Inteligencia artificial en Suiza: novedades para 2025 

Las plataformas sociales que utilicen algoritmos de IA de manera intensiva se enfrentarán a normas más estrictas en Suiza. Keystone / Urs Flueeler

2025 es un año crucial en Suiza para el desarrollo de la inteligencia artificial (IA). Nos esperan normativas nuevas, un ChatGPT suizo y vehículos autónomos. 

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El desarrollo de la IA se aceleró de manera significativa el año pasado en el país alpino. En el Foro Económico Mundial de Davos (WEF, por sus siglas en inglés), el Gobierno suizo reafirmó su compromiso de posicionar a Suiza como líder en IA responsable, inclusiva y transparente. Impulsadas por la Ley de IA de la Unión Europea (UE), las autoridades federales helvéticas declararon que este año, tras varios retrasos, presentarán una propuesta normativa. La ley pretende minimizar riesgos como la discriminación y la vigilancia.   

Asimismo, para combatir la desinformación, los vídeos e imágenes falsas [deepfakes] y los contenidos violentos en redes sociales como Facebook, X, Instagram y TikTok, Suiza tiene previsto introducir una ley sobre plataformas digitales. Los derechos de las personas que utilicen esas plataformas se verán reforzados y se exigirá más transparencia sobre los contenidos ofrecidos en los feeds de las páginas sociales.  

Otro gran cambio —desde el punto de vista legal— es la luz verde al uso de vehículos autónomos en las carreteras suizas. ¿Se encamina el país alpino hacia un futuro sin conductores?  

En el frente tecnológico, el Gobierno y los institutos federales de tecnología están desarrollando modelos lingüísticos especializados para sectores estratégicos: una especie de «ChatGPT suizo». Michael Wade, profesor de la escuela de negocios IMD y director del centro TONOMUS (Centro mundial para la transformación digital y la IA), nos ha comentado estos cambios clave en el panorama suizo de la IA.

1. Hacia una regulación de la IA en Suiza  

El Gobierno suizo lo ha dejado claro: este año la regulación de la IA será un tema central. En la Estrategia Digital 2025Enlace externo, las autoridades han hecho hincapié en la importancia de las normas para proteger los derechos fundamentales y la democracia de los riesgos de la IA. Al mismo tiempo, también se promueve la innovación y la competitividad del país.  

No es la primera vez que el Gobierno federal opta por regular ámbitos específicos de la tecnología. La normativa suiza sobre criptomonedasEnlace externo está considerada como una de las más avanzadas del mundo. A finales de 2023 antes de decidirse a promulgar una normativa específica sobre IA, las autoridades suizas —probablemente presionadas por la aplicación inminente de la Ley de IA de la Unión Europea— dudaron durante algún tiempo.

A principios de este año se publicará una propuesta legislativa. Algo más tarde de lo inicialmente anunciado, tal y como dijo el ministro de Comunicaciones, Albert Rösti. Aunque Michael Wade reconoce que más vale tarde que nunca: «No regular la IA sería como permitir a las empresas farmacéuticas inventar nuevos medicamentos y tratamientos y sacarlos al mercado sin comprobar su seguridad».

2. Normas más estrictas para las plataformas digitales

Una nueva ley impondrá normas más estrictas a las principales plataformas sociales, como Google, Facebook, YouTube y X (antigua Twitter). La normativa deberá presentarse a principios de año, tal y como indican Angela Müller y Estelle Pannatier, de AlgorithmWatch CH, que siguen de cerca las consultas gubernamentales.

«Hay que cambiar y establecer normas para estas plataformas, con el fin de facilitar un debate público constructivo que sirva a la sociedad y a la democracia», afirman ambas activistas.

Las grandes plataformas sociales son responsables no solo de la difusión de contenidos informativos y de entretenimiento, sino también de noticias falsas, imágenes y vídeos manipulados (deepfakes), desinformación, incitación al odio y a la violencia. Con la integración de la IA, estas plataformas son cada vez más hábiles a la hora de captar la atención y moldear la opinión pública, siguiendo a menudo normas opacas que establecen empresas privadas.

La UE ya ha regulado este ámbito mediante la Ley de Servicios Digitales y la Ley de Mercados Digitales (DMA, por sus siglas en inglés), que permiten a los Estados miembros exigir a las plataformas sociales que adopten medidas contra los contenidos nocivos. Un ejemplo reciente es la decisión de Meta (propietaria de Facebook e Instagram) de poner fin en Estados Unidos a su programa de verificación de hechos. La UE ha reaccionado rápidamenteEnlace externo y ha advertido de que cualquier medida similar en Europa exigiría presentar a la Comisión Europea una evaluación de riesgos.

Wade subraya que las propias empresas deberían establecer directrices éticas para garantizar un uso seguro y responsable de la IA. «Por desgracia, muchas empresas de Silicon Valley van en la dirección contraria», añade. 

3. Luz verde a los vehículos autónomos

Otro avance importante se refiere a los vehículos autónomos, que, a partir del 1 de marzo de 2025, estarán permitidos en determinados tramos de carretera que designen los cantones. En las autopistas se podrá utilizar la función de piloto automático, siempre que una persona siga estando al volante.

La conducción autónoma se basa, en gran medida, en la integración de la IA. Los algoritmos actúan como los ojos, el cerebro, los brazos y las piernas de los vehículos, permitiéndoles percibir, navegar y reaccionar en diversas situaciones. La autonomía, sin embargo, no será total: solo se permitirán vehículos supervisados por un operador externo.

Las ventajas parecen numerosas: más seguridad vial (ya que el 95 % de los accidentes se deben a errores humanos) y mayor movilidad para las personas mayores o con discapacidad. La tecnología, no obstante, todavía no está lo suficientemente madura como para permitir la conducción autónoma en las calles de las ciudades y en zonas muy transitadas, donde circulan peatones y pueden surgir muchos imprevistos.  

«Hacen falta más inversiones y empresas tecnológicas dispuestas a comprometerse, pero en Suiza todavía no hemos llegado a ese punto», señala Wade. A nivel mundial, Estados Unidos y China —con servicios de robotaxi ya disponibles— son los países más avanzados a la hora de implantar vehículos autoconducidos. Estos países han invertido miles de millones en desarrollar esta tecnología. 

4. Trabajar en «versiones suizas» de ChatGPT

Suiza también pretende desarrollar grandes modelos lingüísticos (LLM, por sus siglas en inglés) para aplicaciones específicas en ámbitos como la ciencia, la educación, la sanidad, la robótica y los estudios del clima. Estos esfuerzos no pretenden replicar un modelo de IA generalista como ChatGPT que responda a todas las preguntas, sino centrarse en áreas en las que Suiza destaca y puede aportar valor añadido, como la sanidad y la industria farmacéutica.

«No necesitamos otro modelo de IA generativa, sino modelos más precisos, baratos y respetuosos con el medioambiente», explica Wade. 

Los institutos federales suizos de tecnología colaboran con este objetivo, para que Suiza se libere de la dependencia de sistemas opacos desarrollados y explotados a puerta cerrada por empresas privadas. «En Suiza tenemos la infraestructura y algunos de los mejores talentos del mundo: podemos impulsar el desarrollo tecnológico en áreas clave de importancia social, alineándolo con los valores helvéticos», afirma Antoine Bosselut, responsable del grupo de investigación sobre sistemas de procesamiento del lenguaje natural de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) y miembro del comité directivo de la Iniciativa Suiza de IA.  

El proyecto está en curso y ya ha producido modelos innovadores para aplicaciones en diversos campos, la medicina, incluidaEnlace externo. Para el verano se esperan nuevos avances, como un LLM suizo y nuevas herramientas para biomedicina y meteorología. Aunque es poco probable que la Iniciativa Suiza de IA genere un cambio inmediato hacia herramientas de IA más fiables. Sigue siendo un reto competir con el alcance, la escala y los recursos en el desarrollo de modelos de IA a gran escala invertidos por países como Estados Unidos, dice Wade.  

«Suiza, como la mayoría de los países, todavía depende, en gran medida, de tecnologías extranjeras, sobre todo estadounidenses. Es probable que este año continúe esta tendencia», concluye el profesor.

Editado por Veronica De Vore. Adaptado del italiano por Lupe Calvo / CW