Migración: a Suiza por amor
La persona extranjera que se casa con un suizo o una suiza a menudo se ve expuesta a prejuicios. El entorno social como el Estado sospecha que contrajo un matrimonio ficticio.
No concibe que el amor pudo ser la razón de la migración.
Un estudio realizado entre parejas binacionales- de Suiza y Latinoamérica- no sólo saca a la luz esos prejuicios, sino que también demuestra cómo este grupo específico de migrantes no es tomado en cuenta políticamente, ni está representado en la investigación científica.
Al fijarse casi exclusivamente en casos de parejas binacionales que abusan de las leyes, la política y los medios de comunicación generan y refuerzan ciertos prejuicios sociales, señala Rita Echarte-Fuentes Kieffer, licenciada en geografía social.
El prejuicio más difundido es que el extranjero viene a Suiza sólo para alcanzar un mejor nivel de vida por trabajo o matrimonio, afirma la autoria de Migración por amor. Parejas interculturales, entre presiones estructurales y conceptos individuales, su tesis de Licenciatura presentada en la Universidad de Berna.
“Estrategias” masculinas y femeninas
Se presume que, por lado del extranjero, la unión es guiada por puros intereses. La migración por trabajo es vista como una estrategia masculina y la migración por matrimonio, como una estrategia femenina.
No obstante, enfatiza Echarte-Fuentes, hay personas que abandonan sus países por razones distintas, una de ellas es el amor.
“Discrepo en que la ‘migración por matrimonio’ sea por definición una estrategia económica. He observado más bien casos de desclasificación social y profesional. A menudo la migración implica pérdida de estatus”.
Para contraponerse a las percepciones negativas, la investigadora se concentró en parejas suizo-latinoamericanas, en las cuales con gran probabilidad el amor había sido la causa determinante de la migración.
“Escuché sus historias, pregunté cómo y dónde se habían conocido, cómo se enamoraron”, explica.
“Las parejas que conocí no corresponden al prejuicio ampliamente difundido, más bien encontré relaciones amorosas ‘normales’. Sin embargo, por regla general, estas parejas estaban confrontadas con circunstancias de vida especialmente complejas”.
En desventaja frente a parejas suizas
Las parejas interculturales disponen a menudo de menos dinero que las parejas suizas, porque la parte extranjera gana, por regla general, menos. Muchas parejas de suizos y extranjeras tienen roles tradicionales: él gana el dinero, ella es ama de casa.
Si los dos trabajan, igual tienen menos recursos que las parejas suizas porque los ingresos de la mujer son bajos.
Una pareja conformada por una suiza y un latinoamericano dispone incluso de menos recursos financieros, pues en Suiza aún prevalece la diferencia de sueldos entre hombre y mujer.
Encerrados en el Paraíso
Después del matrimonio, para algunas parejas es especialmente complicado viajar al extranjero, aún a los países vecinos. Para cada viaje deben solicitar una visa, lo que según los involucrados requiere mucho tiempo y es percibido como molesto y discriminatorio.
Los solicitantes de visa deben ir personalmente a las embajadas o consulados. En algunos lugares tienen que esperar fuera del local haciendo cola durante varias horas.
En otras embajadas es necesario acordar una cita con varios meses de anticipación a través de un costoso centro de llamadas externo.
La lista de documentos requeridos cambia constantemente. Los viajes espontáneos no son posibles y muchas parejas prefieren renunciar a los viajes al extranjero, señala la autora de la tesis.
Los conceptos individuales
Rita Echarte-Fuentes, suiza casada con un cubano, vincula en su trabajo las presiones estructurales con los conceptos individuales.
“Estos últimos nos permiten saber por qué se reacciona de una u otra forma, por ejemplo, ante un hecho estructural como el desempleo y sus repercusiones en la relación de pareja”.
Estos conceptos influirían, en parte, en la extrema diferencia que existe en las tasas de divorcio entre suizos-latinas y suizas-latinos.
“Esta última combinación es mucho menos estable, porque enfrenta ideas de cómo tiene que ser una relación, de lo masculino y femenino… Lo que es definido por la cultura y también por la educación, la familia, el género, el nivel social”.
Los hombres, que se definen sobre todo por el trabajo, no encuentran en Suiza un empleo que corresponda a su formación. Esto les produce un vacío que afecta a su seguridad, autoestima y salud mental.
Para un latinoamericano el rol de ‘amo de casa’, depender de la esposa hasta para sacar un boleto de tren, va contra sus viejos conceptos”, explica la autora.
En cambio, la mujer, que también se realiza por el trabajo, tiene paralelamente otras opciones. Para ella cuenta la maternidad, la familia.
Ella tiene un rol que es aceptado tanto en Suiza como en Latinoamérica. Y socialmente, es más ‘normal’ que una mujer sea económicamente dependiente.
El permiso B
En el estudio, de 165 páginas, Rita Echarte-Fuentes hace algunas observaciones que facilitarían la vida de los extranjeros casados con personas suizas. Una de ellas se refiere al permiso B (permiso de estancia), que comprende también a otros grupos de inmigrantes.
“Mi propuesta es hacer las categorías más diferenciadas, de tal manera que, para el empleador, por ejemplo, sea visible que una persona está en Suiza porque se casó con un conciudadano», explica.
«Así esa persona tendría por los menos los mismos derechos que las personas que poseen el permiso C (permiso de residencia), que pueden trabajar libremente”.
Fue la doctora Yvonne Riaño, arquitecta y geógrafa colombiana, especialista en temas de migración y casada con un científico neozelandés, quien sugirió a El Rita Echarte-Fuentes estudiar este fascinante tema.
Como antecedente, en 1999, redactó el trabajo Migrantes por matrimonio: redes sociales de mujeres de Perú, República Dominicana, Bolivia y Suiza. “Desde entonces quedé con la idea de escribir una tesis sobre el tema”, señala.
Un papel no menos importante jugaron sus viajes a Latinoamérica, donde se formó una idea de otras culturas, que le abrieron un panorama “diferente” frente a lo que ella había entendido y percibido hasta entonces como sobreentendido y ‘normal’.
swissinfo, Rosa Amelia Fierro, Berna
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