Herbicida altamente tóxico de Syngenta en la mira
El Gramoxone (paraquat), comercializado por Syngenta, causa problemas de salud en Burkina Faso. Con base en estudios, ese país quiere incluir el producto en la lista de la Convención de Rotterdam como uno de los más venenosos.
Aparentemente, esa situación no perturba a la empresa, con sede en Basilea.
Lesiones cutáneas, fiebre, dolor en los huesos tras el contacto con la piel, problemas respiratorios en caso de inhalación, quemaduras en los ojos y trastornos oculares si hay contacto con los ojos, dolor abdominal, vómitos y parálisis de la mandíbula después de la ingestión son algunas afecciones que provoca el herbicida.
En los meses de junio y julio de 2010, las autoridades de ese país de África occidental realizaron un estudio piloto junto con la representación local del Convenio de Rotterdam. Este tratado de la ONU, signado por la mayoría de los países del mundo, tiene como objetivo enmarcar la utilización de productos químicos y plaguicidas peligrosos a escala mundial. Su principal preocupación: la salud humana y protección del medio ambiente.
El estudio se centró en 650 agricultores de tres regiones de Burkina Faso. Al final, los investigadores identificaron 296 casos de intoxicación relacionados con la aplicación de plaguicidas. En el 20% de los casos existe la sospecha que el Paraquat, presente en el Gramoxone, es el desencadenante.
Los investigadores constataron que los agricultores suelen carecer tanto de recursos materiales y financieros como de los conocimientos necesarios para utilizar estos productos correctamente. Dado su impacto, demandan en su estudio la prohibición del paraquat y su inclusión en el anexo III del Convenio de Rotterdam. El gobierno de Burkina Faso hizo suya esta conclusión y ha trasmitido una notificación oficial a la Secretaría de la Convención.
Otros países también evalúan prohibición
Burkina Faso tendría dos opciones para comprometer a la otra parte. Prohibir el producto mediante notificación a la Secretaría o esperar a que un país de otro continente haga lo mismo. El país africano parte de observaciones concretas y documentadas y pide que se incluya en el anexo III la formulación precisa del super Gramoxone (paraquat 200 g / L).
Un comité de científicos analizará el informe a fines de marzo. En caso de que lo apruebe, la Conferencia de las Partes de la Convención de Rotterdam de 2013 (junio 2011 es muy pronto) discutirá si incluye al paraquat en el anexo III.
Consultados al respecto, ni el Ministerio de Agricultura de Burkina Faso ni el coordinador científico del estudio, Adama Toé, precisaron los siguientes pasos que van a dar. En Roma, la Secretaría de la Convención explica que por primera vez desde 2001 un país en desarrollo solicita la inclusión de una fórmula plaguicida extremadamente peligrosa en el anexo III.
Francois Meienberg, representante de la Declaración de Berna, ONG suiza comprometida desde hace tiempo contra el paraquat, no está muy convencido de que la demanda de Burkina Faso sea aceptada. La decisión argumentada por los expertos dará una primera señal.
Sin embargo, señaló que nueve países de la región del Sahel evalúan la prohibición del paraquat. Un indicio adicional de que el producto, ya prohibido en varios países, genera protestas.
Inclusión equivaldría a prohibición de importación
Técnicamente, los productos extremadamente peligrosos – actualmente son cuarenta – inscritos en el anexo III no están prohibidos. Se trata sobre todo de una cuestión de información y colaboración. Su importación presupone que el país firme una declaración previa sobre la base del conocimiento compartido (“Procedimiento de consentimiento previo con conocimiento de causa”). Un enfoque preventivo en cualquier caso.
Francisco Meienberg ve en la prohibición una oportunidad para los países en desarrollo que no siempre disponen de los medios para reunir los datos necesarios para realizar un amplio informe o tomar una decisión basada en argumentos.
La inclusión en el anexo III haría que un número de países suprimiera sus importaciones de paraquat, según prevé el representante de la Declaración de Berna con base en lo que ha observado en productos ya registrados. Los sellos para alimentos que excluyen el uso de productos químicos enumerados en el anexo III también lo tendrían en cuenta.
Un “producto del futuro”
Syngenta, con sede en Basilea, no respondió a las reiteradas demandas de información de swissinfo.ch sobre la problemática de su producto. Sin embargo, la empresa difunde en su página web corporativa argumentos a favor del paraquat y en otra rúbrica específica, llamada centro de información sobre el paraquat, explica detalladamente la manera de utilizarlo.
Syngenta indica que «el paraquat es y seguirá siendo vital para satisfacer la creciente demanda de alimentos, fibras y combustibles producidos por la agricultura». La firma suiza afirma poseer los datos completos que demuestran la seguridad del paraquat para los usuarios, los consumidores y el medio ambiente”.
La compañía también escribe que «se ha comprometido a promover el uso seguro de sus productos, incluido el paraquat, a través de sus servicios y capacitaciones. En 2007, estos programas llegaron a 3.4 millones de agricultores en todo el mundo». No hace falta decir que la batalla por el herbicida, producido durante cincuenta años, no ha terminado.
Nace de la fusión, en 2000, de las empresas agroquímicas Novartis y d’Astra Zeneca. Esta sociedad con sede en Basilea emplea a más de 25.000 trabajadores en 90 países, 10% de ellos en Suiza.
Sus principales centros de producción están en Suiza, Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia, China, India y Brasil.
Forma parte de una de las tres principales multinacionales especializadas en la protección de cultivos (herbicidas, fungicidas, insecticidas, etc.) y en la concepción y producción de semillas.
La empresa registró durante el 3° trimestre de 2010 un incremento del 11% en sus ventas (2.2 mil millones de dólares). Y 18% más en su sección de Protección de Cultivos (1.7 mil millones). Su volumen de negocios anual sobrepasa los 10 mil millones de dólares.
Es uno de los herbicidas más usados en el mundo: Syngenta lo vende en un centenar de países bajo el nombre de Gramoxone.
Comercializado hace cincuenta años, elimina a toda una serie de plantas que reducen la calidad o el rendimiento de la cosecha de maíz y cereales, soja, frutas, café y té, algodón, aceite de palma.
Altamente tóxico, el paraquat está prohibido en Suiza, Francia, Escandinavia, Rusia y en particular en Camboya. La Unión Europea lo autorizó en 2004, pero esa decisión fue anulada por los tribunales tras la apelación de varios países.
(Traducción, Rosa Amelia Fierro)
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