¡La pobreza no respeta ni a los ricos! (I Parte)
Ese mal endémico y milenario de la humanidad no exime a sectores poblacionales de los países con economías sólidas: Se estima que un millón de personas sufren de precariedad en la Confederación.
En el ‘Manual sobre la pobreza en Suiza’, Caritas desentraña ese agazapado fenómeno del paisaje social helvético. Christin Kehrli, coautora del estudio, habla a swissinfo.
«Yo creo que lo que más me impactó fue la constatación del alto número de personas en situación de pobreza o en riesgo de pobreza, porque no se les ve en la calle. Hasta antes de este estudio, yo no me había dado cuenta de su amplitud. Me sorprendió ver que la pobreza estaba tan bien escondida, que es un tabú tan grande», indica la investigadora.
Christin Kehrli, licenciada en Historia Económica y Social, y Carlo Knöpfel, Doctor en Ciencias Políticas, colaboradora una y responsable el otro del sector de Estudios de Caritas Suiza, recibieron la encomienda de hurgar en todos los resquicios de la indigencia en el país con el propósito de delinear sus dimensiones y desvelar la multiplicidad de sus rostros.
«En Caritas nos dimos cuenta de que no había un panorama general sobre la pobreza en Suiza. Había muchos estudios segmentados sobre algunos temas específicos de la pobreza, como por ejemplo, la pobreza y la salud o la pobreza y la familia monoparental, pero ninguno que englobara todos los aspectos», señala nuestra interlocutora.
El objetivo, pues, era escribir un manual que cubriera todo lo que se sabe sobre ese fenómeno en el país y que al mismo tiempo ofreciera pistas sobre lo que se desconoce. La empresa exigió a Christin Kehrli un año entero de trabajo a tiempo completo, amén de la labor de conducción de su profesor y coautor del texto y de Stefan Gribi, responsable de las ediciones de Caritas, cuya contribución se tradujo principalmente en el estilo del manual.
«Nos queríamos dirigir a una población muy amplia y entonces había que escribir de una manera lo menos técnica posible y fue él quien nos ayudó a encontrar ese lenguaje». Una misión fundamental, habida cuenta que la investigación «es esencialmente un trabajo de sensibilización para la población, para mostrar que existe verdaderamente un tema: la pobreza, de la que hay que hablar y un tabú que hay que romper».
La pobreza, ¿un tabú?
Para los suizos, responde la especialista, la situación económica forma parte de la esfera privada. Es una cuestión a cuya intimidad velan celosamente. Las viejas consignas de los buenos modales aconsejaban evitar, por «escabrosos», los temas de la religión y la política. En Suiza, el tema a sortear en las charlas de cortesía es el del salario
«Es difícil plantear la pregunta de ¿cuánto gana? Se prefiere guardar la discreción. Y las personas afectadas por la pobreza intentan que los otros no la vean. Ahorran en otros sectores y mandan a los niños a la escuela vestidos lo mejor posible. Se retiran cada vez más sobre sí mismos».
De esa manera, la pobreza adquiere el carácter que le es propio en Suiza: la exclusión social.
«Como no pueden pagar una invitación (el regalo para un cumpleaños, por ejemplo) o no quieren que los otros vean cómo viven, aquellos que carecen de los medios necesarios, se encierran en sí mismos», insiste la investigadora.
El estigma de la Asistencia Social
Para los suizos pues, la pobreza se cultiva en ‘el jardín secreto’ y sea por pudor, por orgullo, con la esperanza de resolver por sí mismos una situación crítica, o para evitar esa suerte de hierro que representa, muchos de ellos soslayan el apoyo que podría proporcionarles el Estado.
«En Suiza, la percepción de la ayuda social está ligada a una cierta estigmatización, sobre todo en las regiones rurales. Ahí nadie se expone a las críticas o a la mirada de los vecinos y eso está ligado a la vergüenza y al orgullo de poder satisfacer sus necesidades por sí mismo, incluso si la situación es difícil. También con frecuencia, si las personas están seguras de que se trata de una situación temporal, prefieren arreglárselas por sí mismos, aun cuando la ayuda social está concebida como ayuda temporal».
Y ello, amén de los trámites…
«Por otra parte está también el hecho de que no siempre es muy clara la manera de tener acceso a esa ayuda. Además hay que mostrar todas las cuentas, los libros, presentar todos los papeles, lo que, afecta el secreto familiar… rompe la intimidad. No critico eso. Imagino que para algunas personas es demasiado íntimo».
…y de las costumbres:
«Y otro punto es que en nuestro país la línea de parentesco, ascendente o descendente, obliga a ayudarse. Si alguien va a pedir asistencia, la Ayuda Social puede pedir a los padres (o hijos) hacerse cargo de sus familiares. No se hace siempre y por todas partes, pero existe la posibilidad. Y para algunas personas eso constituye una barrera. No quieren que la Ayuda Social vaya a pedir a sus padres (o hijos)».
Meras estimaciones
Se estima que más de un 50% de las personas que necesitarían y podrían recibir la asistencia oficial no la piden; sin embargo, es imposible determinar con exactitud la estadística, como resulta difícil precisar el número total de pobres en la geografía helvética.
Se habla de un millón de personas -la friolera de uno de cada siete habitantes de Suiza-, en situación de precariedad. Empero, esa cifra se establece también a título de mera estimación. Entre los obstáculos para saber cuántos pobres hay, está la falta de consenso sobre quiénes son pobres. Es decir, ¿a partir de qué momento se es pobre en Suiza?
A escala internacional se ha llegado a un acuerdo para definir la pobreza como la situación de aquel que percibe menos de la mitad del ingreso medio de la población, «pero en Suiza hay muchos umbrales de pobreza y no se ha podido fijar un umbral oficial. La mayor parte del tiempo se toman como referencia las normas de la Conferencia Suiza de la Ayuda Social» (En más sobre el tema: ‘Manuel sobre la Pobreza en Suiza’).
Entre otros factores, la disparidad de los precios en los diversos cantones, en particular de los servicios básicos como el alquiler y las primas del seguro médico, dificultan el consenso.
«Es difícil y peligroso decir: ‘una persona que gana tal o cual cantidad es pobre si vive en Zúrich o en los Grisones. ¡Es diferente!».
Con respecto a los abusos en que incurrirían solicitantes de la ayuda social, la investigadora es contundente:
«Se trata de una situación verdaderamente marginal. Hay muy pocos casos, pero que son muy mediatizados. Los casos de abusos son realmente marginales».
swissinfo, Marcela Águila Rubín
En Suiza no se ha podido establecer un umbral de pobreza oficial, ni un mínimo vital válido para todos.
Diversas son las causas de la pobreza en Suiza, incluidos el débil nivel de formación, los bajos salarios, el endeudamiento, los divorcios, el desempleo prolongado, las condiciones de trabajo precarias o las enfermedades largas.
Se estima que cerca del 30% de la población corre el riesgo de caer en la pobreza como consecuencia de circunstancias individuales.
Es más frecuente la incidencia de la pobreza entre los jóvenes y entre los extranjeros.
Las familias con varios hijos y monoparentales, así como los jóvenes adultos con dificultades para acceder al mundo del trabajo, son los más propensos a la precariedad.
En cumplimiento de los estándares JTI
Mostrar más: SWI swissinfo.ch, certificado por la JTI
Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.