La ecoansiedad, cómo afecta el cambio climático a la salud mental
El calentamiento global y la degradación del medio ambiente pueden provocar trastornos de ansiedad y depresión, sobre todo entre los más jóvenes. El psiquiatra Philippe Conus habla de un grave problema de salud pública que debe abordarse de inmediato. De lo contrario, afirma, asistiremos a "una epidemia de problemas mentales relacionados con el clima".
El cambio climático no sólo tiene efectos físicos. En algunas personas también provocan un estado de malestar emocional que puede afectar a la vida cotidiana. Es lo que se conoce como ecoansiedad (o ansiedad climática), el miedo constante al cambio climático y sus repercusiones sobre los seres vivos y el planeta. En casos graves, la ecoansiedad puede desembocar en crisis de ansiedad o síndromes depresivos.
La ecoansiedad afecta aproximadamente a una décima parte de la población, según encuestas recientesEnlace externo. Sin embargo, las personas que afirman estar muy preocupadas por el cambio climático, y que por tanto podrían sumirse en un estado de angustia psicológica, son mucho más numerosas.
«Algunas personas especialmente preocupadas por el tiempo pierden el sueño, experimentan ansiedad constante y se hunden en la desesperación».
Philippe Conus, psiquiatra
Philippe Conus, responsable del Departamento de Psiquiatría General del Centro Hospitalario Universitario del Cantón de Vaud (CHUV), afirma que el número de enfermos de ansiedad ecológica va en aumento. “Pero no se presta suficiente atención al problema”, señala.
Este verano Conus presentó una peticiónEnlace externo para que se abordara la cuestión lo antes posible con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud. El objetivo no es otro que preservar la salud mental de la población, como explica en la entrevista.
SWI swissinfo.ch: El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha anunciado recientemente que el cambio climático está provocando que la Tierra sea «inhabitable». ¿Qué sentimientos le despierta el futuro?
Philippe Conus: Estoy bastante preocupado. No estoy obsesionado con el fin del mundo, pero sí tengo una sensación de inquietud, y hasta cierto punto de ansiedad. A nivel climático, está ocurriendo lo que predijeron hace más de 30 años los investigadores del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático.
A mí y a casi el 70% de la población suiza también nos preocupa lo que está ocurriendo. Sequías, temperaturas récord e inundaciones sin precedentes están a la vista de todos. ¿Cuándo se convierte en problemático este estado de preocupación?
La ansiedad es una reacción normal ante un problema que puede tener consecuencias graves. Eso mismo también se aplica a la ansiedad, es decir, al miedo a algo que aún no se ha producido. Es un tipo de emoción, como la tristeza.
Se vuelve problemática cuando este estado de ánimo afecta a la vida cotidiana, las relaciones sociales, el estudio o el trabajo. Algunas personas especialmente ansiosas por el tiempo pierden el sueño, experimentan ansiedad constante, ya no pueden ir a trabajar y se hunden en la desesperación.
>> ¿Qué significa estar preocupado por el clima? Este vídeo muestra la experiencia de Cathleen, una joven de 21 años (reportaje de RTS del 24.11.2021)
¿Cómo podemos definir la ansiedad ecológica?
No existe una definición oficial y la ansiedad ecológica no es una patología en sí. Se trata de un sentimiento de ansiedad ante las consecuencias futuras del cambio climático. Eso se ve amplificado por un sentimiento de impotencia: los afectados se sienten al mismo tiempo culpables de la situación, víctimas de la inacción del mundo político e impotentes ante el problema.
¿Cuáles son las repercusiones del cambio climático en la salud mental?
El impacto no se limita a la ansiedad ecológica. En primer lugar, están los efectos directos: las personas afectadas por una catástrofe natural muy destructiva pueden desarrollar estados de depresión o estrés postraumático.
Luego están los impactos graduales ligados a la lenta progresión de las consecuencias del cambio climático: reducción de la fertilidad del suelo, subida del nivel del mar, desaparición de peces. Las personas que dependen del medio ambiente profesionalmente o para su subsistencia desarrollan estados de ansiedad, depresión y aumenta la prevalencia del suicidio.
Los impactos indirectos, por su parte, son la ecoansiedad o solastalgia, es decir, la angustia emocional que uno siente cuando se da cuenta de que el entorno en el que creció ha cambiado negativamente debido al clima o la contaminación.
¿Sólo las personas con afecciones psicológicas preexistentes desarrollan trastornos relacionados con el cambio climático?
Las personas que sufren trastornos mentales son más vulnerables a los efectos del cambio climático. Las causas son tanto sociales -los pacientes psiquiátricos son por término medio más pobres que la población general y tienen menos medios para adaptarse a las consecuencias del cambio climático- como relacionadas con la propia enfermedad. En los individuos con trastorno bipolar, la interrupción del sueño durante las olas de calor provoca un aumento de las fases de crisis.
En cuanto a la ecoansiedad, todo el mundo puede experimentarla en función de su percepción del cambio climático. Sus efectos sobre la salud mental dependen de los mecanismos de defensa de cada persona, de su historia vital y de los posibles traumas con los que pueda resonar esa ansiedad.
Según el mayor estudio internacionalEnlace externo sobre ecoansiedad y juventud, publicado en 2021, casi el 60% de los encuestados se declararon «extremadamente preocupados» por las consecuencias del cambio climático y más del 50% dijeron sentir tristeza, rabia, impotencia y culpabilidad. ¿Cuál es la situación en Suiza?
Las cifras en Suiza coinciden con las del estudio internacional, quizá ligeramente superiores. En 2022, realizamos una encuesta entre unos 2.000 estudiantes de ambos sexos en la Universidad de Lausana; el 85% aseguró que se sentía «preocupado» por el cambio climático; el 65%, «muy preocupado». El 53% dijo que no quería tener hijos en este mundo.
¿Qué tratamiento sugeriría a una persona que sufre de eco-ansiedad?
No existen tratamientos estándares. El diagnóstico de la ecoansiedad no está reconocido en las clasificaciones internacionales de enfermedades.
Dicho esto, yo diría en primer lugar que es normal sentirse ansioso. No es una enfermedad ni un estado de locura y, de hecho, hay buenas razones para estarlo. El enfoque es el que se adopta con las personas traumatizadas o que han sufrido abusos sexuales.
«Los efectos nocivos del cambio climático en la salud mental deberían reconocerse a escala mundial».
Philippe Conus, psiquiatra
Sin embargo, a quienes les inquieta el tiempo hay que decirles que no hay que pasarse todo el tiempo leyendo noticias negativas en Internet o en los periódicos. Es importante estar en contacto con la naturaleza y reconectar con la realidad. Al fin y al cabo, aunque estén amenazados, la biodiversidad y la naturaleza siguen existiendo. También sugiero ser activo, por ejemplo participando en asociaciones o en política. Eso da la impresión de recuperar cierto control sobre la situación.
En casos más graves, se puede considerar la posibilidad de recurrir a enfoques psicoterapéuticos o incluso la prescripción de ansiolíticos o, si es necesario, antidepresivos.
En julio organizó en Lausana la conferencia anualEnlace externo de la Asociación Mundial para la Intervención Temprana en Salud Mental. ¿Se habló también de la ansiedad ecológica?
De los cerca de 500 carteles científicos presentados, sólo una decena estaban relacionados con el clima y el medio ambiente. En mi intervención quise llamar la atención sobre el hecho de que el cambio climático puede causar trastornos mentales. Se trata de un problema grave que aún no ha recibido la atención que merece. Debemos abordarlo sin evasivas.
Pasar a la acción, pero ¿cómo?
Los efectos nocivos del cambio climático en la salud mental deben reconocerse a escala mundial. El personal médico y de enfermería debe recibir formación sobre la ecoansiedad para poder reaccionar adecuadamente con las personas que la padecen.
El papel de los profesionales de la salud y la ciencia también consiste en implicar activamente y alertar al mundo político sobre este problema, al que a menudo se resta importancia. Nuestros sistemas sanitarios ya están al borde del colapso y no podrán hacer frente a las enormes consecuencias sanitarias del cambio climático. Combatir el cambio climático es la mejor intervención temprana y preventiva para evitar una epidemia de problemas de salud mental relacionados con el clima.
Texto y vídeo adaptados del italiano por Carla Wolff
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