Por qué los suizos siguen enfermando de sarampión

Tras el brote de sarampión en la escuela Steiner (Rudolf Steiner es uno de los fundadores de la pedagogía Waldorf) de la ciudad de Biel, a principios de febrero, 60 niños y niñas que no habían sido vacunados fueron enviados a sus casas. El fundador del movimiento educativo, Rudolf Steiner, es contrario a las vacunas. Y no es el único. Daniel Koch, jefe del departamento de enfermedades infecciosas de la Oficina Federal de Salud Pública de SuizaEnlace externo (OFSP), dice que algunas personas se muestran preocupadas por los efectos secundarios de las vacunas, pero asegura que las reacciones adversas son raras y que son mucho peores los efectos del sarampión.  

Enfermedad evitable

El sarampión se propaga fácilmente a través de la tos y los estornudos de las personas infectadas y puede provocar diarrea, infecciones de oído, neumonía, ceguera, inflamación del cerebro e incluso la muerte. Puede afectar a personas de todas las edades. Según cifras facilitadas por la Organización Mundial de la SaludEnlace externo, en 2017 se produjeron 110 000 muertes por sarampión en todo el mundo. La mayoría, entre niños menores de cinco años. Suiza apoya el objetivo de la OMS de eliminar la enfermedad.

+ Más sobre el sarampión en Suiza

En 2018 hubo 48 casos de sarampiónEnlace externo en Suiza, pero en un año de epidemia las cifras pueden llegar a superar los 1 000 enfermos (1 112, en 2009). La OMS defiende que para erradicar la enfermedad el 95% de la población debe estar vacunada. En Suiza, se vacuna el 94%.   

Existen grandes diferencias entre los distintos cantones suizos. Hay más cantones urbanos que llegan a un nivel cercano al 100%, mientras que las zonas rurales registran porcentajes bastante más bajos. La tasa de vacunación más baja, con el 82%, está en el pequeño cantón de Appenzell Rodas Interiores. (SRF/swissinfo.ch)