Contaminante y escasa: la crisis del suministro eléctrico de Kosovo
Ivan Blazhevski
Pristina, 6 feb (EFE).- Kosovo tiene que importar casi la mitad de la electricidad que consume y la producción local depende de viejas plantas de quema de carbón, creando un problema de escasez de suministro y contaminación al que tendrá que hacer frente el Gobierno que salga de las elecciones de este domingo.
«Hoy, de nuevo, no tenemos electricidad en esta manzana. Té, zumo o un café soluble frío. Es todo lo que le puedo ofrecer», explica al periodista de EFE Arjeta, la camarera de una cafetería en pleno centro de Pristina.
Esa escena muestra la diaria frustración de muchos kosovares respecto a la crónica crisis energética de un país que sigue dependiendo de la quema de carbón para producir una electricidad que no alcanza a cubrir la demanda.
Según el regulador energético kosovar, en los momentos de más consumo el país tiene que importar hasta el 40 % de la energía que necesita, a menudo a precios elevados, algo que supone una carga para el presupuesto estatal.
Dependencia del carbón
Hace tres años, en pleno invierno, el país sufrió una oleada de masivos cortes de electricidad que en algunas zonas se prolongaron durante 24 horas.
El lignito, un tipo de carbón de calidad media y poco poder calórico, es el principal combustible de las dos plantas termoeléctricas situadas a unos 10 kilómetros de Pristina que generan el 90 % de la oferta el de la exprovincia serbia, de poco más de 1,5 millones de habitantes.
Kosovo A, operativa desde mediados de la década de 1970, y Kosovo B, desde principios de la de 1980, sufren frecuentes averías debido a su antigüedad y son incapaces de satisfacer la creciente demanda, que subió un 143 % entre 2000 y 2020, según la Agencia Internacional de la Energía.
Una ventaja es el módico precio de este tipo de energía, con un valor medio de 7 céntimos por kilovatio/hora, una de las tarifas más bajas de Europa.
Kosovo, que acumula la quinta reserva de lignito más grande del mundo, es al mismo tiempo uno de los países de Europa más dependientes de ese combustible.
Sin apenas renovables
De hecho, es el país de los Balcanes con el menor porcentaje de energías renovables en el mix eléctrico, sólo un 6,6 % (en la Unión Europea la media es del 24,5%), según declaraciones del experto en clima Viktor Berishaj a BIRN, una red de periodismo de investigación.
Los especialistas en energía atribuyen las crisis de suministro a la falta de inversiones, el retraso en las políticas de diversificación de fuentes y en la inestabilidad política.
‘Autodeterminación’, el partido en el Gobierno, ha prometido durante la campaña iniciar una transición hacia energías renovables, con parques de producción solar y eólica, pero también la modernización de la central Kosovo A.
El opositor PDK, por su parte, plantea construir una planta de gas que generaría 350 MW, menos de la mitad de lo que produce Kosovo A, y construir tuberías que conecten, a través de Albania y Macedonia del Norte, con el gasoducto Trans Adriático, que lleva gas desde el mar caspio y Oriente Medio a Europa Occidental.
Además de escasa, la electricidad producida en Kosovo es muy contaminante.
Problemas de salud
Las dos plantas termoeléctricas, con una tecnología anticuada, emiten gases, como dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno, y partículas que tienen graves efectos en el clima y en la salud.
Durante el invierno, el aumento de la demanda de calefacción agrava las emisiones, ya que muchos hogares también recurren a la quema de carbón, madera y otros combustibles de baja calidad para calentarse.
«Alrededor del 65 % de las emisiones de gases de efecto invernadero en Kosovo proceden de las dos centrales eléctricas de carbón que funcionan desde los años 1970», explicó Berishaj.
La ubicación de muchas localidades en valles aumenta el problema, especialmente en invierno, cuando el aire en las capas altas es más cálido que en la superficie, atrapando así la contaminación cerca del suelo.
Flamur Marku, pneumólogo en el Centro Clínico Universitario de Pristina, señaló recientemente a la prensa local que los problemas cardiovasculares y respiratorios aumentan durante los meses de invierno en Kosovo.
Otro elemento que ha añadido más presión al sistema eléctrico es el minado de criptomonedas, lo que consumen mucha electricidad, hasta el punto de que las autoridades han prohibido esa actividad. EFE
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