El reto energético verde de América Latina es descarbonizar el transporte
Sharm el Sheij (Egipto), 17 nov (EFE).- El principal reto energético verde de América Latina es descarbonizar el transporte, para lo que tiene una «muy buena oportunidad» si potencia aún más su matriz energética renovable que permitirán «acelerar los éxitos ya obtenidos» en este campo.
Así analizó para EFE Marcelino Madrigal, jefe de la división de Energía del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el marco de la cumbre climática COP27, quien además resaltó la capacidad regional para aprovechar la transición energética para ir «más allá» de sólo ampliar el uso de energías limpias y abordar la explotación de los «minerales del futuro» como el litio y el cobalto, imprescindibles para la nueva economía energética.
Madrigal recordó que respecto a la energía renovable, América Latina ya está «muy por encima del promedio» global, con un 60 % de su matriz eléctrica que responde a estas fuentes, si bien con mucha variación regional.
«En este contexto, ¿qué significa transición energética para la región? Yo creo que es aprovechar los recursos naturales de una manera sostenible para continuar teniendo ese suministro de energía que necesita la economía y los hogares, pero que sea aún más bajo en carbono, que sea seguro y sobre todo competitivo para nuestras economías», razonó el experto mexicano.
Con ese esfuerzo, la región podría aprovechar «los cambios tecnológicos para seguir siendo un polo de desarrollo y atraer esas inversiones que buscan energía limpia a precios competitivos».
«La transición para América Latina significa acelerar donde ya está y construir sobre esos éxitos que veníamos logrando y empezar a descarbonizar otro segmentos de la economía. La fuente mayor de emisiones ya no es el consumo de electricidad, que en promedio ya es bastante limpia. Lo que tenemos que hacer es ir a descarbonizar otras áreas de la economía como el transporte», dijo.
En ese aspecto, las perspectivas son buenas, ya que «hay una ventaja impresionante», pues ya tienen energía limpia. «Y si la ponemos en vehículos como los de transporte público, se reducen mucho las emisiones».
«Es un encaje perfecto», dijo.
La región también se beneficiaría de estas acciones, pues como ya demostró con esta crisis energética el hecho de que los que mejor la han enfrentado son «los que tenían más energías».
Si se profundizan las renovables en la matriz energética, se podría dar otra oportunidad, la de explotar los «minerales críticos» para esta transición: cobre, litio, silicio o cobalto, muy presentes en la región.
«Ese es el camino, de cómo avanzar de economía exportadora de petróleo de muchos de nuestros países a ser exportadores y productores de minerales críticos para la transición energética», resumió.
Para avanzar en este camino, Madrigal señaló que resta trabajar en «políticas y regulaciones» que den «las señales adecuadas para la inversión», con unos «fundamentos correctos y buen soporte institucional regulatorio».
«En la transición, además de asegurarnos tener energía limpia, tenemos que asegurarnos que es justa y no se nos puede olvidar que aún hay aproximadamente 19 millones de personas en Latinoamérica que no tienen energía eléctrica», recordó. EFE
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