Cuba mantiene «estrecha vigilancia» sobre fuertes chubascos y tormentas en el Caribe
La Habana, 1 nov (EFE).- El Instituto de Meteorología (Insmet) de Cuba indicó este viernes que mantiene una «estrecha vigilancia» sobre las condiciones meteorológicas en el área geográfica cercana a la isla, que hace diez días recibió en su zona más al este el impacto devastador de la tormenta tropical Óscar.
Un aviso de «alerta temprana» del Insmet dijo que se observa una vaguada sobre el océano Atlántico, extendida hasta las inmediaciones de las Antillas Menores y los mares al norte de Puerto Rico y República Dominicana, que tiene «fuertes núcleos con actividad de chubascos, lluvias y tormentas eléctricas».
Por otro lado, también señala la presencia de una extensa área de bajas presiones sobre el suroeste del mar Caribe, la cual trae asociada «abundante nubosidad, con posibilidades de desarrollo de algún organismo ciclónico tropical durante los próximos días».
El boletín advierte que independiente del desarrollo que puedan alcanzar estos sistemas y dada la proximidad a Cuba, lo más importante serían «los chubascos, las lluvias y tormentas eléctricas, que pueden afectar» la isla, incluida la zona oriental, donde se reportaron abundantes precipitaciones a finales de octubre.
Actualmente, la provincia de Guantánamo -en el extremo este- se recupera del severo golpe ocasionado por el azote directo de la tormenta tropical Óscar, donde las intensas lluvias dejaron inundaciones sin precedentes.
El saldo provisional de daños informado por las autoridades incluye al menos ocho muertos, estragos a más de 11.000 viviendas, la agricultura, los viales, los servicios de electricidad, las comunicaciones y el suministro de agua, así como comunidades aisladas y ríos crecidos, entre otros.
Los municipios más afectados son Baracoa, Imías, Maisí y San Antonio del Sur, donde las inundaciones del pasado 21 de octubre, dejaron numerosos destrozos al fondo habitacional, instituciones de salud y centros escolares, y pérdidas de bienes personales.
Óscar -el primer meteoro que golpeó directamente a Cuba en la actual temporada de ciclones- penetró el domingo 21 de octubre como huracán de categoría 1 (de 5 en la escala Saffir-Simpson) por un punto cercano a Baracoa, y luego se convirtió en una tormenta antes de salir 24 horas después por la provincia Holguín (noreste).
Anteriormente, a finales de septiembre y principios de octubre los huracanes Helene y Milton dejaron a su paso próximo por la región occidental de Cuba efectos indirectos como inundaciones ligeras en localidades costeras, cortes de la electricidad y daños a la agricultura.
Los meteorólogos cubanos han previsto que la actividad ciclónica -vigente del 1 de junio hasta el 30 de noviembre- será «muy activa» con la posible formación de 20 tormentas tropicales, de las que al menos 11 podrían llegar a ser huracanes, por condiciones favorables existentes en el área para su formación y desarrollo. EFE
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