Cisma en el Gobierno francés por la introducción del nuevo Nutriscore
(Actualiza con directora Nutriscore Francia y con responsable del queso Roquefort)
París, 13 mar (EFE).- La implantación en Francia del último Nutriscore, que debía de haber entrado en vigor en 2024 y que actualiza la nota de varios productos, enfrenta al ministerio de Agricultura, que bloquea la medida, y al de Sanidad, que la apoya.
La polémica confesión hace una semana de la ministra de Agricultura, Annie Genevard -quien reconoció que no había firmado la instrucción sobre el nuevo Nutriscore porque daba mala nota a ciertos productos lácteos como el queso Roquefort-, suscitó una campaña de oenegés y asociaciones de consumidores para presionar a la política conservadora.
Una carta dirigida al primer ministro, François Bayrou, en la que se denunciaba que Genevard se plegaba a los ‘lobbys’ agroindustriales en detrimento de la ciencia y la salud ha tenido ya reflejos en el propio Ejecutivo.
El Ministerio de Sanidad de Catherine Vautrin se posicionó a favor del nuevo sistema de clasificación nutricional. Este mismo jueves, el director general de Sanidad, Grégory Emery, aseveró que «nunca ha estado tan cerca» de entrar en vigor la nueva versión de «una herramienta que juega a favor de la salud pública».
La presión sobre Vautrin ha aumentado, pues, según el diario ‘Le Monde’, el ministro de Economía, Éric Lombard, también es favorable. El nuevo Nurtiscore necesita la firma de Agricultura, Sanidad y Economía para su entrada en vigor.
Mientras países como Bélgica o Alemania han aplicado el etiquetado actualizado desde 2024, los productos franceses que voluntariamente adoptaron esta notación en 2017 en forma de semáforo, que va del verde (A) para los productos más saludables, al rojo (E) para los menos, todavía no lo han hecho.
Por ello, los productos franceses cuentan con un etiquetado desfasado y muy criticado por los usuarios, como la nota severa respecto al aceite de oliva y la favorable a algunas marcas de cereales de desayuno.
Estas cuestiones fueron corregidas en 2024 por el nuevo algoritmo puesto en marcha por un grupo de científicos europeos liderados por la Universidad 13 de París-Bobigny.
Aunque el etiquetado es voluntario y se aplica sólo en Francia, Alemania, Bélgica, España, Holanda, Luxemburgo y Suiza, la Comisión Europea (CE) anunció un plan para implantarlo en todos los países de la Unión Europea por incitar a que el consumidor compre productos más saludables, con menos grasas, azúcares y sal.
Sin embargo, ante la presión de gobiernos como el italiano de Giorgia Meloni, la CE ha aparcado ese plan.
Polémica del valor nutricional de quesos artesanales
La responsable del programa Nutriscore en Francia, Mathilde Touvier, explicó a EFE que la decisión de la ministra de Agricultura ha provocado «un torrente a favor» del sistema de calificación nutricional, que incluye a numerosos parlamentarios, y opinó que, debido a la presión, «no ve cómo (Genevard) no cederá y acabará firmando» la actualización.
Aunque la CE haya descartado su implementación obligatoria en los Estados miembros, Touvier consideró que «el Nutricoscore está lejos de estar muerto» y señaló que ahora Austria y Finlandia «reflexionan» sobre su adopción.
Respecto al descontento de los quesos franceses con denominación de origen, la científica aclaró que el sistema aporta «una información nutricional» sin poner en causa que sea un «buen producto local» y que una nota baja, de D o E, no quiere decir que «se prohíba su consumo».
Sébastien Vignette, el secretario general de la Confederación del Roquefort -uno de los quesos emblemáticos de Francia-, discrepó de Touvier y aseveró, en declaraciones a EFE, que las notas malas «no son para nada una invitación al consumo, sino todo lo contrario».
Vignette criticó el Nutriscore por no tener en cuenta los productos simples y de calidad con los que los quesos tradicionales franceses se elaboran -en el caso del Roquefort, la leche cuajada de oveja, el hongo Penicillium roqueforti y la sal-.
«Para subir de nota, no podemos cambiar de receta. Solo lo podríamos hacer introduciendo leche pasteuriza, aditivos de textura para sustituir grasas naturales y los conservadores químicos por la sal», aseveró Vignette, quien insistió en que, en ese caso, el queso sería mucho menos saludable por todos los ingredientes artificiales.
El representante de Roquefort dijo no entender cómo un refresco sin azúcar ultraprocesado tiene mejor nota que un queso de denominación de origen y demandó, por ello, que este último producto quede exento del etiquetado Nutriscore. EFE
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