Modo de empleo: Confianza y transparencia
Los intercambios de casas se basan esencialmente en el principio de la confianza de los participantes. Quienes han hecho la experiencia, se refieren a las ventajas y desventajas del sistema.
En Zúrich, un joven suizo intercambia su departamento con un estudiante holandés desde hace 10 años.
“Yo comencé cuando recién las ofertas empezaron a circular a través de listas especializadas en Internet. Al comienzo desconfiaba, pues los suizos no estamos muy acostumbrados a que los extranjeros violen nuestra privacidad”, cuenta Simon Perwert, egresado en filosofía.
“Conozco a un colega en Lucerna que desde hace 10 años intercambia su departamento con una persona holandesa y hasta ahora está muy satisfecho con la experiencia, pues es una gran economía irse de vacaciones a otro país gastando incluso menos que en Suiza”, afirma.
El miedo de los arrendatarios
Hay personas que no se atreven a intercambiar sus viviendas por el hecho de que son arrendatarios, un miedo infundado, según la representante de Home-Link en Suiza, Marie Paule Loye.
“En efecto – afirma – los arrendatarios tienen derecho a prestar sus departamentos a los amigos por un corto periodo de tiempo. Como no hay transacción financiera de por medio, legalmente no hay obstáculo. Es como recibir huéspedes”.
Marie Paule Loye admite que hay casos en los que las casas son entregadas en completo desorden, con daños causados por los niños, pues no todos los extranjeros tienen la misma noción de la limpieza y el orden que los suizos, pero sucede lo mismo cuando se va a un hotel o a una pensión.
Por otro lado, el responsable de Profvac indica que es muy raro que se produzcan robos y actos de vandalismos premeditados, pues quienes intercambian son también cautelosos con las viviendas que les han sido prestadas.
“Con los países europeos no hay mayores problemas, en la medida en que los propietarios o arrendatarios están cubiertos por los seguros de responsabilidad civil, que cubren los daños ocasionados en hogares ajenos, como desperfectos materiales,” agrega.
Contrato de intercambio
Para evitar malos entendidos y disipar la desconfianza natural de los que, por primera vez, se lanzan en este tipo de alternativas turísticas, la mayoría de los sitios especializados aconseja establecer inmediatamente un “contrato de intercambio”.
Se trata de un documento firmado por ambas partes donde se establecen las condiciones del intercambio, como por ejemplo la utilización del vehículo particular, el teléfono, la televisión, el acceso a determinados cuartos de la casa, a los gastos de agua caliente, gas, cuidado de los animales domésticos, etc.
Algunos sitios y asociaciones asumen incluso la responsabilidad de excluir de sus listas a los miembros que no respetan las reglas tácitas: “cuidar la casa ajena como si fuera la propia”.
A veces han surgido problemas en el caso de los intercambios de vehículos, debido a que los respectivos seguros no admiten en sus cláusulas que sean conducidos por terceros. De ahí que las agencias aconsejan a los interesados consultar a sus respectivos agentes de seguros para evitar así malos entendidos.
Precausiones mínimas
Generalmente la principal reticencia proviene del temor a dejar que personas extrañas husmeen por todos los rincones de la casa. Temor que para Anne Gill, que ya va en su segundo año de intercambios, no existe:
“Es simple, las cosas de valor se dejan guardadas. En mi caso, cierro dos cuartos con llave, donde dejo todos los documentos y cosas que estimo muy privadas. Hasta ahora, mis huéspedes italianos han respetado las consignas, lo que me deja muy contenta”, precisa.
Otro aspecto que hay que dejar bien claro desde el comienzo es: no hay que soñar con intercambiar una casa en la playa o con piscina por un pequeño departamento en un barrio ruidoso y sin ascensor.
“Los trueques generalmente aceptados son las viviendas que corresponden al mismo nivel de las viviendas. En eso hay que ser preciso y no buscar engañar con ofrecer casas que tienen otros niveles de calidad”, explica la responsable de Home-Link.
Es decir, a mayor transparencia, mayor grado de satisfacción. Una alternativa de veraneo que está en pleno auge en Suiza, a pesar de la poca difusión que se hace del sistema.
swissinfo, Alberto Dufey
La mayoría de los sitios especializados aconsejan establecer inmediatamente un “contrato de intercambio.
Se trata de un documento firmado por ambas partes donde se establecen las condiciones del intercambio, como por ejemplo la utilización del vehículo particular, del teléfono o la televisión.
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