«No me gusta hablar de ‘partícula de Dios'»
Lyn Evans dirige en Ginebra el mayor experimento científico del mundo: es el 'padre' del Gran Colisionador de Hadrones (LHC) del CERN y ha sido elegido "hombre del año" (2008) por la prestigiosa revista 'Nature'.
Este físico galés es un hombre afable y comunicativo que recibe a swissinfo para hablar de la ciencia, del accidente del LHC y responder a las voces que critican la naturaleza de los experimentos del CERN. Entrevista.
swissinfo: La primera pregunta es obvia: ¿cómo está el ‘niño’? (N.d.A: el LHC)
Lyn Evans: El ‘niño’ se recupera (risas). Hemos podido remover partes del equipo que estaban dañadas y estamos de nuevo en ruta.
swissinfo: Según la revista ‘Nature’, el LHC volverá a estar operativo este verano.
Lyn Evans: Sí, a finales de septiembre. Piense que uno de los problemas es que, si algo va mal, la reparación toma mucho tiempo. La máquina está a –271 grados, y sólo para llevarla a temperatura ambiente se necesitan cinco semanas. Luego hay que repararla y volver a llevarla al frío absoluto, lo que toma el mismo tiempo.
swissinfo: Supongo que la siguiente pregunta no es muy original. En tanto que ‘padre de la criatura’, ¿cómo explicaría en palabras simples lo que busca el LHC?
Lyn Evans: He contestado a esa pregunta un millón de veces (risas). Una de las cuestiones centrales es lo que llamamos ‘masa original’. La masa se traduce en peso en un campo gravitacional. Si usted se encuentra en el espacio no pesa, pero sigue teniendo masa. Ya conocemos las partículas fundamentales que comienzan en un extremo con el fotón, la partícula de la luz. Ésta es muy importante porque nos trae la luz del sol, nos permite ver y comunicarnos. ¡Pero no tiene masa!
swissinfo: ¿Y entonces?
Lyn Evans: En el otro extremo, encontramos las partículas W y Z, que fueron descubiertas en el CERN en los años 80 y son increíblemente importantes también. Su descubrimiento mereció el Premio Nobel. Son las partículas que permiten que el sol brille y queme. Y son realmente pesadas. Poseen 80 veces la masa de los protones de los que estamos hechos. Y lo cierto es que nadie sabe qué es lo que decide que un fotón no tenga masa y las partículas W y Z tengan tanta.
Por tanto, creemos que la única teoría posible es que debe haber ‘otra’ partícula, a la que la gente llama ‘partícula de Dios’… una expresión que no me gusta nada. Es el ‘bosón de Higgs’, lo que podría explicar la diferencia entre el fotón carente de masa y los pesados W y Z. Si el bosón de Higgs existe, debe ser un componente integral del mundo material.
Esto es lo que estamos intentando encontrar. Pero le aclaro que mi trabajo no es comunicar con el gran público. Yo me dedico al LHC y no estoy tan familiarizado con el lado teórico y experimental.
swissinfo: ¿Cuándo nació su interés en la ciencia?
Lyn Evans: Siempre estuve interesado en la ciencia, desde muy joven. En la escuela las ciencias me interesaban más que ninguna otra asignatura. De hecho, no sé lo que me ha inspirado, pero espero que lo que estamos haciendo en el CERN sirva de inspiración a las generaciones futuras de jóvenes científicos.
swissinfo: Para usted la ciencia era fácil, pero para la mayoría de nosotros es muy dura. ¿Acaso las ciencias se enseñan mal en la escuela?
Lyn Evans: No creo. Lo que pienso es que distintas personas tienen distintas aptitudes. Pero lo que realmente me preocupa hoy es ver en Europa y Estados Unidos una preocupante tendencia en los jóvenes a apartarse de la ciencia. Incluso los que están dotados para estudios científicos prefieren entrar en otros campos profesionales. Se tienen que hacer serios esfuerzos para atraer a los jóvenes a las ciencias y mostrar que pueden ser excitantes.
swissinfo: ¿Y por qué ocurre eso? ¿La ciencia no está bien pagada? ¿No es suficientemente ‘glamurosa’?
Lyn Evans: Cada vez más jóvenes optan por carreras relacionadas con las leyes, la banca o los servicios financieros. Y, obviamente, si tienes aptitudes científicas o un diploma técnico puedes llegar muy lejos en esos campos. Al menos en el mundo desarrollado, el número de gente que realiza estudios científicos va en franca disminución, y es una tendencia que debe ser corregida. Espero que la gran repercusión mediática que tiene el LHC nos ayude a atraer jóvenes.
swissinfo: ¿El accidente del LHC ha aumentado el costo global del experimento?
Lyn Evans: La reparación de la máquina cuesta unos 15 millones de francos suizos, lo que no es mucho. Pero el costo total del proyecto, incluyendo la máquina y los detectores, se eleva a 4.000 millones de francos.
swissinfo: Una pregunta complicada. ¿Puede el LHC fallar de nuevo?
Lyn Evans: Todo es posible; por supuesto. Pero cuando te enfrentas a un problema inesperado como el que hemos tenido, aprendes mucho. Hemos desarrollado herramientas para asegurarnos de que no puedan volver a ocurrir fallos y evitar accidentes futuros. El problema que hemos tenido con los imanes era imposible de detectar, pero ahora que la máquina está abierta podemos entender qué ha fallado.
swissinfo: ¿Y podría ocurrir que el LHC funcione y no dé resultados?
Lyn Evans: Eso nunca se puede predecir. Esta es una investigación científica. Pero pienso, muy honestamente, que la respuesta a su pregunta es ‘no’. Pues incluso si el bosón de Higgs no estuviera allí eso sería un descubrimiento fascinante. Querría decir que hay otras posibilidades en las que no hemos pensado aún. Querría decir que quizás no hemos entendido nada (risas).
swissinfo: Como usted sabe, hay mucha gente que tiene reservas sobre los experimentos que se realizan en el CERN. ¿Qué responde a esos críticos?
Lyn Evans: ¡Nosotros no trabajamos en la bomba de hidrógeno! Nos movemos con cantidades de energía minúsculas, de una escala de mosquito (risas). Pero piense que si tuviéramos miedo de todo lo nuevo, seguiríamos en la Edad de Piedra. El problema al que nos enfrentamos ahora tiene que ver con Internet, que funciona como un ‘amplificador’ de opiniones sin fundamento. Imagine lo que habría pasado si Internet hubiera existido en tiempos de la primera vacuna. ¡Pasteur no hubiera podido trabajar porque sus investigaciones eran, de hecho, muy peligrosas! Imagine: inocular virus a seres humanos (risas). Toda esta historia del ‘miedo al fin del mundo’ es el resultado de la amplificación de un ‘no-problema’ gracias al poder de Internet. En todo el planeta, no hay un solo científico serio y con credibilidad que tenga problemas con nuestro trabajo aquí.
swissinfo: La revista ‘Nature’ habla del LHC como el «último gran acelerador de partículas». ¿Es correcto?
Lyn Evans: No creo que se vaya a construir nunca más una máquina circular siguiendo el modelo del LHC. Hay propuestas para la construcción de otras máquinas, pero no nos pondremos con ello hasta obtener las respuestas que el experimento actual plantea. Pero el LHC tomó 14 años para construirse, y la máquina futura tomará aún más tiempo. Cada vez es más difícil desvelar los últimos secretos del Universo.
Entrevista swissinfo: Rodrigo Carrizo Couto, Ginebra
Nació en 1945 en Gales, en el pueblo minero de Aberdare. Su padre murió cuando tenía 11 años y fue criado por su madre, trabajadora de la cantina escolar.
Estudió Física en la Universidad de Gales en Swansea, de la que se graduó en 1969. Tras casarse en 1967, comenzó su colaboración con el CERN a comienzo de los años 70. Tiene dos hijos.
En 1991 fue elegido miembro de la Sociedad Americana de Física «por su contribución extraordinaria a la física de partículas».
En 1994 fue nombrado responsable del proyecto LHC, buque insignia de la ciencia europea. En 2001 la reina de Inglaterra le elevó al grado de Comandante del Imperio Británico (CBE).
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