Nuevo hallazgo sobre el miedo y la ansiedad
Casi una de cada seis personas en Europa se ve afectada por una ansiedad persistente. Investigadores en Suiza han localizado microcircuitos en el cerebro cuyas disfunciones promueven la ansiedad, un descubrimiento que podría transformar la terapia de los trastornos relacionados.
Un grupo de investigación de la Universidad de Berna y el Instituto Friedrich Miescher de Basilea descubrió que la actividad de ciertas células nerviosas de la amígdala, una región central del cerebro, desempeña un papel importante en la regulación de las respuestas al miedo
Las disfunciones en esta plasticidad neuronal podrían provocar, entre otras cosas, trastornos de ansiedad, de acuerdo con un comunicadoEnlace externo difundido este viernes por la Universidad de Berna.
El miedo es una respuesta conductual importante que nos advierte y protege del peligro. Pero cuando falla, puede provocar miedos persistentes y trastornos de ansiedad. En Europa, alrededor del 15% de la población está afectada.
Las terapias existentes para tratar los trastornos de ansiedad y los miedos traumáticos siguen siendo en gran medida inespecíficas o no son suficientemente eficaces debido a la falta de una mejor comprensión neurobiológica de estos trastornos psiquiátricos, precisa el texto.
Hasta la fecha, se ha demostrado que ciertas células nerviosas del cerebro regulan las respuestas al miedo «bloqueándolas» o «desbloqueándolas». En este proceso intervienen diferentes circuitos de células nerviosas. Existe una especie de «tira y afloja» entre estos circuitos neuronales, donde uno «gana» y anula al otro, dependiendo del contexto. Si este sistema es perturbado, por ejemplo, si las reacciones de miedo dejan de estar bloqueadas, se pueden producir, entre otras cosas, trastornos de ansiedad.
El comunicado señala que estudios recientes han demostrado que ciertos grupos de células nerviosas de la amígdala son esenciales para estos circuitos neuronales y, por tanto, para la regulación del miedo.
La amígdala es una pequeña estructura cerebral con forma de almendra situada en el centro del cerebro que recibe información sobre los estímulos aterradores y la transmite a otras áreas del cerebro para generar respuestas de miedo. Esto hace que el cuerpo libere hormonas del estrés, cambie el ritmo cardíaco o desencadene un comportamiento de huida o agresión.
Un grupo dirigido por los profesores Stéphane Ciocchi, de la Universidad de Berna, y Andreas Lüthi, del Instituto Friedrich Miescher de Basilea, ha descubierto que la amígdala desempeña un papel mucho más activo en estos procesos: la amígdala no es sólo una estructura de «relevo», sino que ella misma contiene microcircuitos que regulan el bloqueo de las reacciones de miedo.
En modelos animales, se ha demostrado que la supresión de estos microcircuitos neuronales conduce a un comportamiento de miedo duradero. Sin embargo, cuando se activan, el comportamiento vuelve a la normalidad a pesar del miedo anterior. Esto demuestra que la actividad de neuronas específicas dentro de la amígdala es altamente modulable y esencial para la inhibición del miedo. Los resultados se publicaron en la revista científica Nature Communications.
Miedo duradero
El grupo de investigación dirigido por Stéphane Ciocchi y Andreas Lüthi estudió la actividad de las células nerviosas de la amígdala central de los ratones durante la supresión de las respuestas de miedo.
El grupo pudo identificar los diferentes tipos de células que influyen en el comportamiento del miedo de los animales. Los (as) especialistas utilizaron varios métodos para su estudio, incluida una técnica llamada optogenética. Logaron inhibir con precisión la actividad de una población específica de la amígdala central mediante la estimulación luminosa. De este modo, los investigadores pudieron demostrar que la supresión de las respuestas de miedo estaba alterada y que los animales tenían recuerdos duraderos del miedo.
«Nos sorprendió ver cómo nuestra intervención dirigida a tipos neuronales específicos de la amígdala central afectaba a las respuestas de miedo», dice Stéphane Ciocchi, profesor del Instituto de Fisiología de la Universidad de Berna, citado en el comunicado.
«La inhibición optogenética de estas neuronas identificadas dentro de la amígdala central abolió completamente el bloqueo del miedo, modelando así un estado de miedo patológico”.
En los seres humanos, una disfunción de la plasticidad neuronal dentro de la amígdala central, como la descrita en este estudio, podría contribuir al mantenimiento de los recuerdos traumáticos en pacientes que sufren trastornos de ansiedad o estrés postraumático.
«Sin embargo, se necesitan más investigaciones para determinar si los hallazgos obtenidos en modelos simplificados pueden extrapolarse a la complejidad y la multitud de trastornos de ansiedad en humanos», añade el profesor Ciocchi.
El estudio contó con el apoyo financiero de la Universidad de Berna, el Consejo Europeo de Investigación (CER) y la Fundación Nacional Suiza para la Ciencia (FNS).
En cumplimiento de los estándares JTI
Mostrar más: SWI swissinfo.ch, certificado por la JTI
Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.