El mayor espectáculo alpino del mundo

Pese a su apariencia fragil, el puente soporta un peso de 160 toneladas. (Foto: Robert Bösch) robert bösch

La gente acude en masa al glaciar del Trift para poder contemplar las repercusiones que tiene el calentamiento del planeta en los Alpes suizos.

Un glaciar, que se está derritiendo a un ritmo vertiginoso, se ha convertido en una gran atracción turística.

En la temporada estival es más fácil acceder a lo que queda del glaciar de Trift, gracias al nuevo funicular y un espectacular puente suspendido en el aire que acaba de inaugurarse.

Me encuentro en la mitad del puente, sobre el lago de color turquesa que han formado las aguas del deshielo del glaciar. Con las rodillas temblorosas, me pregunto qué palabras elegiría P.T. Barnum para describir este espectáculo natural.

Y me convenzo de que el matador americano, que vendía su espectáculo circense como «el más grande del mundo», se pondría a declamar: «Vengan señores, vengan a ver como justo delante de nuestros ojos desaparece lo que una vez fue un imponente glaciar.»

«Se derrite a tal velocidad que puedes ver a simple vista cómo se desprende de la roca. Es sólo una cuestión de tiempo: toda la mitad inferior se desprenderá de un momento a otro», confirma Walter Brog.

Brog no es un emulo de Barnum, ni un tipo que tiende a exagerar, sino la persona que en el último decenio ha observado, impotente, cómo se derretía el glaciar y perdía cientos de metros de superficie.

Hoy sólo queda una pequeña superficie de hielo, que se aferra desesperadamente a una pared de la montaña.

Conexión que faltaba

Hasta hace cinco años, los alpinistas solían atravesar la lengua del glaciar: era la vía más fácil para acceder al otro lado de la montaña y alcanzar la cuenca encima del hielo.

Walter Brog es el gestor de la cuenca y justamente para reemplazar la vía de conexión, hoy desaparecida, ha dado vida a un puente suspendido. En pocos meses se ha construido, por primera vez en los Alpes, una estructura ideada por un grupo de ingenieros suizos para un viaje a Nepal.

El puente, que parece suspendido en la nada, está situado cien metros por encima del lago y es el más largo de Europa de su índole, por lo que se ha convertido en una atracción turística.

Muchos apasionados del senderismo suben hasta aquí sólo para atravesarlo, sacar unas cuantas fotos y admirar el espectáculo desastroso que dejan los efectos del calentamiento del planeta.

El funicular

Simultáneamente a la inauguración del puente, la sociedad local de energía hidroeléctrica abrió al público su funicular que hoy permite acortar considerablemente la caminata para llegar hasta el puente y el glaciar. Si antes se necesitaban tres horas, ahora un alpinista en forma, con el calzado adecuado, puede alcanzarla en algo más de una hora.

El cunicular fue construido hace medio siglo para transportar material de construcción a una cuenca de recogida, situado a un centenar de metros debajo del glaciar. El agua recogida en esa cuenca, alimentada por los riachuelos y el deshielo del glaciar, se canaliza en un tramo de seis kilómetros a través de la pared rocosa para llegar a una central eléctrica.

Ernst Baumberger, portavoz de la central del Grimsel, cuenta que el interés que despierta el deshielo del glaciar del Trift ha brindado a la empresa nuevas oportunidades para promover los beneficios de la energía hidroeléctrica. «Es un hecho que favorece nuestra imagen, porque se nos permite mostrar cómo esta energía, que es renovable y ecológica, se produce en las regiones alpinas».

Atracción fatal

Hasta el año pasado, eran apenas 1.500 las personas que se aventuraban cada verano a descubrir la región de alta montaña que circunda el glaciar. Pero gracias a la inauguración del funicular – y a la irresistible atracción que ejerce el glaciar en vías de desaparición y el espectacular puente suspendido – ahora son 1.500 las que lo visitan cada la semana.

No obstante, «el deshielo de los glaciares alpinos nos plantea un problema: en verano tenemos demasiada agua. La ventaja de los glaciares, de hecho, es que acumulan agua y, por ende, regulan su circulación. Si el glaciar desaparece completamente, el agua no encontrará obstáculos en su descenso al valle y puede causar inundaciones», explica Baumberger.

Pero la velocidad con la que el glaciar del Trift se está derritiendo es el elemento que podría darle celebridad. «Queremos mostrar al público los efectos del calentamiento del planeta. Queremos contribuir a que la gente conozca mejor el fenómeno del calentamiento del planeta», argumenta Walter Brog.

Según los científicos, en el Trift podría producirse la caída de un inmenso trozo de hielo: su volumen equivaldría a cerca de un millón de metros cúbicos. Precipitándose al lago, provocaría una inmensa ola que inundaría el valle.

Una perspectiva horrible que se me pasa por la mente mientras me encuentro, acompañado de Walter Brog, en la mitad del puente suspendido y trato de resistir a las fuertes ráfagas de viento. Y es que las densas nubes que se acumulan en las cimas alpinas anuncia un temporal inminente.

swissinfo, Dale Bechtel, glaciar de Trift
(Traducción: Belén Couceiro)

Contexto

El ascenso al glaciar del Trift se puede hacer en un día.

Desde Meiringen, localidad del Oberland Bernés, se llega a la estación del cunicular en tren o autobús.

Hasta el puente suspendido sobre el lago glaciar es un trayecto de diez minutos en funicular y de una hora u hora y media de caminata.

A veinte minutos de camino del puente, está la cuenca alpina de Windegg, donde se ofrece alojamiento, comida y bebidas.

Para acceder a la cuenca del Trift, en cambio, se necesitan tres horas de caminata.