecimiento de la población acentúa la tendencia; situación que será insostenible para los suizos del 2015, quienes además cada vez reciben menos reembolsos por gastos médicos.
Nada es más oneroso en Suiza que su sistema de salud. Pero eso la población lo sabe de sobra.
Lo que desconoce es lo que las estadísticas revelan con esa mirada fría y objetiva que las caracteriza: los servicios de salud que recibe cada habitante helvético, sin importar si tiene un mes o 90 años de edad, costarán 7.150 francos en salud en 2005.
Y de mantenerse la trayectoria de la última década, para el 2015 afrontar dicho presupuesto será prácticamente insostenible, pues rebasará los 12.300 francos suizos anuales, casi el doble de su nivel actual.
Recursos que son desembolsados por el gobierno, los seguros y la población, como veremos más adelante, pero que afectarán sobre todo el bolsillo de las familias y de la población de más de 65 años.
Talla nacional e internacional
Si llevamos los datos anteriores a niveles nacional e internacional tenemos que, de acuerdo con la Oficina Federal de Estadística (OFS) y su más reciente informe sobre el costo de la salud en Suiza (24.03), este año se canalizarán 54.400 millones de francos para financiar a un gigante que de «protector del bienestar» amenaza con convertirse en depredador de la economía de la población.
¿Por qué?
Una forma de explicarlo es dimensionar la talla del presupuesto del que hablamos. Los recursos son suficientes para:
-Borrar de un plumazo el desempleo total que existe en el país durante cinco años consecutivos.
-Pagar durante 11 años la totalidad del presupuesto de la Defensa Nacional.
-Cubrir durante 13 años el 100% de los subsidios que recibe el campo.
Más aún, Suiza es el país europeo que más gasta en salud; y también encabeza la lista de los 31 países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) por monto de recursos destinados a este concepto.
Las indiscutibles ventajas
Ser el «número uno» en el rubro de la salud parece sinónimo automático de bienestar y tranquilidad para la población. Lo es sólo parcialmente.
Hay ventajas inobjetables, recogidas en los índices de la UNICEF sobre Suiza:
Es uno de los escasos países en los que la esperanza de vida alcanzó los 80 años de edad desde el 2003 (promedio entre hombres y mujeres); y el 100% de la población (urbana y rural) tiene acceso a instalaciones de saneamiento de primer nivel.
Las principales epidemias que han amenazado al mundo a lo largo de su historia están erradicadas; y la tasa de mortalidad de infantes menores de un año es la más baja del Viejo Continente.
Además, la industria suiza de la salud tiene prestigio internacional por su calidad y nivel de especialización.
Las desventajas
Las desventajas son económicas. El presupuesto destinado a financiar el sistema de salud ha crecido a un ritmo de 4% anual durante la última década.
¿Poco, mucho…? Es el triple de lo que ha crecido la economía como conjunto, que es la referencia con la que tendría que guardar congruencia.
Y la principal causa, según la opinión de los expertos del Centro de Investigación Coyuntural basado en Zúrich (KOF por sus siglas en alemán) es el envejecimiento de la población, no la mayor oferta de servicios de salud.
Nuevamente, de acuerdo con datos de la OFS, en Suiza el 40% de la población tiene menos de 40 años, y el 60% tiene entre 41 y 90 años (promedio).
Si lo evaluamos de una forma más sencilla: dos de cada 10 suizos tienen menos de 20 años y también dos de cada 10 suizos tiene más de 65 años. Y es este último grupo en particular el empleador intensivo de servicios de salud.
Al respecto, KOF agrega que a esto se debe que los trabajadores del sector salud hayan pasado de 248.000 a 310.000 entre 1991 y el 2003.
Quién paga qué…
De los 54.400 millones de francos suizos que serán destinados a cubrir servicios de salud en 2005, aproximadamente 38% beneficiarán a los hospitales; otro 35% se dirigirá a los llamados servicios ambulatorios (entre los que se incluyen dentistas o fisioterapeutas, entre muchos otros especialistas).
Y el resto, son recursos que reciben los servicios no hospitalarios, por ejemplo, establecimientos dedicados al cuidado de los ancianos o de personas con alguna discapacidad.
Ahora, ¿quién desembolsa los recursos?
El gobierno absorbe aproximadamente 20% del gasto de salud; después, los seguros sociales (entre los que se cuenta los seguros de enfermedad de base –LaMal-, seguros contra accidentes, pensiones y seguros militares) pagan otro 45%; y siguen siendo las finanzas domésticas las que cubren el 35% restante.
Sin embargo, cada vez más se reembolsa menos a los enfermos del pago que hicieron por los servicios médicos recibidos –lo que explica que recientemente aseguradoras y partidos políticos propongan aplicar un «bono» de diferenciación que permita pagar menos a quien lleve una vida más sana.
De cara al futuro, la estadística deja claro que disfrutar de servicios de salud de primer mundo, se convirtió ya en Suiza en un arma de doble filo porque para el 2015 implicará gastos insostenibles para las familias.
swissinfo/Andrea Ornelas
· En Suiza, el gasto en salud alcanzará los 7.150 francos por habitante en 2005, el doble que hace una década.
· El gasto nacional en salud sumará 54.400 millones de francos este año, 11,1% del PIB.
· El gasto anual en salud permitiría eliminar el desempleo suizo durante cinco años consecutivos.
· El 60% de la población tiene más de 40 años y dos de cada 10 suizos más de 65 años.
· Suiza cuenta con servicios de salud de primer nivel, reconocidos internacionalmente por su calidad y especialización.
· Los gastos en salud se han convertido, sin embargo, en un arma de doble filo porque son más caros que hace 10 años y para el 2015 serán financieramente insostenibles.
· De acuerdo con KOF, el envejecimiento de la población explica que el gasto en salud crezca tres veces más que la economía desde hace una década.
· El presupuesto de salud es pagado entre el gobierno, las familias y los seguros sociales (contra enfermedad, accidente, pensiones, etc).
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