Suiza festeja 25 años de espíritu pionero
El 28 de abril 1992 se inauguró en la montaña de nombre predestinado, Mont-Soleil, la primera central solar de Suiza. La mayor de la época en Europa. Veinticinco años más tarde, esa fuente de energía renovable ha hecho progresos significativos, pero todavía lucha por salir realmente de la sombra.
“Primero buscamos sitios a través de los Alpes, pero nadie nos quería. Pensaban que éramos un grupo de ingenieros locos que tirábamos el dinero por la ventana”, recuerda Martin Pfisterer, uno de los iniciadores del proyecto y actual presidente de la compañía Société Mont Soleil, gestionada por el grupo energético bernés BKW.
En el Arco del Jura, sobre el Mont-Soleil, nació finalmente la primera gran central solar de Suiza.
Las dudas y las críticas iniciales fueron rápidamente suprimidas por la dimensión inédita del nuevo proyecto. Con sus 10 560 paneles solares repartidos en un terreno de 20 000 metros cuadrados a una altitud de 1 200 metros, Mont-Soleil se convirtió entonces en la mayor planta de energía solar en Europa.
Su inauguración generó una amplia cobertura mediática, incluso más allá de las fronteras nacionales. “Los sectores europeos de investigación y las empresas que codiciaban ese mercado emergente mostraron de inmediato un gran interés y acudieron numerosos a visitar nuestras instalaciones”, narra Martin Pfisterer.
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Una montaña dedicada a las energías renovables
Con un costo inicial de 8,7 millones de francos, el centro de Mont-Soleil aún alimenta de electricidad a cerca de 150 familias gracias a los 600 000 kWh que produce cada año. Sin embargo, sus artífices nunca tuvieron como ambición principal la rentabilidad. “Nos fijamos tres objetivos iniciales: mostrar que era posible realizar una instalación semejante, avanzar en la investigación y el desarrollo en el campo de la energía solar y crear un centro de información destinado al mundo científico y el público en general”, señala Pfisterer.
Después de 25 años de existencia y de múltiples colaboraciones, incluida una muy notable con el equipo de Bertrand Piccard para la concepción del avión solar Solar Impulse, la central de Mont-Soleil pretende seguir adelante. Se ha fijado un nuevo y ambicioso objetivo: contribuir al mejoramiento de la integración de la energía solar a la red eléctrica.
“La generación de energía fotovoltaica varía mucho en el curso de las estaciones, del día y del clima. El gran desafío de los próximos años será diseñar tecnologías de almacenamiento y regulación que permitan adecuar mejor la producción con la demanda efectiva”, precisa el responsable de la empresa Mont-Soleil.
En la actualidad, la energía solar cubre alrededor del 2,5% del consumo total de electricidad en Suiza. Unas cuatro veces menos que el total logrado en Alemania. Y todavía está lejos del 20% previsto por la Asociación Swisssolar en caso del ‘sí’ de los suizos a la Estrategia Energética 2050 de la Confederación el próximo 21 de mayo en las urnas.
¿Después de haber tenido un rol de pionera, Suiza se mostrará demasiado cautelosa en el desarrollo de esta energía renovable? No, estima Pfisterer, quien por el contrario, pondera la prudencia helvética en la materia.
“La energía solar tiene su lugar en el futuro energético de nuestro país, pero no es la solución milagrosa”, considera. “En Alemania, donde la instalación de paneles fotovoltaicos ha sido fuertemente subvencionada, a veces están obligados a eliminar la energía en el verano dado que no han resuelto los temas del almacenamiento y ajuste de la producción. No me parece un enfoque muy inteligente”.
Traducido del francés por Marcela Águila Rubín
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