La nieve artificial puede ralentizar pero no detener el deshielo de los glaciares
La nieve artificial puede ralentizar el deshielo de un glaciar, pero estos proyectos son costosos y no estabilizan el glaciar, según el estudio de un proyecto en el sudeste de Suiza.
«Si de verdad queremos salvar los glaciares, será mejor que empecemos por la protección del clima», afirma Matthias Huss, glaciólogo de la Escuela Politécnica Federal ETH de Zúrich.
Ha trabajado en un estudio sobre el impacto del primer proyecto de rescate de glaciares de este tipo en el mundo, en el glaciar Morteratsch, en la región de Bernina, cantón de los Grisones. Los resultados se publican en el número de marzo de la revista de la Asociación Suiza de Gestión del Agua.
El proyecto «Mortalive» se puso en marcha en febrero de 2021, y la idea era sencilla: mientras el hielo esté cubierto de nieve, no podrá derretirse. La nieve tiene una reflectividad mayor que el hielo desnudo, por lo que los rayos del sol se reflejan y no afectan al deshielo.
Según el estudio, el glaciar Morteratsch perderá entre el 56% y el 71% de su volumen en los próximos 40 años sin ninguna intervención externa. La nieve artificial podría evitar entre un tercio y un cuarto de esta pérdida de aquí a 2060. Esto retrasaría algo el declive del glaciar, pero «a largo plazo, es sólo una gota en el océano», dice Huss.
Los costes también son elevados. Habría que invertir unos 150 millones de francos suizos (164 millones de dólares) para instalar un sistema que produce nieve artificial sobre el glaciar. «Además, el impacto sobre la naturaleza virgen de la Alta Engadina sería considerable», afirma Huss.
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