Exigen agilizar reforma agraria brasileña
Los Trabajadores Rurales de Brasil (MST) consideran que la reforma agraria avanza muy lentamente por lo que se movilizan para acelerar el proceso.
Potencia económica emergente, el gigante latinoamericano cuenta sin embargo con 50 millones de personas que viven con menos de un dólar por día.
«Para analizar la situación en el campo brasileño es necesario destacar algunos elementos esenciales como la enorme concentración de la tierra en el país, su injusta distribución y la resistencia de importantes sectores del poder económico a que haya más justicia en el campo, a que se agilice la tan esperada reforma agraria», sintetiza Beat ‘Tuto’ Wehrle.
El teólogo suizo, residente en Brasil desde hace más de veinte años e integrante de la directiva del CEDECA (organismo de apoyo a adolescentes marginales) y de la ONG helvética E-CHANGER, califica de «preocupante» la situación social de esa nación del cono sur americano, de la que dan cuenta las siguientes cifras:
Con 172 millones de habitantes y una superficie de 8.5 millones de kilómetros cuadrados, Brasil, 210 mayor que Suiza, es una potencia económica emergente. Empero, casi 50 millones de personas viven con menos de un dólar por día y 130 mil familias carecen de techo y duermen en asentamientos irregulares, bajo lonas y en plena carretera.
Además, sólo un 1% de la población es propietaria del 55 % de la superficie cultivable del país. En ese contexto, «es importante comprender cómo ha ido evolucionando el Movimiento de los Trabajadores sin Tierra» (MST).
Esa corriente social, explica el también promotor del Novo-Movimento, organismo suizo de solidaridad con los movimientos sociales de Brasil, ha pasado de la consigna ‘Reforma Agraria, la lucha es nuestra’ a defender la idea de ‘Reforma Agraria, la lucha de todos’ y ahora se bate ‘Por un Brasil sin latifundio’.
El proceso de cambio del pensamiento integra mucho mejor «la necesidad de que las transformaciones agrarias en Brasil vayan de la mano de los cambios sociales profundos en las ciudades», subraya Wehrle.
Al intervenir en la quinta conferencia de la serie ‘Sin derecho a la tierra no hay desarrollo’, organizada en Berna por la Asociación Latinoamérica-Suiza (ALAS), destacó la necesidad de recordar que sólo una pequeña parte de la población activa trabaja en el campo y está organizada en el MST, por lo que es fundamental «la alianza de todos los actores sociales» para lograr un país más justo.
Construir un nuevo Brasil
«Si algo marca nuestro enorme país es la extrema desigualdad» enfatiza a swissinfo Zaira Sabary Azar, dirigente nacional del MST de visita en Suiza. «Por eso, nuestra lucha es por la tierra, cuya concentración es el mal primero y mayor de Brasil. Pero también por la transformación de la sociedad. Y para ellos necesitamos que los trabajadores sean, en su conjunto, sujetos sociales».
Y en ese sentido, se lleva a cabo el sistemático trabajo organizativo y de educación del MST, que es hoy uno de los movimientos sociales más importantes de todo el continente americano.
«Hacemos trabajo sindical, pero no somos un sindicato. No somos verticalistas. Todo se organizan horizontalmente. Cualquiera de nosotros puede hacer múltiples tareas y ocupar diversas funciones», enfatiza Sabary.
Ilustra: «hoy puedo estar aquí con ustedes en una conferencia en Europa y mañana puedo ser cocinera en una ocupación de tierras o durante una marcha, y pasado puedo estar negociando en nombre del movimiento con el presidente de la República o con el gobernador de un Estado».
Lo esencial para el MST es «la formación, el estudio de cada uno de sus miembros. Sólo ese ejercicio puede asegurar la identidad nuestra como trabajadores y campesinos», señala la dirigente nacional.
La ‘mística’ del MST y el desafío del futuro
Ganar esa identidad implica «un proceso individual y colectivo en el cual la mística ocupa un lugar privilegiado en lo cotidiano», explica por su parte Isabelle Plomb, quien laboró como voluntaria de E-CHANGER durante tres años en un asentamiento del MST en el Estado de São Paulo y actualmente, funge como vicepresidenta de esa ONG en Suiza.
«La mística implica una serie de actividades diarias, desde el canto hasta las consignas, pasando por la discusión colectiva de los valores de la lucha, tanto entre los adultos como entre los jóvenes y los niños», enfatiza Plomb, quien durante su estadía en Brasil trabajó en el área de la salud del MST, especialmente en el desarrollo de plantas medicinales y terapias alternativas.
¿Cuál es el principal desafío del MST en la escena política brasilera?,
«Luchar, luchar y luchar. Nada va a llegar como regalo. Los grandes propietarios de la tierra y muchas gigantes empresas (entre ellas numerosas multinacionales) no quieren distribuir la tierra, no aceptan la reforma agraria», responde Zaira Sabary.
Añade que esa situación explica que «la violencia contra los sin tierra siga existiendo por parte de grupos militares que responden a los latifundistas y por parte de algunos gobernadores de derecha»
Y, justamente, el tema de la violencia constituye una de las grandes líneas de división entre el actual gobierno de Brasil y el precedente:
«(Fernando Enrique) Cardoso (1995-2002) tenía como objetivo político acabar con el MST, como mayor expresión de resistencia a la política neo-liberal. (Luis Inácio da Silva) Lula (desde el 2003) no puede hacer eso porque de hacerlo sería negar su propia esencia e identidad», concluye Sabary
swissinfo, Sergio Ferrari
El Movimiento de Trabajadores Rurales sin Tierra (MST) de Brasil es uno de los más activos e importante del continente americano.
Su objetivo principal es la reforma agraria en el país. Las expectativas creadas por el Presidente Lula da Silva al respecto no han sido satisfechas.
«La Reforma Agraria marcha a paso de tortuga» enfatiza en un artículo de prensa Joao Pedro Stedile, dirigente naconal del MST.
«El gobierno está en deuda con nosotros y con la Sociedad», sentencia Stedile.
Lula se comprometió a resolver el problema de tenencia de 400 mil familias, en los cuatro años de su gobierno.
Empero, en los dos primeros años sólo se ha solucionado el caso de 64 mil familias.
En mayo pasado, Lula reiteró su compromiso con la meta original establecida hasta el 2006.
«Si no cumpliéramos las metas de la Reforma Agraria, tendríamos un problema de conciencia con nosotros mismos», enfatizó.
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