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Un puente entre Suiza y el resto del mundo

Delia Krieg-Trujillo y Andrea Völlmy integran el equipo de 'Nosotras'. R. A. Fierro

En 1995, 'Nosotras' abrió sus puertas a las latinoamericanas que vivían en Basilea. Hoy este centro es frecuentado también por mujeres de otras nacionalidades.

Allí mantienen vínculos con sus propias raíces y dan los primeros pasos para integrarse en su segunda patria.

Desde este «centro de información y lugar de encuentro para mujeres de América Latina» se aprecia el apacible discurrir del Rin. Pero Suiza es más que este paisaje idílico. Sobre todo para las recién llegadas, puede ser además una fuente de desorientación y desarraigo.

«Fundamos este centro pensando en el gran número de latinoamericanas que vive en los semi-cantones de Basilea Ciudad y Basilea Campo. Queríamos darles información en su propio idioma y ayudarles a encaminarse en esta sociedad», dice la boliviana Delia Krieg-Trujillo.

Las otras cofundadoras de Nosotras de Argentina, El Salvador y Perú tomaron diferentes rumbos. Delia persiste en este proyecto que empezó en Zurich. «La principal dificultad es la económica. Sobrevivimos con donaciones y todas trabajamos gratis», dice.

«Esperamos que en los próximos meses podamos recibir apoyo de la Oficina de Integración de la ciudad de Basilea y de la Oficina Federal para la igualdad entre hombres y mujeres» agrega Krieg-Trujillo, madre de dos hijas y habitante de Basilea desde hace 20 años.

Mejorar la convivencia

‘Nosotras’ busca la integración respetando las diferencias. «Así como no se puede decir ‘todos los suizos son indiferentes’, es un estereotipo afirmar que los latinoamericanos son de ésta u otra manera, cada migrante tiene una historia personal. De lo que se trata es de encontrar nuevas formas y mejores formas de convivencia, concluye Krieg-Trujillo.

Ello implica también la presencia de suizas en Nosotras. Una de ellas es Andrea Voellmy, casada con un ecuatoriano y estudiante de etnología y sociología de la Universidad de Basilea.

Según esta especialista en migración e integracion, el trabajo de ‘Nosotras’ se dirige a las migrantes porque «las casadas con suizos están en desventaja profesional frente a las suizas, muchas están en el sector informal y son aún más frágiles si están en la ilegalidad».

Latinos sufrirían un «racismo positivo»

Nuestra ayuda es puntual, por ejemplo, con cursos de alemán, no nos concentramos en cambiar estructuras o luchar contra políticos, opina Voellmy. A la pregunta de si los extranjeros hacen lo suficiente para integrarse, responde: «hay algunos que hacen mucho, otros poco».

Cada caso es individual, lo cierto es que la gente no migra para estar al margen de la sociedad, señala Voellmy. Pero, aclara, condición indispensable para que los extranjeros se integren es la apertura de los suizos. «Con la globalización, uno tiene que estar abierto a otras culturas».

Voellmy cree que particularmente la llamada «cultura latina» no tiene grandes problemas en Suiza y que mas bien sufriría de un ‘racismo positivo’. Sin embargo, sostiene que pensar que un latino o latina «seguro que baila salsa’, también es un estereotipo.

Sin apertura suiza no habrá integración

La basiliense Elisabeth Maurer coincide con Voellmy en que la cultura latinoamericana puede enriquecer a la suiza. «Aqui organizamos cada tres meses una comida multicultural con muy buenas especialidades, música alegre y gente abierta y cariñosa que viene a uno».

Pero vienen muy pocos suizos, sólo los casados con extranjeras, critica Maurer. «Los suizos esperamos que los extranjeros se integren, pero eso es imposible si no nos abrimos, si somos impacientes, si esperamos que el otro hable tan rápido como nosotros. La integración es mutua y toma tiempo».

Maurer, profesora de alemán, dicta cursos de conversación en ‘Nosotras’ gratuitamente. «Hablamos de temas cotidianos, con alegría, sin presiones. Algunas mujeres tienen problemas con la pronunciación, pero lo importante es que quieren aprender».

Para limpiar no necesitaba del alemán

Aprender alemán es justamente lo que más quería hacer la peruana Janet Salinas hace siete años, cuando llegó a Suiza. Pero lo que menos tenía era tiempo. Hacía limpieza todo el día para enviar dinero puntualmente a su hija adolescente y a su madre enferma en Lima.

En Suiza, Janet formó una nueva familia con otro peruano que tenía permiso de residencia y además tenía una hija de otro compromiso. Luego de un par de años nació el hijo de la nueva pareja y ella debió dedicarse por completo a su familia ‘patchwork’.

«Traje a mi hija de Perú y ahora que llevo una vida normal puedo aprender alemán. Necesito el idioma para consultar al pediatra, para matricular a mis hijas en el colegio». Janet sueña con volver al Perú, pero eso no pasa de ser un sueño. «No puedo irme a la nada, aquí el futuro es más prometedor».

Nada es fácil en un país ajeno

También persiguiendo un sueño llegó a Suiza la española Dulce Pérez Hernández. «Tenía mucho estrés laboral. Trabajaba en el departamento de distribución de un periódico en las Islas Canarias. Era mucho trabajo y ganaba poco. Quería conocer otros ambientes».

Justo cuando ya no soportaba más su rutina, Dulce recibió la propuesta de una amiga para venir a Basilea. «Esa amiga tenía un hermano que tenía una hija con una basiliense. Ella vino a cuidar a su sobrina y, de paso, me animó a venir».

Los comienzos fueron muy amargos para Dulce. «Busqué trabajo por lo bajo, primero planchando manteles en un restaurante y luego en limpieza en una empresa farmaceútica. Me habían dicho que maltrataban a los extranjeros, que nadie soportaba ese trabajo y así fue».

‘Nosotras’ es como un refugio

Dulce, menuda y de ojos verdes intensos, trabajaba dos horas y necesitaba cinco para recuperarse. Un día abandonó el puesto, la empresa amenazó con denunciarla, ella se quejó al sindicato. ‘No harán nada contra tí, ellos mismos están en falta’, le dijeron.

«Sigo trabajando en limpieza en la empresa de una amiga, mi jefe es turco y me parece más humano», dice Dulce, quien llegó a Nosotras gracias a la colombiana Angela. «Aquí aprendo alemán gratis y recibo conferencias sobre autoestima en horarios que se adaptan a mi trabajo».

Dulce tiene ahora un permiso L y se identifica con Latinoamérica. «Aquí todas tienen problemas, pero hablamos de ellos, este es como un refugio», concluye. Lo que más le gusta de Basilea es que en la ciudad haya muchos extranjeros.

El paraíso no existe

La mexicana Elia Hanke-Padilla es otra latinomericana que en Nosotras encontró lo que buscaba: información sobre la formación de niños y una red social. Ella estuvo casada con un suizo. «Con él me sentía aislada, no quería contacto con gente de mi cultura, tampoco con otros suizos». Elia se divorció y ahora está casada con un alemán.

La venezolana Mónica Aponte llegó a Basilea hace dos años, después de hacer un periplo por varias ciudades europeas donde trabajó su esposo, un ciudadano suizo. «En una nueva ciudad una está desubicada y nuestra pareja no está acostumbrada a enfrentar estos problemas».

En ‘Nosotras’ Mónica encontró orientación, sobre todo jurídica, y conoció a otras mujeres de su cultura, aunque no es de las que se aferren a ésta. «Para comprender a otra cultura, hay que vivirla. Después de este tiempo en Suiza pienso que el paraíso no existe, tampoco el infierno».

swissinfo, Rosa Amelia Fierro

– «Nosotras’ abrió sus puertas por primera vez el 25 de marzo de 1995.
– El centro está ubicado en la calle Klingentalgraben 2, 4057 Basilea.
– Inicialmente fue concebido como un lugar para mujeres de habla hispana y portuguesa.
– Hoy se ha convertido en un centro de información intercultural para mujeres de distintas nacionalidades. Entre ellas destacan las albanesas e iraníes.

– Una de las actividades centrales de ‘Nosotras’ son los cursos gratuitos de alemán y de informática.
– También organiza juegos de grupo para niños de 3 a 6 años.
– Formación, relaciones de pareja, colegio, permisos de residencia, el sistema de salud y los procesos de integración son temas que discuten en sus encuentros.
– Asimismo llevan adelante dos proyectos: Idioma y cultura del país natal para niños de parejas binacionales y familias latinoamericanas; y Encuentro Cultural para familias multiculturales de Basilea y alrededores.
– Uno de los proyectos a corto plazo es la página Internet de ‘Nosotras’.

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