«La violencia futbolística en Europa es política»
Identidad, nacionalismo, violencia, familia, hinchada, racismo y democracia son algunas de las palabras que resuenan en vísperas de un campeonato de fútbol. ¿Qué debe esperarse para cuando las estrellas del balompié den el puntapié inicial de la Eurocopa 2008?
El sociólogo argentino y experto en culturas populares, Pablo Alabarces, traza un análisis exclusivo para swissinfo. Entrevista.
swissinfo: ¿Qué pasa en una sociedad cuando hay un campeonato de fútbol tan importante como la Eurocopa? ¿Es similar a lo que sucede con la Copa América, por ejemplo?
Pablo Alabarces: La Eurocopa concentra mucha más fuerza simbólica. Tiene que ver con que tiene un proceso de clasificación muy complejo donde compiten muchos países y son pocos los que se clasifican, apenas 16.
Es infinitamente más atractiva que una Copa América porque participan los ‘mejores fútboles’ del mundo y porque al ser cada cuatro años la atención se concentra en ese momento.
swissinfo: ¿Cuánto hay de verdad en que este tipo de eventos concentra también la ‘atención nacionalista’?
P.A.: Desde hace bastante tiempo el eje de la atención identitaria en el fútbol internacional está más puesto sobre los fenómenos locales y regionales que sobre las cuestiones nacionales.
En Italia, por ejemplo, son más interesantes las disputas norte-sur entre ciudades o regiones que la selección italiana. En Gran Bretaña está el caso escocés, donde algunos colegas lo han calificado como el ‘patriotismo de los 90 minutos’, o un patriotismo explotado solamente en el momento del partido.
En España, los hinchas alientan a la selección pero en realidad están mucho más preocupados por la polémica entre vascos, catalanes y valencianos, o gallegos y asturianos.
swissinfo: ¿Hay excepciones?
P.A.: Sí. Donde hay exacerbaciones nacionalistas los fenómenos futbolísticos pueden llegar a ser buenos catalizadores. Pasa con Europa del Este; pasa con las ex repúblicas balcánicas, fundamentalmente serbios y bosnios y, en menor medida, los croatas…
Pero son justamente los lugares donde la pulsión nacionalista sigue muy poderosa y entonces el deporte funciona como un ‘motor’ fantástico.
swissinfo: ¿Por qué entonces existe esa percepción de ‘fervor nacionalista’ a la hora de estos campeonatos?
P.A.: Una cosa muy llamativa es que los publicitarios insisten en ‘promocionar’ nacionalmente. En América Latina se ve claramente como el tema nacional funciona muy bien como argumento de ventas aunque no funcione como argumento de identidad.
El escritor Alejandro Dolina una vez dijo que si se jugara un campeonato mundial donde se seleccionaran los mejores 200 jugadores del mundo y que por sorteo se repartieran en 16 equipos, seguramente saldría un fútbol superior pero que no le interesaría a nadie.
Estas competencias interesan justamente a partir de la ficción de que lo que está en juego es que la camiseta designa a la bandera y que la bandera designa a la patria, etc.
swissinfo: El tema de la violencia en el fútbol trasciende todas las fronteras ¿Qué debería esperarse en esta Eurocopa?
P.A.: Creo que habría dos ejes: uno es el tema del racismo, del cual el fútbol no tiene la culpa pero que lo hace entrar en escena.
Por otro lado, es una ocasión para poder confrontar ‘estilos hinchísticos’. Los hinchas italianos son muy jactanciosos de ser hinchas ruidosos, bullangueros; los ingleses están convencidos de que son los mejores aficionados del continente y los alemanes no le van en zaga, mientras que los turcos piensan que su deber moral ¡es pelearse con todos ellos!
Ahí está lo que en general no se entiende, y es que mucha de esta violencia es puramente significativa y no instrumental. No es que se trata de ‘barras bravas’ que con la violencia intentan obtener beneficios económicos, sino que se trata de gente que experimenta un profundísimo placer con la violencia.
swissinfo: ¿Se pueden trazar paralelismos entre las ‘barras bravas’ latinoamericanas y estos ‘actores’ europeos?
P.A.: En el caso europeo aparece a veces un condimento político y ahí es donde entra el racismo: hay violencia de ultraderecha que está soportada por discursos muy radicales, muy xenófobos, contra el inmigrante, contra el negro…
Muchas veces la violencia futbolística en Europa es política, como es el caso celebérrimo en Italia que es la oposición entre los hinchas de la Lazio, que muchos se definen como fascistas de Mussolini, y los del Livorno, que se dicen comunistas de Stalin.
La violencia latinoamericana es apolítica y puramente futbolística.
swissinfo: ¿Qué se despierta cuando, como en este caso, compiten equipos pequeños, como el suizo, frente a otros grandes como el alemán, el español o el italiano?
P.A.: La tradición del David y el Goliat. Lo que ocurre es que el fútbol basa todo su encanto en lo que se llama la ilusión democrática.
El deporte se inventa en Inglaterra a mediados del siglo XIX en el mismo momento en que se inventan los regímenes democráticos. La idea es diseñar esquemas que permitan la igualación de los competidores.
En el fútbol todos son iguales al empezar el partido y gana el mejor. Es el sistema meritocrático de cualquier sistema democrático. La ventaja del deporte es que era realmente así, mientras que las sociedades reales demostraron rápidamente que de democráticas no tenían nada.
En el deporte ese sistema democrático permitía que el débil le ganara al poderoso. Ahí radica el encanto del fútbol: la posibilidad, aunque remota, de que el campeón de esta Eurocopa sea Suiza u otro equipo pequeño.
Entrevista swissinfo: Norma Domínguez, Buenos Aires
Pablo Alabarces nació en 1961 en Argentina – Es Licenciado en Letras, Magíster en Sociología de la Cultura y Doctor en Filosofía (University of Brighton – UK)
Sus trabajos versan en la Sociología de la cultura, su especialidad es culturas populares en América Latina y dentro de ella su singularidad es fútbol y Rock.
Es Secretario de Posgrado de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires y profesor titular del seminario «Cultura popular y cultura masiva», de esa universidad
Es autor de varios libros en su especialidad, entre los que se encuentran:
‘Cuestión de pelotas. Fútbol, deporte, sociedad, cultura’ (1996)
‘Deporte y Sociedad’ (1998, compilación)
‘Peligro de gol. Estudios sobre deporte y sociedad en América Latina’ (2000, compilación)
‘Fútbol y Patria. El fútbol y las narrativas de la nación en la Argentina’ (2002)
‘Futbologías. Fútbol, identidad y violencia en América Latina’ (2003, compilación
‘Crónicas del aguante. Fútbol, violencia y política’ (2004)
‘Hinchadas’ (2005)
La violencia en el fútbol europeo tiene antecedentes históricos, con enfoques políticos y regionalistas:
Al Real Madrid se lo vinculó siempre con el franquismo; a Chelsea, con la extrema derecha, y lo mismo al Lazio de Roma.
En Inglaterra, los ‘hooligans’ gritan cada vez que se miden contra los alemanes «Two world wars, one world championship!» (¡Dos guerras mundiales, un campeonato del mundo!)
El nacimiento del ‘hooliganismo’ inglés es de fines de los 60, en el mismo momento en el que surgieron las barras bravas en Argentina, en 1967.
Por Diego Maradona, emblema del Napoli en los 80 y 90, es conocida en Argentina la lucha entre el norte y el sur italiano.
En Holanda también es cotidiana la lucha entre el Ajax Ámsterdam y el Feyenoord de Rotterdam.
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