Políticos desfasados con respecto a la sociedad
La creciente individualización de la sociedad constituye una de las causas del escaso interés que muestran los ciudadanos en la política. Esa es una de las constataciones del sociólogo René Levy en una obra reciente que traza una radiografía de la sociedad suiza.
En su libro La estructura social de Suiza – Radiografía de una sociedad, René Levy presenta en poco más de 120 páginas una síntesis de la sociedad helvética. La obra podría ser una auténtica guía para quien desee tener una visión conjunta de los diversos aspectos que forman una sociedad (educación, familia, economía, política, etc.).
En el libro se descubre que Suiza –no obstante su renombrada estabilidad-, es un país que en las últimas décadas ha vivido transformaciones sociales profundas. Estos cambios influyen en la relación de los ciudadanos con la política y explican el índice de participación relativamente bajo en las votaciones.
swissinfo.ch: En muchos países se denuncia el aumento de desigualdades entre las capas sociales de la población, hecho que puede perjudicar a la democracia. ¿Cuál es la situación en Suiza?
René Levy: El aumento de las desigualdades respecto a los ingresos y la riqueza es elevado, sobre todo si nos remontamos a los años 1950. Las cifras recientes muestran que la situación permanece estable desde hace 10 a 15 años, con excepción de los extremos; es decir, entre los más ricos y los más pobres. Pero estas dos capas sociales son numéricamente muy limitadas y también lo es su peso en la imagen global de la población.
swissinfo.ch: Se suele hablar también de una erosión en la famosa ‘clase media’ que se considera la columna vertebral de la democracia. ¿Qué ocurre en Suiza?
R.L. : No me parece que esté amenazada. Los aspectos fundamentales de la estructura social casi nunca cambian rápidamente.
Además hay que hablar en plural. No hay una, sino varias clases medias. La clase media tradicional basada en la independencia económica e integrada por artesanos, comerciantes, agricultores y profesionales libres tiende a disminuir. En cambio, la nueva clase medias –con un nivel de formación y cualificación medio-alto y constituida por empleados-, tienden a desarrollarse. Por lo tanto, hay matices muy importantes.
En sociología política observamos desde hace algunos años el surgimiento de una nueva categoría de clase media, la denominada de especialistas socio-culturales que manifiestan una especial apertura al mundo e interés en los problemas sociales. Ellos gozan de una buena formación y no ejercen profesiones técnicas, sino que trabajan en ámbitos donde las relaciones sociales entre individuos tienen un papel crucial.
swissinfo.ch: En el siglo XIX, las nuevas instituciones políticas permitieron disuadir las tensiones lingüísticas y religiosas. ¿Se adaptan aún esas instituciones a las tensiones visibles en la sociedad actual?
R.L.: Las nuevas líneas de tensión han surgido en la sociedad sin que las antiguas caducaran completamente. Entre esas tensiones nuevas está la de las zonas urbanas y semiurbanas. Las ciudades encaran problemas porque deben proporcionar un cierto número de servicios costosos que van más allá de sus capacidades administrativas. Citemos también el campo de tensión entre los suizos y los extranjeros que se explota políticamente, a pesar de merecer una atención más seria.
Es ahí donde los problemas no encuentran todavía las soluciones institucionales. Los instrumentos políticos de hoy son insuficientes para hacerlo. Sin embargo, eso no quiere decir que debamos renunciar a lo que tenemos…
swissinfo.ch: Su libro muestra igualmente que la sociedad se vuelve más individualista, con repercusiones en la política.
R.L.: Se sigue creyendo que la sociedad es una comunidad aldeana que ya no existe desde hace mucho tiempo. Aún se guarda el concepto de una sociedad con lazos familiares estrechos, vínculos sociales fuertes y una solidaridad espontánea, pero también con un control social omnipresente. Pero todo eso erosiona a causa de una sociedad que se vuelve más compleja en la que la movilidad crece cada vez más. En consecuencia, las relaciones cercanas escasean; hay más autonomía, y soledad.
Eso plantea un gran problema en materia de política social. Los nostálgicos de los viejos tiempos –a menudo idealistas de un pasado que nunca existió-, tienden a negar que las necesidades de intervención son cada vez más importantes, porque las formas de participación espontáneas e informales ya no pueden desenvolverse debido al cambio en el modo de vida.
swissinfo.ch: Observando los escrutinios de los últimos años se tiene la impresión de que las decisiones populares van más en defensa de lo adquirido que de una evolución de la sociedad.
R.L.: Comparto esa impresión. La idea de que vale la pena intentar cambios en el marco social donde vivimos ha retrocedido con respecto a las votaciones de los años 1970. Pero también la política mueve menos.
Considero que hay un vínculo directo con el individualismo evocado anteriormente. El corolario inmediato es que la gente se concentra más en los aspectos individuales de su vida y muestre menos interés en el contexto social.
swissinfo.ch: ¿Hay quizás una cierta descontento con el sistema político?
R.L.: Sin duda. Uno de los elementos está directamente vinculado a la globalización. Hay un desplazamiento de poder de los gobiernos nacionales hacia las empresas multinacionales. La gente lo percibe claramente. Algunos se preguntan para qué ir a votar sobre temas nacionales si las decisiones importantes se toman fuera de nuestras fronteras.
swissinfo.ch: ¿Nos encaminamos entonces hacia una sociedad amorfa donde ya no se crea en la posibilidad de cambio real o en la aparición de dinámicas nuevas?
R.L.: Yo jamás diría que una tendencia social llegará hasta su extremo. Cuando se trata de tendencias importantes, siempre hay tendencias opuestas que pueden fortalecerse. Hay acción y reacción en varios niveles. No se pueden hacer pronósticos claros, porque la dinámica social nos sorprende siempre.
Yo tampoco diría que la sociedad se vuelve amorfa. Tal vez se vuelve algo más finamente organizada, más diferenciada. Lo que cambia es su visibilidad. Es cada vez menor el número de personas que tienen la impresión de tener una visión conjunta de la sociedad. Eso es peligroso políticamente, porque el diagnóstico de los problemas es cada vez menos preciso.
Ese diagnóstico tiene, sobre todo, la tendencia a personalizar. Lo vemos en las rebeliones árabes que son hiperpersonalizadas. Escuchamos rara vez, al menos en los reportajes, verdaderos análisis políticos o sociales. Es siempre un dirigente el que debe irse, como si su partida resolviera todos los problemas… Hay un hiato creciente entre la realidad de esa sociedad que queda firmemente estructurada por el poder y la percepción de esta sociedad que pasa a ser cada vez más borrosa.
Nacido en 1944, René Levy es profesor honorario de Sociología en la Universidad de Lausana.
Ha fundado el Laboratorio de estudio de trayectos de vida y el Centre lémanique d’étude des parcours et modes de vie (Centro de estudio de trayectos y modos de vida.
Sus investigaciones principales abordan sobre todo las desigualdades en las relaciones sociales de género y la evolución de la movilización política en Suiza.
Ha sido presidente de la Sociedad suiza de sociología y miembro del Consejo nacional de investigación.
Autor: René Levy
Título: La structure sociales de la Suisse – Radiographie d’une société (126 páginas) (La estructura social de Suiza – Radiografía de una sociedad).
Editorial: Presses polytechniques et universitaires romande
Colección : Le savoir suisse (El saber suizo). Se trata de una colección de libros en formato pequeño cuya finalidad es permitir a la comunidad universitaria dar a conocer sus propias investigaciones y ponerlas al alcance de un público más amplio.
Referencia: ISBN 978-2-88074-899-9
(Traducción: Juan Espinoza)
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