Heroína: el modelo suizo crea escuela en el extranjero
Los tratamientos que Suiza ha lanzado con base en la heroína han sido exitosos, constatan diversos estudios. Disminuyen los efectos de la dependencia.
Las críticas y los miedos iniciales ceden ante un gran interés en el extranjero por el modelo suizo, particularmente en Italia.
Los programas de distribución de heroína bajo control médico provocan aún cierta desconfianza de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es normal, porque la OMS se encuentra bajo la influencia de gobiernos que siguen una política represiva en materia de drogas, comenzando por Estados Unidos.
Lanzado en 1994, el modelo suizo crea escuela en el extranjero. Tratamientos con base en el uso de heroína han sido introducidos o experimentados en Alemania, en los Países Bajos, Dinamarca, Bélgica, en el Reino Unido, España y Canadá. Especialistas de otros países, incluida Italia, manifiestan un interés creciente.
Sin propaganda
«Nunca hicimos propaganda para nuestros programas, pero desde hace algunos años recibimos diversas solicitudes de informaciones por parte de expertos y responsables de la Salud Pública de otros países», declara Martín Hosek, coordinador de tratamientos de sustitución de la Oficina Federal de Salud Pública (OFSP).
Estos programas representan uno de los principales ejes de la estrategia seguida por las autoridades para limitar los daños causados por la droga: mortalidad, enfermedades, criminalidad, prostitución y marginación social. Hasta ahora, casi 3000 toxicómanos participaron en ellos.
Estos tratamientos son aplicados sólo en consumidores que tienen un largo historial de dependencia de la droga y que no reaccionan positivamente a la metadona ni a otros productos de sustitución.
Experiencias confirmadas
«Las terapias con base en el uso de heroína mostraron claramente su valor para una categoría bien definida de personas que han experimentado sin éxito otras terapias. Para ellas, es un poco como una última esperanza», explica Martín Hosek.
«Estos últimos años, nuestros experimentos han sido confirmados por estudios realizados en los Países Bajos y en Alemania, prosigue. Las investigaciones también mostraron que, en los casos más graves de dependencia, los tratamientos con heroína pueden dar mejores resultados que aquellos con metadona».
Los resultados positivos de la política de reducción de riesgos también fueron evidenciados por un estudio realizado por dos investigadores de la Universidad de Zúrich, el sociólogo Carlos Nordt y el psiquiatra Rudolf Stohler. Este estudio fue publicado en junio en la revista médica ‘The Lancet’.
Fuerte alza en el extranjero
«Al principio, temíamos que la política más liberal de las autoridades suizas atrajera a un número aún más importante de personas hacia la heroína. Pero este miedo no tuvo fundamento», subraya Carlos Nordt.
El estudio de ambos investigadores muestra particularmente que en el cantón de Zúrich – donde reside más del 20% de los toxicómanos suizos- 850 personas habían caído en la dependencia de la heroína en 1990, y que el número bajó a 150 en el 2002.
Otros países, comenzando por aquellos que apostaron a una política represiva, no lograron una semejante curva descendente. Inglaterra y Australia registraron, incluso un aumento en el curso del mismo período. En Italia, se observaron fuertes oscilaciones de un año al otro. Pero los investigadores de Zúrich consideran que los datos procedentes de Italia son incompletos.
«En Suiza, la acción de otorgar carácter médico del consumo de heroína ha contribuido ciertamente a cambiar la imagen de los consumidores: de rebeldes, se hicieron perdedores. A los ojos de los jóvenes, son enfermos forzados a recurrir a tratamientos médicos», observa Carlos Nordt.
Menos mortalidad y transmisión del sida
La política de reducción de daños adoptada por las autoridades suizas generó efectos positivos también en cuanto a la mortalidad y la transmisión del sida. La disminución fue del 50% en el espacio de diez años. Y también se han registrado resultados positivos en la lucha contra la criminalidad y la prostitución.
«Con relación a países como el Reino Unido, donde la criminalidad está a menudo vinculada con el consumo de drogas, pudimos comprobar que en Suiza este fenómeno prácticamente desapareció en el curso de los últimos años», añade Carlos Nordt.
Su estudio muestra en cambio que el modelo suizo no dio mejores resultados que en otros países en cuanto a la proporción de personas que logran apartarse definitivamente del mundo de la droga.
«Personalmente, me queda claro que ni una política represiva ni una actitud liberal ayudarán mucho a liberar a un consumidor de heroína de su dependencia. Sólo podemos elegir si aumentamos los sufrimientos de las víctimas de la droga o si disminuimos las consecuencias de esa dependencia para los consumidores y para la sociedad», concluye el sociólogo.
swissinfo, Armando Mombelli
(Traducción, Marcela Águila Rubín)
En Suiza se cuenta un total de cerca de 25.000 personas dependientes de la heroína.
Dos de cada tres consumidores siguen programas terapéuticos.
14.500 toxicómanos reciben tratamientos con base en el uso de la metadona, 1.300, de la heroína y 500 de buprenorfina.
El problema de la heroína alcanzó su paroxismo en Suiza en la segunda mitad de los años 80. Las imágenes de centenares de toxicómanos, reunidos diariamente en Zúrich, dieron la vuelta al mundo.
La droga mató entonces a más de 400 toxicómanos por año. Las enfermedades (sida, hepatitis), la criminalidad y la prostitución se propagaban.
En 1991, la Confederación lanzó una nueva estrategia basada en cuatro pilares: la prevención, la represión, la terapia y la reducción de los daños.
Diversos programas de reducción de riesgos han sido desarrollados en el curso de los años siguientes: terapias con base en el uso de heroína, distribución de jeringas estériles, apertura de locales para los toxicómanos.
La escena abierta de la droga fue desmantelada desde mediados de los años 90. Gracias a nuevos programas, el consumo de heroína comenzó a bajar y la mortalidad se redujo a la mitad.
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