Expansión del ‘Valle de la Salud’ suizo
Con el respaldo de un par de multimillonarios, una iniciativa para la investigación biotecnológica en Ginebra, el 'Campus Biotech', podría reforzar el desarrollo del ‘Valle de la Salud’ (Health Valley). El proyecto, presentado tras importantes pérdidas de empleo en la región, es recibido con entusiasmo.
En la recepción de la antigua sede de Merck Serono en Ginebra, se puede escuchar el vuelo de una mosca.
“Los últimos miembros del personal se fueron la semana pasada”, explica la solitaria recepcionista.
Hace poco más de un año, la empresa químico farmacéutica alemana Merck lanzaba una bomba biotecnológica al anunciar el cierre de las sus instalaciones en Ginebra, y la pérdida de 1.250 puestos de trabajo, para trasladar sus actividades de desarrollo de fármacos a la ciudad alemana de Darmstadt.
A finales del pasado mes de mayo se informó que el empresario Ernesto Bertarelli, cuyo abuelo fundó Serono, compañía farmacéutica vendida a Merck en 2007, y su colega suizo multimillonario Hansjürg Wyss, quien realizó parte de su fortuna con la venta de Synthes a Johnson & Johnson en 2011 por más de 21 mil millones de dólares, habían adquirido el lugar, de 40.000 metros cuadrados, por un monto no revelado.
Los empresarios formaron un consorcio con la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) y la Universidad de Ginebra, para crear ahí un nuevo instituto de bio y neuroingeniería, financiado con una donación de 100 millones de francos (103 millones de dólares) de la Fundación Wyss.
Los nuevos propietarios prevén instalarse en el extenso complejo para finales de junio. Cuando el proyecto esté en marcha, la tercera parte del espacio será ocupada por los laboratorios -que emplearán a 300 investigadores-, y el resto se convertirá en el hogar de nuevas empresas científicas (start-ups) y compañías ya establecidas, precisó el consorcio.
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Trazando nuevos territorios del cerebro
Golpe duro
La comunidad suiza de la biotecnología y el sector político han acogido con satisfacción la noticia. Confían en que el nuevo proyecto inyecte nuevos bríos a industria del ramo y al mercado laboral. El rector de la Universidad de Ginebra, Jean-Dominique Vassalli, precisó que les permitirá realizar un trabajo de investigación como “nunca nos habríamos imaginado nosotros solos”.
Jürg Zürcher, especialista en biotecnología en la firma Ernst and Young, manifestó sin embargo un cauteloso optimismo. “El cierre de Merck Serono el año pasado tuvo un gran impacto en la industria biotecnológica suiza. El nuevo campus no compensará de la noche a la mañana la supresión de empleos en Merck Serono y tomará tiempo recuperar la confianza y lograr una clara comprensión de lo que se quiere hacer”.
Pero estima que es un “buen punto de partida y que existe una excelente infraestructura”.
“El campus podría convertirse en un centro de talento y un punto focal. A mediano y largo plazos, creo que va a tener un impacto positivo en Ginebra, la región del Lago de Ginebra y Suiza en su conjunto”, dijo Zürcher.
Convergencia
Desde principios de la década del 2000, el oeste de Suiza ha sido testigo de la convergencia de las tecnologías de la biotecnología y la medicina, promovida por personas como el presidente de la EPFL, Patrick Aebischer, para formar el llamado ‘Valle de la Salud’.
Esta constelación en rápido crecimiento, se extiende desde el cantón del Valais hasta Ginebra, en el oeste del país, y hasta Neuchâtel y Berna, en el norte. Reagrupa a 750 empresas de biotecnologías y tecnologías médicas, empresas de nueva creación y multinacionales, como Baxter, Debiopharm y UCB Farchim, y 20 centros de investigación y universidades, y emplea a 25.000 personas. El grupo se encuentra entre los tres principales centros europeos del sector junto a Cambridge y Oxford.
Aunque acoge con satisfacción los planes de los multimillonarios, Benoit Dubuis, presidente de BioAlps, una asociación que ha promovido el ‘Valle de la Salud’, descartó que la iniciativa fuera “una revolución”, y considera que es más bien el reconocimiento de lo que se ha hecho en la región.
“Wyss podría haber elegido Singapur o Shanghái para establecer su instituto pero eligió Ginebra y encontró socios confiables como la EPFL, la Universidad de Ginebra y Bertarelli”, apuntó.
Para él, el objetivo no es duplicar lo que se hace en Boston, en el Wyss Institute for Biologically Inspired Engineering de Harvard.
La tecnología desarrollada en esa institución, de nivel mundial, incluye, por ejemplo un “pulmón-en-un-chip”, un micro-dispositivo revestido con células humanas que imita las complejas funciones del pulmón, y una abeja robótica que puede ser utilizada en misiones de búsqueda y rescate .
Pero, señaló Dubuis, el enfoque de Wyss “de la innovación, la colaboración y el traslado de la tecnología” encaja perfectamente con lo realizado en la región en el ‘Valle de la Salud’ suizo, a saber, investigación interdisciplinaria y más estrechas sinergias con la industria que sigue el desarrollo de la ‘bioconvergencia’ – la reunión de la industria farmacéutica y la tecnología médica.
La biotecnología es la ciencia que utiliza organismos vivos para mejorar medicamentos, cultivos, combustibles y otros productos.
En Suiza, la mayoría de las empresas del sector se agrupan alrededor de la región de Basilea o Zúrich, pero también hay grupos importantes en los cantones de Ginebra y el Tesino.
La industria generó ventas por 4.700 millones de francos en 2012. Alrededor de 1.300 millones se gastaron en investigación y desarrollo en Suiza.
La industria emplea a más de 13.700 personas.
Fuente: Informe Biotech Suiza 2013
Mejor promoción
Si bien la iniciativa Campus Biotech puede impulsar la industria local, Zürcher advirtió que Suiza es demasiado pequeña para que la región del Lago de Ginebra compita con otras regiones suizas, como Basilea y Zúrich.
Basilea es considerablemente mayor. Según la Asociación BioValley Basilea, la región del noroeste cuenta con unos 50.000 funcionarios que trabajan en ciencias de la vida, así como 15.000 científicos adscritos a universidades, centros de investigación y parques tecnológicos. En total, 900 empresas farmacéuticas y de tecnología médica tienen ahí su sede, incluyendo los gigantes Novartis y Roche. Globalmente, eso representa el 40% del total de las compañías farmacéuticas más importantes del mundo.
Zúrich también tiene un próspero sector de tecnología médica -aunque menor que el ‘Valle de la Salud’-, en el que laboran alrededor de 21.000 personas, lo que representa un 4% del PIB del cantón de Zúrich.
En conjunto, estas tres regiones forman la red más densa de las empresas de biotecnología en el mundo.
“Suiza misma es una constelación. Está bien posicionada a escala mundial, pero tiene que concentrarse en sus puntos fuertes y pensar en lo que cada región puede hacer mejor”, agregó.
El especialista en ciencias de la vida dijo que la comunidad suiza debe mantener los ojos puestos en la competencia asiática, especialmente de la India y China. Enfatizó el caso de Shanghái, que abrió recientemente un segundo centro de innovación biotecnológica y un centro de reclutamiento de expatriados chinos residentes en la costa oeste de los Estados Unidos.
“Las personas se trasladan a lugares donde las condiciones de trabajo son mejores, hay un buen nivel científico y acceso a la financiación. Tenemos esas cosas en Suiza, por lo que vamos a hacer el mejor uso de ellas. Necesitamos una mejor promoción de las ciencias de la vida en Suiza como con tantas cosas que hacemos aquí, pero de las cuales no hablamos lo suficiente”, agregó.
El sector suizo de tecnologías médicas cubre un amplio espectro de productos, tecnologías y competencias. Muchas empresas fabrican implantes. El sector tiene sus raíces en ámbitos de alta precisión como el de la relojería y la maquinaria.
Alrededor de 1.600 empresas suizas se dedican a la tecnología médica y emplean a unas 51.000 personas. Ese campo ha registrado, en los últimos dos años, una tasa de crecimiento anual de más del 1,5%.
Las tecnologías médicas representan el 2,1% del PIB suizo, 1,1% del empleo total y el 5,5% del valor total de las exportaciones. Esas cifras son superiores a las de otros países líderes internacionales como los EE.UU. y Alemania.
Las empresas suizas de tecnología médica invierten un 13% de sus cifras de negocios en investigación y desarrollo, promedio que se ha mantenido estable durante los últimos cinco años.
Alrededor del 60% de los fabricantes de tecnología médica suiza colaboran con las diez universidades y las dos escuelas politécnicas suizas (Lausana y Zúrich).
Fuente: Swiss Medtech Informe 2012
Traducción, Marcela Águila Rubín
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