Starmus y el poder de la inspiración
Garik Israelian es astrofísico y músico. Brian May es músico y astrofísico. De su encuentro nació StarmusEnlace externo, el festival que se dirige al espíritu, al alma y a los sentidos. A descubrir del 24 al 29 de junio en Zúrich.
Suiza sede del jubileo
Después de tres ediciones en las Islas Canarias y una en Noruega, el festival eligió Suiza, a propuesta del astronauta nacional Claude Nicollier y de la marca Omega, cuyos relojes lucen desde hace 50 años en las muñecas de los astronautas de la NASA. Hace medio siglo, Neil Armstrong y Buzz Aldrin desplegaron una bandera estadounidense en la Luna y una hoja suiza de aluminio destinada a recoger partículas de viento solar, algo imposible de hacer en la Tierra. El experimento fue concebido en la Universidad de Berna.
En 1999, estuvo a la cabeza del equipo internacional que definitivamente validó una idea que estaba en el horizonte desde hacía 200 años. Después de sus explosiones de supernovæ, que iluminan toda la galaxia, las estrellas gigantes se empequeñecen hasta convertirse en agujeros negros. Una primicia que le valió una cita de Stephen Hawking. No hay duda: Garik Israelian es un pez gordo. Sin embargo, el astrofísico con 250 publicaciones, el hombre que trabajó con ganadores del Premio Nobel y enseñó hasta en Australia, tuvo, tiene y tendrá siempre otra pasión antes que aquella de las estrellas: la música.
‘Glam’ contra ‘Prog’
Acuna sus primeros años en Ereván, la capital de Armenia, entonces una república socialista soviética. Nacido en 1963, experimenta durante su adolescencia la explosión creativa de los setenta que lanzó el rock a la conquista del mundo. Mientras que los ‘fiesteros’ se divierten con el glamur del que David Bowie es solamente la figura más famosa, los ‘intelos’ prefieren una música menos primaria, llamada rock sinfónico, flotante o progresiva (Pink Floyd, Genesis, Yes…), que todavía hoy tiene muchos entusiastas en el Este. Garik es uno de ellos. Toca el teclado y la guitarra en un grupo.
Luego viene Queen, que reconcilia a todo el mundo con su estilo, que es a la vez salvajemente divertido y audazmente ‘prog’.
“Queen fue un shock para nosotros, y Brian May, su guitarrista, un verdadero héroe. Cuando tenía 17 o 18 años, incluso escribimos una carta al club de fans del grupo para decirles lo mucho que los admirábamos. Pero ¿qué posibilidad tenía una carta enviada desde la URSS de llegar a Inglaterra?”, se pregunta aún ahora con una sonrisa maliciosa.
Fan de la ciencia ficción
La astronomía, llegará más tarde. El primer hombre en la luna no le dejó muchos recuerdos. Sin embargo, los medios de comunicación soviéticos habían alabado deportivamente este triunfo estadounidense, mientras que su país había recogido las victorias por etapas: primer satélite artificial, primer hombre, luego primera mujer en órbita, primera caminata espacial, primera sonda automática en la Luna…
Convertido en astrofísico, establecido en las Islas Canarias, cerca de un telescopio óptico que es aún el más grande del mundo, Garik Israelian observa en 1997 gigantescas protuberancias en Rigel, en la constelación de Orión, una de las estrellas más calientes de la galaxia. Y eso lo inspira para escribir el guion para una película de ciencia ficción, otra gran pasión para él. “¿Y si tales cataclismos se produjeran en nuestro sol? ¿Cómo reaccionaría la humanidad sabiendo que tiene 15 días para prepararse para lo peor?”
El encuentro, veinte años después
El director del instituto donde trabaja Garik conoce a Brian May. Estudiante de astrofísica en la época en la que Queen se hizo grande, el guitarrista nunca ha perdido el interés por esa disciplina (se doctorará en 2007) y viene regularmente a las Islas Canarias.
“Le envié las diez páginas de mi sinopsis y dos semanas después me dicen: ‘Brian May está al teléfono, quiere hablar contigo’. Veinte años después, la carta de los fans no recibida, fue un shock”. Las estrellas brillan en los ojos del profesor Israelian cuando evoca ese recuerdo.
La película nunca se producirá, aunque los dos hombres que se hicieron amigos intentaron “muy duro” vender la idea durante dos años. Sin embargo, nació la idea de Starmus (por “estrellas y música”, por supuesto). Objetivo: inspirar al espectador, lograr que se interese por la ciencia, y quizás encender en los más jóvenes la chispa inicial de “un fuego que arderá el resto de sus vidas”.
Gente interesante
Al reunir sus respectivas libretas de direcciones, los amigos consiguen atraer a un impresionante panel de oradores desde la primera edición, celebrada en 2011 en Tenerife y La Palma. La receta no ha cambiado desde entonces: ganadores del Premio Nobel, astronautas y músicos, para una alternancia de conferencias públicas y conciertos,
¿Nombres? Serían demasiados, una mirada al programaEnlace externo de la edición 2019 le convencerá de ello. Baste decir que Stephen Hawking era un habitual, que casi todos los astronautas vivos del programa Apolo han estado allí, con Alexei Leonov, el primer hombre en caminar en el espacio, y una buena docena de ganadores del Premio Nobel.
En cuanto a la música, además del siempre llamativo Brian May, Zúrich recibirá a un héroe del teclado (Rick Wakeman) y a otro de la guitarra (Steve Vai), además de Hans Zimmer, compositor ganador del Óscar y prácticamente asignado al director Christoph Nolan (la trilogía Batman,Inception Interstellar).
Gente interesante, se lo decíamos, capaz de inspirarle…
Traducido del francés por Marcela Águila Rubín
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