Menos presencia española en Suiza
Del 2002 a la fecha, más de 15.000 españoles emprendieron el regreso a casa tras dos o tres décadas de vida productiva en territorio helvético.
Recuperar en una sola entrega el ahorro que aportaron al «segundo pilar» que administran las cajas privadas de pensiones fue una de las causas.
De acuerdo con el Instituto Español de Emigración (IEE), entre 1959 y 1973, un millón de españoles emigraron a otras naciones.
«Suiza fue uno de los principales países receptores de la colonia española que se mudó al extranjero. En 1957 eran sólo 2.700 españoles los que habitaban en Suiza, pero para 1965 la cifra había alcanzado los 55.000; y en los años 90´s, superaban los 109.000, su punto máximo», asegura Sebastián Farré.
El experto en inmigración española de la Universidad de Ginebra asegura que el fenómeno cobró tal dimensión que «la Confederación Helvética decidió incluso en 1961 echar a andar un acuerdo con España sobre inmigración».
En Suiza, los españoles encontraron trabajo en actividades como la industria o la construcción, y sus hijos con frecuencia recibían educación en planteles dedicados a menores con dificultades de aprendizaje.
Y no porque existieran éstos formalmente, sino porque la diferencia lingüística y la brecha cultural complicaban la integración.
Sin embargo, detalla el experto, la española se convirtió en una mano de obra responsable, eficaz y bien apreciada entre los suizos. Ello se tradujo en que muchos de esos trabajadores inmigrantes se asentaran de forma definitiva, constituyeran familias y decidieran quedarse en Suiza cuando cayó el franquismo.
Más que una casa
Hoy, la historia da un giro.
Muchos de los jóvenes que llegaron a trabajar a Suiza en los 60´s alcanzaron la edad de la jubilación, y de 2002 a la fecha retornan a borbotones a su tierra de origen.
Dos razones explican fundamentalmente los regresos, en opinión de la antropóloga helvética Marianne Helfer:
«Tras la conquista de una vivienda, que fue el motivo fundamental que los llevó a dejar su país; en la mayoría de los casos consiguieron mucho más de lo que habían previsto, y ahora tienen razones personales para volver a reencontrarse con las familias que dejaron hace décadas».
Los españoles se ganaron el derecho a una jubilación y muchos de ellos quieren regresar a España a disfrutar los beneficios de su pensión.
La segunda causa del regreso masivo de los últimos años está ligada a un «candado» que impusieron los Acuerdos Bilaterales entre Suiza y la Unión Europea (UE) a los fondos de extranjeros en la Confederación Helvética.
Galicia y el Segundo Pilar
El conglomerado de inmigrantes españoles que llegó a Suiza con el franquismo tenía una peculiaridad: 68% venía de Galicia, según datos del Ministerio del Trabajo de España.
Galicia, región ubicada al noroeste de la Península Ibérica, era una de las más pobres del país europeo en aquel periodo.
La mayoría de la población vivía aún del campo y las explotaciones agrarias tendían a desaparecer, la industria tenía problemas para su expansión porque era una zona cuyo abasto energético avanzó con lentitud, y la población sufría un poder adquisitivo entre 35 y 40% menor que el resto del país.
Muchos varones gallegos de entre 20 y 35 años emigraron rumbo a Alemania, Francia, Inglaterra o Suiza.
En el caso helvético, ya integrados a la economía, comenzaron a cotizar para su jubilación.
Sin embargo, en 2002, los Acuerdos Bilaterales entre Bruselas y Berna fijaron el 31 de mayo de 2007 como la fecha límite para que los trabajadores extranjeros radicados en Suiza –españoles en este caso- pudieran retirar en una sola exhibición los recursos que aportaron a las cajas de pensiones privadas helvéticas (conocidas como Segundo Pilar) aunque no hubieran llegado a la edad de jubilación.
Dicha «fecha límite» animó a muchos españoles a regresar a casa.
Retornos
De acuerdo con las cifras oficiales de la Embajada de España en Suiza, de 2002 a la fecha, cada año están regresando 3.125 españoles a sus regiones de origen; alrededor de 2.500 de ellos son gallegos.
Los que no regresaron a España antes del 01.06, tendrán que esperar a la edad de jubilación para cobrar las cantidades cotizadas a las cajas de pensiones privadas.
Los que optaron por marcharse, al llegar a España conocían la regla de oro: no tenían derecho a trabajar ni cotizar a la seguridad social española durante un periodo de 90 días si querían disfrutar de los fondos helvéticos (íntegros en una sola entrega).
Muchos vivieron este trimestre con sus ahorros.
A cambio tuvieron la recompensa de acceder a montos de entre 200.000 y 300.000 francos suizos por una vida laboral de entre 25 y 30 años, según estimaciones del Ministerio de Trabajo español.
Y para agrupaciones como la Asociación de Emigrantes Retornados Marusía, tomar el dinero y regresar a España era la decisión más rentable que podían tomar, aunque esto les haya significado una pérdida de poder adquisitivo durante los últimos meses derivada de la corrección del tipo de cambio euro-franco suizo.
swissinfo/Andrea Ornelas
La fuga de españoles a Suiza tuvo como punto de partida el año 1955, cuando España se adhirió a las Naciones Unidos y la comunidad internacional reconoció a Francisco Franco como timón de la nación europea.
Suiza realizó una visita diplomática a España el pasado mes de junio. La presidenta Micheline Calmy-Rey se reunió con el Rey Juan Carlos y el Jefe de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
España es hoy, según el Banco Mundial, la octava economía más grande del mundo. Y a diferencia del periodo franquista, sus habitantes disfrutan hoy de un nivel de vida alto y acceso a servicios de salud, educación e infraestructura, de elevada calidad.
La española es la sexta comunidad extranjera más importante que hay en Suiza después de la italiana (290.458); serbia (190.234); portuguesa (172.670); alemana (169.359); y francesa (148.320).
Un total de 71.365 españoles estaban registrados como residentes en Suiza en al año 2006.
El 50% de los españoles radicados en Suiza optaron por la región alemánica, 45% por la francesa y 5% por la italiana.
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