Consejo Presidencial de Haití decide destituir al primer ministro en lucha de poder
El Consejo Presidencial de transición en Haití decidió destituir al primer ministro, Garry Conille, con el que mantenía un conflicto por el control del gobierno, según una publicación del diario oficial del país caribeño, con fecha del lunes 11 de noviembre, a la que accedió la AFP este domingo.
El órgano presidencial de nueve miembros, formado en abril para dirigir una nación golpeada por un repunte de la violencia pandillera y tras la dimisión del impopular primer ministro Ariel Henry, había investido a Conille a principios de junio.
Según el documento consultado por la AFP, el Consejo Presidencial eligió al empresario Alix Didier Fils-Aimé como nuevo primer ministro.
La decisión de destituir a Conille llega tras semanas de conflicto entre el dirigente y el consejo de transición.
Este último deseaba cambiar los titulares de los ministerios de Justicia, Finanzas, Defensa y Salud, una decisión rechazada por el primer ministro, según el Miami Herald.
Conille envió, por su parte, una carta al órgano presidencial esta semana para pedir la dimisión de tres de sus miembros implicados en un escándalo de corrupción.
La decisión del Consejo Presidencial abre un nuevo periodo de incertidumbre en el país caribeño, golpeado desde hace décadas por la violencia, la pobreza y la inestabilidad política.
No está claro, además, que el Consejo Presidencial -formado por una alianza de partidos políticos y miembros de la sociedad civil- tenga el poder de despedir al primer ministro, ya que esta figura carece de una base constitucional y no fue ratificada por un Parlamento.
Conille intentó evitar su destitución mandando un correo al director de la prensa nacional, encargado de publicar el diario oficial de la república.
En el documento, al que tuvo acceso la AFP, el primer ministro asegura que «la resolución del Consejo Presidencial de Transición (…) está claramente empañada de ilegalidad».
– Ola de violencia –
Este cambio al frente del gobierno llega en el peor momento para Haití, un país devastado por la violencia de las pandillas y hundido en una grave crisis humanitaria.
Varios de esos grupos armados, que controlan el 85% de la zona metropolitana de Puerto Príncipe y las principales carreteras del país, se aliaron en febrero para derrocar al gobierno de Henry con una serie de ataques contra infraestructuras claves como el aeropuerto internacional, comisarías y cárceles.
El nombramiento del consejo de transición y del gobierno interino de Conille tenía como objetivo principal frenar a esas pandillas y conducir al país a sus primeras elecciones desde 2016.
Las nuevas autoridades se comprometieron además a recibir una fuerza internacional, apoyada por la ONU, cuyo objetivo era respaldar a la policía nacional.
Meses después de la llegada de sus primeros integrantes, esa misión extranjera tarda en obtener resultados visibles frente a unas bandas bien armadas y organizadas.
Según un informe reciente de la ONU, entre enero y junio de 2024, hubo más de 3.600 homicidios y 1.100 secuestros en Haití.
El documento de Naciones Unidas indica, además, que las pandillas adaptaron sus acciones al despliegue de la fuerza internacional, compuesta por unos 400 policías y militares, en su mayoría kenianos.
La violencia obligó a más de 700.000 personas -la mitad de ellas niños- a abandonar sus hogares, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
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