Zúrich revisa su política antidrogas
La política antinarcóticos aplicada en la última década por Zúrich ha sido fructífera. Sin embargo, se ha centrado demasiado en la denominada ‘escena abierta’.
La ciudad revisa su estrategia sobre distribución de heroína bajo control, en forma previa a las votaciones del 26 de septiembre.
Pionera hace 10 años en el rubro, la ciudad de Zúrich rindió cuentas de sus gestiones desde el cierre de la ‘escena abierta’ (sitio público para la distribución controlada de estupefacientes) de Letten en 1994, en un informe denominado ‘Política de la ciudad de Zúrich en materia de droga y dependencia’.
La realización del informe, presentado este jueves y que había sido exigido por el Parlamento, permitió también al ejecutivo local diseñar su estrategia futura. Luego de concentrarse en la heroína, busca intervenir ahora en otras dependencias y estimular la reintegración de los toxicómanos.
De la supervivencia a la integración
“Concentramos demasiado nuestros esfuerzos en los problemas ligados a la escena abierta y descuidamos otros aspectos”, reconoce la responsable de los asuntos sociales de la ciudad de Zúrich, Monika Stocker.
Añade que aunque esa política resultó exitosa, debe ser adaptada toda vez que los escenarios de la droga han desaparecido.
La modificación debe implementarse en particular, en el tercer pilar de la política comunal, es decir, la ayuda a la supervivencia, que consiste en distribuir heroína a las personas con una fuerte dependencia, de manera descentralizada, en diversos lugares de la ciudad.
La municipalidad pretende enfatizar ahora la reintegración social. Sin embargo, es difícil: las empresas mantienen su postura de cerrar las puertas a las personas que tienen dependencias y la ciudad recibirá 3,1 millones de francos menos de la ayuda cantonal para el renglón.
Drogadictos olvidados
Zúrich fortalecerá también el tratamiento de otros tipos de toxicomanías.
En efecto, si el consumo de la heroína retrocede, aquel de substancias tales como la cocaína o el écstasy han cobrado importancia. Los consumidores de cannabis, que hasta ahora eran tratados solamente por la Justicia y la Policía, también recibirán un mejor seguimiento.
“Para hacer frente a la evolución del consumo, los centros de consulta deben ser polivalentes”, declara Robert Neukomm, responsable municipal de la Oficina de Salud.
Cualquier persona con una dependencia –del cocainómano al alcohólico- podrá recibir consejos. “Hay que terminar con las diferenciaciones entre las drogas legales e ilegales”, subraya.
Para los cocainómanos o los heroinómanos que consumen igualmente cocaína, deben desarrollarse nuevos medios de intervención. “Para esos toxicómanos, estamos en el mismo punto que hace diez años con la heroína, pero Zúrich no puede actuar sola”, precisa el munícipe.
Un proyecto piloto de distribución de cocaína está siendo estudiado en Zúrich. Empero, la Oficina Federal de Salud Pública (OFSP) no se muestra favorable. La dependencia apoya, sin embargo, proyectos pilotos de Berna y Basilea para el reparto de un medicamento de sustitución, la ritalina.
La ciudad de Zúrich intensificará los esfuerzos de prevención entre jóvenes víctimas del desempleo y, en lo que atañe a la represión, buscará excluir de algunos barrios a los toxicómanos que rompen el orden público, cualquiera que sea su nacionalidad.
Corresponde al pueblo decidir
Para ello, la ciudad deberá ganar los comicios del 26 de septiembre.
Los ciudadanos de la municipalidad deben, en efecto, aceptar, por quinta ocasión, un crédito de alrededor de un millón de francos anuales para la distribución de la heroína.
De acuerdo con Monika Stocker, sería peligroso poner en tela de juicio esta forma de apoyo a los toxicómanos.
Aun cuando el consumo de heroína ha decrecido, la situación puede agravarse de nuevo en cualquier momento. El programa de distribución forma parte de la política denominada de los cuatro pilares (prevención, represión, ayuda a la supervivencia y terapia) que cuenta también con el apoyo de la Confederación.
Sólo la Unión Democrática del Centro (UDC-derecha dura) se opone. En su opinión, un toxicómano no lleva una vida sana más que cuando logra salir de las drogas.
La política de Zúrich busca un objetivo más pragmático, según explica Monika Stocker: no la utopía de una ciudad sin drogas, sino una gestión de las dependencias compatible con la vida de los habitantes.
swissinfo y agencias
En Suiza, alrededor de 30.000 personas consumen las llamadas ‘drogas duras’.
Unos 2.500 toxicómanos han seguido programas de tratamiento a partir de la heroína.
Unos 18.000 siguen terapias de sustitución a base de metadona.
Sólo en 1993, 194 personas murieron víctimas de las drogas.
En el verano de 1994 se registraron cuatro homicidios en la plaza de Letten.
Alrededor de 3000 drogadictos se reunían en ese lugar de distribución y consumo de heroína.
Para prevenir el Sida, unas 15.000 jeringas eran distribuidas diariamente.
En 1994 se decretó el cierre del sitio y un año más tarde estaba completamente limpio.
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