Quesos suizos ‘Made in Uruguay’
Corría el año de 1868 cuando Juan Teófilo Karlen cerró su casa en Diemtigen y en compañía de su esposa y de cinco de sus seis hijos, partió rumbo a la Nueva Helvecia.
Llevaba en su equipaje la olla de cobre para la preparación del queso y, sin saberlo, el sino de convertirse en el introductor de la futura próspera industria de ese lácteo.
«Mi bisabuela se quedó en Suiza porque era la única de los seis hijos que estaba casada. Sin embargo, años más tarde viajó también a Uruguay donde nació mi abuela», narra Lisselotte Schmid (Karlen), mientras recorremos el camino que separa la ciudad de Berna de la comunidad de Diemtigen.
Lisselotte desgrana recuerdos de familia: el viaje de vuelta a Berna en 1871 de uno de los hijos de Juan Téofilo para buscar a su novia… La decisión de su bisabuela de volver a Suiza ante la imposibilidad de derrocar a la nostalgia… El penoso retorno con su hija (la abuela de Lisselotte) en brazos….
El relato se interrumpe cuando llegamos al hogar de los Karlen hasta antes de su partida. Cámara en mano, Ignacio Naon dispara inmisericorde contra esa vieja casona que conserva el encanto de los tiempos idos y que hoy está en venta.
A la caza de imágenes
Seguimos el recorrido cuya finalidad es la obtención de imágenes de los lugares en que vivieron los Karlen para el libro que preparan Ignacio y Sonia Ziegler. El embajador de Uruguay, Carlos Brugnini, y su esposa, Banyi, encabezan la pequeña delegación.
Kilómetros más adentro encontramos una segunda casa que pertenece a otra parte de la familia y en la que, azares de ‘Los Suizos en Uruguay’, Lisselotte se encuentra con Heidi Karlen Kappeler, una tía lejana de cuya existencia no tenía conocimiento.
Y, amén del encuentro de las Karlen, el pastor de Diemtigen establece contacto con el embajador Brugnini para solicitarle información sobre esa familia de inmigrantes. Los datos, explica, serán preciosos para otro libro en preparación, éste sobre la historia de la comunidad…
O sea que la idea de los autores de la investigación de «establecer puentes» con su libro comienza a cristalizarse desde la gestación misma de la obra.
Una de las mayores aportaciones
Y, tal vez el propio Karlen estuvo lejos de imaginar hasta donde llegaría: Entre las aportaciones de los ciudadanos suizos que se instalaron en Uruguay en la segunda mitad del siglo XIX, Sonia Ziegler destaca la quesería.
«En aquella época era algo desconocido en este país y a partir de la introducción de los suizos de esa industria, se ha desarrollado en forma importante. Da mano de obra hoy a muchísimas familias en el Uruguay y abastece el mercado interno y también es un rubro importante de exportación».
En los registros de la Nueva Helvecia los Karlen mantienen un lugar muy especial: Juan Teófilo estableció la primera quesería de la colonia en la que comerciaba los productos elaborados no sólo por su familia, sino por otros productores.
«Karlen fue el único que anotó los comienzos de toda su actividad. Se le considera el fundador de la quesería en el Uruguay, incluso se conserva la tienda, se conserva el tacho de cobre traído de Suiza y son verdaderas reliquias visitadas por los turistas y custodiadas por la familia», concluye la investigadora.
swissinfo, Marcela Águila Rubín
En Diemtigen, cantón de Berna vivía Juan Teófilo Karlen antes de emigrar a Uruguay.
En 1868 se estableció con su familia en la Nueva Helvecia.
En esa colonia suiza se consagró a la elaboración y comercialización del queso.
Es considerado el creador de ese ramo de la industria en Uruguay.
La industria quesera es uno importante rubro de la economía uruguaya.
En este 2005 ha registrado exportaciones del orden de los 200 millones de dólares.
En cumplimiento de los estándares JTI
Mostrar más: SWI swissinfo.ch, certificado por la JTI
Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.