«Solicitamos mano de obra y llegó gente»
Célebre cita del escritor suizo Max Frisch, dicha en 1965, y que retoma Marianne Stettler para plasmar la realidad de la inmigración.
La maestra ha fungido como representante escolar del proyecto de integración de Burgdorf, encomendado por el gobierno local a la parlamentaria Ruth Gaby Vermot.
El camino ha sido largo para obtener las primeras semillas del esfuerzo emprendido por Marianne Stettler para favorecer la comprensión intercultural en el ámbito educativo en su localidad.
Eslabón de la cadena de apoyo formada desde la base a favor del impulso para la integración de los extranjeros en su ciudad, swissinfo presenta parte de la conversación que mantuvo con ella:
swissinfo: ¿Ha cambiado el escenario de la inmigración en Suiza en sus años de docencia?
Marianne Stettler: Mucho. Yo misma me he transformado pero también nuestra sociedad. Cuando yo empecé a trabajar con niños que hablaban otro idioma empezamos con gente que venía de Italia, luego de España y de Portugal. Más tarde se sucedieron los conflictos en los Balcanes que provocaron un nuevo flujo de inmigrantes… Ahora nuestra sociedad se ha vuelto más colorida… Al principio tuve el deseo de protegerlos con mi ayuda, pero después observé que también hay que dejarlos actuar por sí solos. Max Frisch dijo al respecto: “Solicitamos mano de obra y llegó gente”.
¿Qué es integración?
Justamente, integración es participar activamente en esa nueva sociedad. Hay pasos de los dos lados. La integración de la comunidad extranjera sólo se produce con su participación activa y eso sólo puede ocurrir cuando las puertas están abiertas, cuando nosotros los dejamos participar.
¿Dónde se encuentran los esfuerzos de integración a favor de la población extranjera?
Estamos uno o dos pasos más adelante que hace 10 años. En el sector político la integración aún no existe. Creo que hemos dado un gran paso al diseñar un modelo de integración aquí en Burgdorf concluido en marzo pasado; ahora tenemos que ponerlo en práctica.
Sin embargo, aún hay mucho que hacer. Por ejemplo, hasta ahora los jóvenes extranjeros deben aprender cómo funciona este país y su política, pero cuando llegan a la edad adulta no tienen derecho a participar.
Los que trabajamos en la integración pensamos que debemos darles la posibilidad de participar a las generaciones de extranjeros que han crecido aquí. Pero aún el tiempo no está maduro para eso, hay aún inseguridad y miedo. Y eso me resulta difícil aceptarlo.
¿Cuál es la respuesta de la sociedad ante este esfuerzo?
Algunos tienen interés, otros no. Este aspecto es un reflejo de la sociedad misma. Hay gente que piensa que esta diversidad es bella, mientras que a otros les provoca miedo.
Esta polarización pasa en ambos lados, población inmigrante y local, pero tengo la confianza de que los jóvenes que crecen en esta sociedad multicultural contribuyan a disminuirla.
¿Qué falta aún para mejorar la integración?
Hay que favorecer la calidad del esfuerzo, que tanto padres como niños puedan participar en el proceso. Otro punto es la comisión a favor de esta integración y en lo que se refiere a los mediadores de intercultura, que sean más requeridos por las instituciones. Esto no ocurre aún, ya sea porque no se les conoce o por la razón habitual de la falta de dinero.
Entrevista swissinfo: Patricia Islas Züttel
El proyecto del gobierno de Burgdorf ‘Fokus Integration’ fue encomendado a la política y etnóloga Ruth-Gaby Vermont.
En él, Marianne Stettler participó como representante escolar.
En ese marco se realizaron encuentros entre la comunidad extranjera y local para establecer los lineamientos a seguir.
Actualmente ella forma parte de la recién formada comisión de integración de esa ciudad del cantón de Berna.
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