La vida por delante pero… ¡sin trabajo!
A 20 años, Stéphanie Clerc, que acaba de terminar su aprendizaje, se vio obligada a inscribirse en el sistema de desempleo.
Entrevista con la reciente diplomada comercial de La Chaux-de-Fonds en ocasión de la jornada sobre el desempleo juvenil, este martes, en Berna.
Stéphanie tiene todo para alcanzar el éxito. Diploma, buena formación profesional y «buena presentación» –como lo piden los anuncios. Solamente que no hay muchos anuncios. Cuatro exactamente desde que esta joven empleada comercial busca trabajo.
«Envié ofertas espontáneas. Unas sesenta en total… ¡es mucho! Y, sin embargo, nada a la vista. No he sido convocada para una sola entrevista».
La falta de experiencia
Sin mayores explicaciones, le han devuelto sus papeles con la nota de que «por el momento, no hay vacantes».
«Pienso que el problema esencial es la falta de experiencia -destaca Stéphanie-. Con frecuencia, los empleadores piden tres años de experiencia y yo tengo veinte años, casi acabo de terminar mi aprendizaje».
«Debo decir que eso me molesta un poco: quieren gentes con experiencia… pero, ¿cómo vamos a tenerla si no nos dan oportunidad?».
En Suiza, decenas de miles de jóvenes se encuentran en el mismo caso que Stéphanie. El sector poblacional de entre 15 y 24 años es el más afectado por el desempleo, con una tasa de 4,7% (contra 3,8% de aquel de 25 a 49 años, por ejemplo).
Y esa cifra considera únicamente a los jóvenes inscritos en el desempleo. Hay que tener en cuenta que muchos de los chicos no se registran «por vergüenza o por ignorancia», precisa el secretario central del sindicato Juventud UNIA, Jean-Christoph Schwaab.
En su opinión, el porcentaje de desempleados de entre 15 y 24 años llega a los 10 puntos.
Por otra parte, 21.000 jóvenes esperan una plaza para su aprendizaje. «Son muchachos que han concluido su escolarización obligatoria y que se encuentran en situación de desempleo o en situación transitoria (curso de lenguas, semestre de motivación, etc). Es una mala manera de comenzar la vida», puntualiza Christoph Schwaab.
Encontrar una plaza para el aprendizaje
Al término de la escolaridad obligatoria, Stéphanie eligió convertirse en empleada comercial precisamente porque pensaba que esa formación le «abriría muchas puertas».
Se dispuso entonces a encontrar una plaza para su aprendizaje. Envió 120 ofertas –»manuscritas»- y obtuvo… una entrevista. El resultado fue positivo. Fue contratada por una administradora inmobiliaria. A los 19 años, Stéphanie obtuvo su diploma, dejó el hogar familiar y se mudó a un departamento de dos piezas y medida.
Su patrón prolongó su contrato por seis meses. Sin embargo, al término de ese lapso, a finales de febrero, nada en perspectiva. A principios de marzo la chica se vio obligada a inscribirse en el desempleo. Comienzo de otra vida «a veces un poco vacía».
Un hueco a llenar
«Por la mañana me esfuerzo en levantarme muy temprano para mantener el ritmo en caso de que encuentre pronto un trabajo. Luego tomo un café y reviso los periódicos. Hago las compras, la comida, la limpieza… ¡pero eso está bien por un tiempo!»
Algunas veces las jornadas son largas. Hay que tratar de llenar los vacíos… Cuando hay sol es más fácil. Voy a pasear al borde del lago, pero a veces me hacen comentarios, no son malos, pero las personas me dan a entender que pierdo el tiempo».
Cambiar de orientación
La oficina de desempleo exige que las personas inscritas envíen diez ofertas por mes. «Yo hago siempre 15 o 16», subraya Stéphanie.
«Voy a continuar todavía hasta las vacaciones de verano y si no logro nada, voy a intentar una nueva orientación porque no puedo quedarme un año sin empleo… ¡necesito moverme, trabajar!»
En un primer momento la joven buscó en los sectores sociales y de salud. «Mi sueño sería trabajar en un establecimiento médico para personas en edad avanzada, un centro de toxicomanía o un hogar para discapacitados».
Necesidad de apoyo
Para poder lograr su sueño, Stéphanie propuso a la oficina de desempleo el seguimiento de un curso de la Cruz Roja para la obtención de un certificado de auxiliar de salud.
«El curso comienza en agosto. Mi consejero me dijo que de aquí a entonces, sin duda, habré encontrado algo en mi rama y que el desempleo no está para financiar una nueva formación, sobre todo si no hay mercado (laboral)».
«Salí de esa entrevista un poco abatida, pero voy a perseverar, inclusive si algunos días me siento sola».
Stéphanie sigue postulando. «De todas maneras, no tengo opción… Tengo veinte años, toda la vida por delante: es necesario que encuentre un trabajo. Sobre todo, un trabajo que me guste».
swissinfo, Alexandra Richard
Traducción, Marcela Águila Rubín
En Suiza, de manera proporcional, los jóvenes son los más afectados por el desempleo.
Para aquellos entre 15 y 24 años la tasa media era de 4,7% (3,8% entre 25 y 29 años) en el 2004; es decir: 28.310 personas.
Sin embargo, según los sindicatos, alrededor de uno de cada diez jóvenes no se inscribe en el sistema de desempleo.
Los jóvenes sin empleo serían entonces más del doble de los registrados.
Un total de 21.000 jóvenes están a la espera de una plaza de aprendizaje, de acuerdo con la Secretaría Suiza de Economía (Seco).
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