Cuenca elude los apagones por la Cumbre Iberoamericana mientras Ecuador sigue a media luz
Susana Madera
Cuenca (Ecuador), 12 nov (EFE).- El centro histórico de la ciudad ecuatoriana de Cuenca no tendrá apagones durante la XXIX Cumbre Iberoamericana de jefas y jefes de Estado y de Gobierno, que se llevará a cabo entre el 14 y 15 de noviembre, en una semana marcada por cortes de electricidad de hasta 12 horas diarias en el país.
Vistas en la noche desde el mirador de El Turi, las luminarias delimitan calles y avenidas del centro histórico de Cuenca, la luz baña las cúpulas de sus iglesias y no se escuchan generadores de electricidad, que rompan la tranquilidad de la noche.
Pero el cronograma definido hasta el próximo jueves por la empresa eléctrica ‘Centrosur’, que comercializa la electricidad en esta parte del país andino, marca apagones programados de hasta doce horas en los alrededores del centro histórico de Cuenca, capital de la sureña provincia andina de Azuay.
Los apagones que se habían reducido a seis horas en distintas franjas horarias en todo el país (con excepción del archipiélago de Galápagos), subieron luego a ocho y desde el sábado han llegado hasta a doce horas, aunque a finales de octubre hubo días con hasta catorce horas diarias de apagones en distintas franjas horarias.
El Ministerio de Energía y Minas justificó el nuevo aumento en las horas debido a mantenimientos programados y de emergencia en las centrales Agoyán, San Francisco y otras plantas térmicas, así como a los nuevos mínimos históricos registrados en los caudales de los ríos que alimentan a las principales centrales hidroeléctricas del país.
El incumplimiento del cronograma tanto en el corte como en el restablecimiento del servicio eléctrico ha provocado innumerables críticas de la ciudadanía.
Las redes sociales se han convertido en un canal de desahogo ciudadano, donde circulan innumerables reclamos -algunos de grueso calibre-, por el incumplimiento de los cronogramas, que torna complejo organizar el día a día.
Reclamos ciudadanos
Pero en las calles también se escuchan reclamos, como el de Walter, de 24 años, quien trabaja en una cafetería en Cuenca, que se ha visto obligada a cambiar horarios para cocinar, los de los trabajadores y del cierre de locales, entre otros.
Walter expresó a EFE su anhelo de volver a escuchar constantemente las risas y la música saliendo de los bares y restaurantes de la zona turística de la urbe, silenciadas por las noches debido a los apagones.
Una de las joyas de Cuenca es su majestuosa catedral, coronada por cúpulas celestes que adornan las postales de la sureña ciudad.
Calles solitarias
Cada día, desde hace 30 años, Guillermina se instala a los pies de la inmensa iglesia para vender velas, escapularios, libros, rosarios, incienso y otros artículos relacionados con la fe católica.
Aunque en la iglesia las velas que antaño encendían los feligreses han sido reemplazadas por pequeñas lamparitas que se encienden con una moneda, Guillermina destaca que la gente sigue comprando velas para orar en sus hogares.
Aunque ahora el centro histórico de Cuenca está iluminado, Guillermina señala a EFE los efectos al turismo por los apagones.
«Antes la gente caminaba normalmente a las siete, ocho de la noche, (pero) hoy ya no, porque hay lugares que no disponen de luz eléctrica. Entonces ‘prontito’ hay que estar en las casas por la delincuencia, por tantos peligros que hay en la oscuridad», indicó.
Dependencia hídrica
La sequía se evidencia en los ríos de Cuenca, que ahora dejan ver las piedras en los cauces secos, por donde solía correr agua constantemente.
Como en Cuenca, en otras zonas donde están las principales hidroeléctricas, persiste la sequía y por ello el Gobierno avisó que mantendrá los apagones de doce horas hasta el jueves en el país.
En la zona sur del país se asienta el complejo hidroeléctrico del río Paute, que cuenta con tres centrales de generación con una producción conjunta de más de 1.700 megavatios.
Ecuador enfrenta una dura crisis energética debido a la peor sequía de los últimos 60 años, según el Gobierno, que está empeñado en cambiar la matriz de generación eléctrica, que actualmente depende en más de un 70 % de plantas hidroeléctricas. EFE
sm/fgg/jg
(foto) (vídeo)