Un gestionario de crisis para la Quinta Suiza
Markus Börlin, encargado de asuntos inherentes a los suizos en el extranjero en el Ministerio de Exteriores, narra a swissinfo sus experiencias en la gestión de crisis y de casos benignos.
Este embajador desconoce la rutina y no le aburre su trabajo. Ayudar a sus compatriotas en apuros es, a su juicio, un deber fundamental del Estado.
swissinfo: Usted vivió muchos años en el extrannero ¿qué percepción tuvo de Suiza en esa época?
Markus Börlin: Es siempre interesante el cambio de perspectiva, aún estando en vacaciones. Por supuesto que eso se nota en mayor medida durante una permanencia prolongada en el extranjero.
Las pequeñas cosas que tal vez nos enervaban en Suiza adquieren otra dimensión en el extranjero, e incluso se convierten en preocupaciones de lujo. Eso me pasó en África.
Es también natural que el extranjero sea visto de otra manera. Las concepciones que tenemos son puestas a prueba por los hechos. Se trata siempre de un proceso muy interesante: se compara la imagen que se tenía del país anfitrión con las nuevas realidades, así como con las llevadas de la patria.
swissinfo: Desde mayo dirige usted División VI del Ministerio de Exteriores (DFAE), una división en la que ya estuvo activo. ¿Cuáles han sido hasta ahora sus experiencias más impactantes?
M. B.: Muchas cosas han pasado en mi primer periodo de trabajo entre los años 2000 y 2004, y luego desde mayo reciente. Asumí las responsabilidades de atención después de los atentados en Nueva York en 2001; durante la toma de rehenes en el Sahara en 2003; luego tras el Tsunami y ahora en el Líbano. Durante el conflicto armado hemos ayudado para que 900 compatriotas y sus familiares dejen el Líbano.
En el plano de las grandes crisis, todas han constituido experiencias significativas. Pero también debo evocar los «pequeños» casos, mucho más numerosos que a menudo no son relatados por los medios de comunicación porque atañe a pocas personas.
Tal como pasa con los bomberos o los policías, es importante guardar en cada caso una distancia profesional. Nuestra responsabilidad es resolver los problemas y no sólo mostrales compasión.
swissinfo: Es cada vez mayor el número de suizos que viajan o viven en el extranjero. Considerando las guerras y el terrorismo, ¿implica esta evolución más trabajo para usted?
M. B.: No necesariamente. No hay relación absoluta entre el número de suizos en el extranjero y un aumento de trabajo. La amplitud del trabajo tiene más bien que ver con el crecimiento del peligro o la complejidad de los riesgos en el extranjero.
Por otra parte, el mundo está desarrollado en el plano técnico. Numerosos problemas se pueden resolver hoy con más facilidad. Durante las vacaciones en el extranjero, ya no se necesita con frecuencia el apoyo de una representación suiza.
Eso significa que nosotros estamos más bien para encarar casos difícles y complejos. En ese sentido representa más trabajo para nosotros.
swissinfo: Se cierran consulados mientras aumentan los suizos en el extranjero. ¿No es una contradicción?
M. B.: Hay que verlo en un marco más amplio. El tamaño de nuestra red de representnaciones es determinado por los recursos que pone a disposición el DFAE. Esa es una decisión política.
En estas condiciones dadas, debemos analizar constantemente las necesidades sin perder de vista la preservación de los intereses de Suiza.
¿Queremos una embajada? ¿Es aún necesario ese o aquel consulado? ¿No sería conveniente establecer una representación en tal o cual país que tiene una importancia creciente para Suiza?
Es evidente que la necesidad de apoyo es más importante en un país emergente o en un país en vías de desarrollo que en un país europeo vecino de Suiza. De ahí también surge la decisión de desplazar ciertos recursos.
swissinfo: Usted hizo referencia a la toma de rehenes en el Sahara. ¿Hasta dónde es el Estado responsable del bienestar de sus compatriotas en el extranjero y dónde comienza la responsabilidad individual?
M. B.: Es una cuestión política. La discusión tuvo lugar en el momento de la toma de rehenes en el Sahara, pero de ningún modo cuando la evacuación del Líbano. La población y los políticos suizos partieron del principio que, en el caso de Líbano, nuestros compatriotas no tenían la culpa de haber sido sorprendidos por la guerra y, por tanto, podían esperar una ayuda total del Estado.
Si en Suiza la policía o los bomberos son llamados para salvar a la gente en situación difícil -como fue el caso del Sahara, o de las personas que fueron víctimas de una organización cirminal-, no se plantea en principio la pregunta sobre la responsabilidad. Se acude en su ayuda. Es tarea del Estado.
En nuestras recomendaciones a los viajeros indicamos cuáles pueden ser los peligros posibles en ciertas regiones. El terrorismo, por ejemplo. Pero a fin de cuentas, es corresponde a cada persona tomar la decisión. El Estado no debe situar a los cidadanos bajo su tutela sino ayudarles a considerar los riesgos y a decidir.
Se trata asimismo de no hacerle juego al terrorismo. Si después de un atentado desaconsejamos sistemáticamente el ir a cierta región, los terroristas lograrán su objetivo.
swissinfo: ¿Cuáles son los grandes problemas y preocupaciones de su vida cotidiana?
M. B.: En este verano es la crisis libanesa. Paralelamente la posibilidad de que una catástrofe natural, una crisis política o un ataque terrorista pueda surgir en cualquier momento en alguna parte del mundo.
Nunca se sabe cuándo o qué pasará. Y dado que cada crisis es distinta, jamás podemos confiarnos en un mecanismo rutinario.
Interview swissinfo, Gaby Ochsenbein
634.216 suizos estaban registrados en el extranjero hasta fines de 2005.
Esa cifra implica un aumento de 11.159 con respecto al año precedente.
395.397 viven en Europa.
18.017 en África.
163.122 en América.
30.451 en Asia.
27.229 en Oceanía.
Los suizos establecidos en el extranjero tienen el derecho de voto por correspondencia desde 1992.
1960: nacimiento en Basilea, ciudad en la que hizo sus estudios (Licenciado en Derecho).
1990: ingreso en el servicio del Ministerio de Relaciones Exteriores (DFAE).
1997: transferencia a Nairobi en calidad de primer colaborador del jefe de misión.
1999: promoción al rango de consejero de embajada.
2000: asume el cargo de jefe del servicio de gestión de crisis (con título de ministro).
Mayo de 2006: promoción al cargo de jefe de la División Política VI, Suizos en el extranjero.
El Servicio para suizos en el extranjero del Ministerio de Exteriores fue instaurado a fines de los años 1940.
Desde 1999 está incorporado en la División Política VI del DFAE.
Esta división se ocupa de la política relativa a los suizos en el extranjero, de la protección consular y de las crisis de gran importancia.
El Servicio para suizos en el extranjero es responsable de la información a los helvetas en el extranjero, de establecer la estadística de los suizos expatriados, y está representado en algunas organizaciones que se encargan de la presencia suiza en el extranjero.
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