En tiempos difíciles las universidades suizas ganan terreno
Luciana Vaccaro asumirá en breve la presidencia de swissuniversities, el grupo que une a las universidades suizas. Su agenda está repleta de temas; entre otros, la exclusión de Suiza de los principales programas europeos de investigación y educación.
Vaccaro afirma a través de videoconferencia que asume la presidencia de swissuniversities —que comienza oficialmente en febrero— con “humildad”. Física de formación, es rectora de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Suiza occidental (HES-SO), la mayor universidad de este tipo en el país helvético.
Vaccaro nació en Suiza en 1969, mientras su padre trabajaba en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), situada cerca de Ginebra, pero pasó la mayor parte de su infancia en Nápoles (Italia).
Luciana Vaccaro es licenciada en Física por la Universidad Federico II de Nápoles y doctora en Microtecnología por la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL). Desde 2006 ha centrado sus esfuerzos en la gestión universitaria y ha formado parte de varios consejos nacionales de ciencia e innovación. En 2013 —con solo 44 años— fue nombrada rectora de la HES-SO. Una institución que cuenta con 22 000 estudiantes y está repartida por siete cantones de Suiza occidental.
Casada y madre de dos hijas, en su tiempo libre Vaccaro disfruta cocinando (sobre todo para sus amistades), haciendo deporte y viajando.
Como presidenta de swissuniversities, esta ciudadana con doble nacionalidad suiza e italiana representará tanto a nivel nacional como internacional a la comunidad universitaria suiza. El trabajo para que Suiza sea readmitida en Horizonte Europa —el mayor programa mundial de financiación de investigación— y en Erasmus+ —que se ocupa de la educación y los intercambios— será clave. Las negociaciones con la Unión Europea sobre estas cuestiones están estancadas por desacuerdos políticos sobre la estructura de las relaciones entre Suiza y la UE.
SWI swissinfo.ch: Uno de los mayores retos a los que se enfrenta en la presidencia es la exclusión de Suiza desde 2021 de Horizonte Europa y perder el acceso a su presupuesto de 95 500 millones de euros (95 000 millones de francos). ¿Cómo va a abordar usted esta cuestión?
Luciana Vaccaro: Ahora el problema es político, así que está muy por encima de mí. Algún día Suiza y Europa encontrarán una vía común para resolver sus diferencias. Yo no puedo influir en ello. Pero lo que sí puedo decir —y seguiré diciendo— es que la plena asociación a Horizonte Europa es importante para nuestra comunidad [científica] y especialmente para nuestros jóvenes investigadores y estudiantes.
Agradecemos mucho que los fondos suizos que debían ir a Bruselas [para Horizonte Europa] se queden en Suiza y se dediquen a la investigación. Tenemos que pensar cómo podemos sustituir lo que [Horizonte Europa] está haciendo a nivel nacional, cómo podemos sustituir los diferentes instrumentos de financiación a los que ya no podemos acceder.
Al mismo tiempo, somos conscientes de que, aunque tengamos programas bilaterales —con el Reino Unido o Francia— esto no sustituirá la multilateralidad. Nuestras universidades tienen que beneficiarse de estos fondos para mantenerse al nivel en el que están, con la esperanza de que vuelvan a asociarnos lo antes posible a Horizonte Europa. Así que no me rendiré, aunque sospecho que el problema no se resolverá bajo mi presidencia.
SWI: Entonces, ¿Horizonte Europa es su mayor prioridad?
L.V.: Es la mayor en términos de “novedades”. Pero en el plano interno tenemos por delante una cuestión presupuestaria, porque estamos debatiendo la planificación [incluida la financiación federal de las instituciones de enseñanza superior] para 2025-2028 y el Parlamento tiene que votar al respecto. Fundamentalmente esta es mi principal tarea.
Mi tercera prioridad es la divulgación científica. Nuestro sistema se basa en la confianza entre el mundo académico y la sociedad. Pero he visto situaciones en las que esta confianza se ve sacudida. En los últimos años hemos visto muchos movimientos anticientíficos, sobre el clima, las vacunas y la COVID. No podemos influir en todos los ámbitos de la sociedad, pero debemos ayudar a que la sociedad entienda mejor nuestras acciones.
Uno de los puntos es la transparencia de la ciencia y del proceso científico. Explicar que la ciencia también está expuesta al fracaso, por ejemplo, aunque esto no significa que tengamos datos falsos. Significa que estamos en un proceso del conocimiento en el que a veces ocurre que nos equivocamos. La legitimidad también es un problema. Tenemos que explicar las razones de algunas decisiones. ¿Por qué tenemos este grupo de trabajo en Suiza? ¿Por qué esas personas expertas? También es importante una comunicación clara y coherente.
SWI: La pandemia de COVID-19 ha sido muy perjudicial para las universidades, con periodos de cierre y enseñanza a distancia durante los tres últimos años. ¿Las instituciones suizas siguen notando los efectos?
L.V: Hubo dos efectos opuestos. Uno, la enorme aceleración de la digitalización; impensable en 2019. Esto llevó a un debate muy interesante sobre los límites de la educación digital y la importancia del aprendizaje en el campus. Sabemos que nuestras universidades no se van a convertir en universidades a distancia: alumnado y profesorado necesitan el campus, necesitamos este tipo de interacción para la construcción y la transición del conocimiento.
SWI: Usted es la primera rectora de una universidad de Ciencias Aplicadas en presidir swissuniversities. Un golpe maestro para estas nuevas instituciones suizas, más orientadas a la industria. ¿Las universidades de Ciencias Aplicadas han “llegado”?
L.V.: Esta es un poco mi historia. Una vez, cuando era muy joven, escuché una conferencia en Bruselas con [la profesora escocesa] Anne Glover, consejera científica de José Manuel Barroso [el entonces presidente de la Comisión Europea]. Lo recuerdo perfectamente: la presentaron como la primera mujer en ocupar determinados cargos a lo largo de su carrera y, como ella misma dijo: ¡En el próximo trabajo quiero ser la segunda!
Yo también soy siempre la primera en hacer todo. Pero esta es nuestra ley [de enseñanza superior], que dice que debemos tener una conferencia única para todas nuestras instituciones de educación superior. El hecho de que un rector [rectora] de una universidad de Ciencias Aplicadas tenga acceso a este puesto significa que estamos cumpliendo nuestra ley y que la visión de los políticos era acertada.
Suiza cuenta con diez universidades tradicionales, además de dos institutos tecnológicos federales de primer orden: La EPFZ de Zúrich y la EPFL de Lausana. Las nueve universidades de Ciencias Aplicadas son un concepto relativamente nuevo, que data de los años noventa del siglo pasado. Son más prácticas y están más orientadas a la industria: la mayoría de quienes estudian son aprendices y el profesorado tiene una gran experiencia práctica. También hay 14 universidades de Formación del Profesorado.
Swissuniversities se fundó en 2012 para unir las tres organizaciones que representan a estos diferentes tipos de universidad. Tras un periodo de transición, empezó a funcionar en 2015, cuando entró en vigor la Ley suiza de Fomento y Coordinación de la Enseñanza Superior.
Pero le puedo decir que seré la presidenta de todo el mundo. Además, tengo una formación muy variada, porque me formé en una universidad de Nápoles muy antigua, también asistí a la EPFL [la Escuela Politécnica Federal de Lausana]. Quien preside tiene que aunar esta diversidad. Es un poco lo que hago en HES-SO, porque tenemos una gran diversidad entre los siete cantones, entre los seis ámbitos de estudio que como institución cubrimos.
SWI: ¿Qué cree que les depara el futuro a las universidades suizas?
L.V.: Cuando pienso en el futuro, soy optimista siempre. Y tengo razones para ser optimista en el sentido de que, como le he dicho antes, en Suiza tenemos un gran apoyo político y público. He visitado muchos países, he vivido en diferentes lugares y puedo decir que esto es un privilegio. Sin embargo, en la actualidad vivimos en una situación [mundial] muy inestable… Así que tenemos que ser capaces de afrontar esta incertidumbre. Cuando empezó la COVID, pensé: “Vaya, no hay ningún libro sobre cómo gestionar una universidad en una pandemia”. Pero he aprendido al menos a gestionar una universidad en momentos difíciles, y, al fin y al cabo, eso es a lo que nos exponemos hoy en día.
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¿Qué horizonte para la investigación suiza en Europa?
Adaptado del inglés por Lupe Calvo
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