Argentina exhibe su buen cine en Locarno
Con dos largometrajes, ‘Abrir puertas y ventanas’ (2011), de Milagros Mumenthaler, en el ‘Concurso Internacional’, y ‘El estudiante’ (2011), de Santiago Mitre, en ‘Cineastas del Presente’, Latinoamérica toma su lugar en la 64º Edición del Festival Internacional de Cine de Locarno.
Bajo una lluvia constante y armados con paraguas e impermeables, los amantes del cine se enfrentan en estos días a las inclemencias del cielo, pero no faltan a esta insoslayable cita anual suiza con el séptimo arte.
Y esta edición 2011 del Festival Internacional de Cine de Locarno compite en el Concurso Internacional el filme escrito y dirigido por la suizo-argentina Milagros Mumenthaler, ‘Abrir puertas y ventanas’ (2011). La historia:
Tras la muerte de su abuela, tres adolescentes quedan solas en la casa familiar. El bochornoso verano no invita a la actividad y toda el inmueble parece invadido por la indolencia y la apatía. El luto se expresa con una ligera depresión en el caso de la hermana pequeña mientras que la de en medio, menos pasiva, muestra lo huraño de su carácter y la mayor cae en un narcisismo narcotizador.
Esa flema doméstica generalizada y contagiosa está destinada a desaparecer. Las larvas romperán finalmente su capullo para volar como mariposas adultas. Milagros nos muestra eficazmente el momento previo a través de una luz tenue, de tiempos largos y ritmos lentos, de respiro “latinoamericano”. Es como un bosquejo de la impenetrabilidad de la adolescencia.
La película es también una delicada puesta en escena del alma femenina la cual, al quedar huérfana, duda y se toma su tiempo antes de apropiarse de la figura adulta de mujer.
Asistimos a un “intermezzo”, a una suspensión en la blanca luz de la casa despojada.
La actuación resulta mesurada, esencial y el tema intimista requiere maestría en la expresión de los pequeños gestos y en la contención de la acción. Todo ello ha sido alcanzado con buena profesionalidad.
Los trabajos de Milagros
En conversación swissinfo.ch, Milagros Mumenthaler habla de su obra, del momento que vive el cine argentino: “En los últimos 15 años ha habido mucho interés en la producción, desde películas caseras hasta grandes producciones. Hay muchos festivales, muchos jóvenes que estudian cine. El Instituto Nacional de Cinematografía se autofinancia con un porcentaje de cada boleto de entrada al cine”.
Milagros Mumenthaler subraya su placer por estar en el rodaje, por la dirección. “Podría dirigir una película escrita por otra persona”, dice. Explica que ‘Abrir Puertas’, hubiera podido suceder en cualquier lugar del mundo, aunque tiene elementos típicos de la clase media argentina:
“Por ejemplo, la casa propia, cuya posesión no significa que se tengan los medios económicos para mantenerla, una situación muy común en Argentina”
¿Y en el futuro próximo…?
La atención a su bebé de dos meses y la escritura de guiones, pero sin descartar “todo lo que se presente en el ámbito de la dirección cinematográfica”.
Cineastas del presente
Santiago Mitre es un joven guionista de cine y de televisión, pero sobre todo es un buen director cinematográfico. A Locarno trajo su primer largometraje, luego de presentar otros trabajos en Argentina, Venecia y Cannes.
‘El estudiante’ (2011), es la historia de Roque, un provinciano que llega a Buenos Aires con la intención de formarse en la universidad estatal pero que aprende en primer término el manejo político del ateneo, los lazos e intrigas que permiten escalar el liderazgo estudiantil. Se introducirá en una política viciada por las manipulaciones, los juegos sucios, las estrategias cruzadas y los golpes de la última hora. Todo ello, lo mismo que en la “política grande”, la que administra el país, círculo vicioso: con las mismas mañas aprendidas en las aulas universitarias…
Santiago Mitra conversó con swissinfo.ch sobre el proceso de escritura del guión, que requirió mucha investigación de campo en política universitaria, a fin de lograr el mayor realismo posible.
Ese esfuerzo lo llevó a filmar escenas de asambleas reales de estudiantes y profesores, como es ahora común entre los cineastas, cuyos trabajos combinan documental y ficción.
Una familia politizada
“He escuchado discusiones políticas desde muy niño, y eso me ha marcado”, comenta el cineasta. Sin embargo, su película “no tiene una actitud militante”, ni “habla de este momento coyuntural de Argentina”, lo que intenta lograr con su película es “un retrato de la política global”.
“El porteño en particular, es muy politizado, todo el tiempo está hablando de política”, incluso ahora “hay una repolitización de la juventud, cosa que había faltado en años anteriores”.
En su opinión, existe entre los jóvenes argentinos “una actitud que quiere ser de búsqueda de un cambio”. El problema está en que “ellos mismos terminan haciendo política tradicional y pierden sus ideales”. Confiesa que no posee ninguna solución: “no sé qué es lo que deberíamos hacer, pero estoy consciente, sin embargo, de lo que no debemos hacer más, lo que no hay que repetir”.
Mitre es un joven lleno de proyectos, de sueños e ideas que puntualmente realiza. ¡Enhorabuena!
Mitre y Mumenthaler, dos excelentes representantes del cine latinoamericano en esta 64 Edición del Festival Internacional de Cine de Locarno que presenta este año trabajos en general muy maduros y temas que demuestran adhesión a la realidad.
Lo anterior, amén de la presencia de uno que otro ‘alieno’, de algún planeta gemelo que se nos acerca (no sabemos si peligrosamente o como un “chance”); de cowboys del siglo XIX vistos, con mirada globalizada, enfrentándose a los únicos enemigos “políticamente correctos” que quedan : los extraterrestres.
Hace 22 años que la Asociación suiza de Periodistas Cinematográficos organiza de manera independiente, pero en el ámbito del Festival de Locarno, la sección ‘Semana de la Crítica’.
Este año participan en la competición 7 documentales cuyo común denominador es la atención que han puesto en la condición humana.
Son retratos que llegan al meollo de situaciones trágicas o bizarras, y casi siempre lo hacen tocando límites que nos obligan a reflexionar sobre lo justo o lo injusto. Este es un cine siempre comprometido con la realidad.
En el caso del documental de Matthias Bittner, nacido en 1982 pero ya poseedor de una buena madurez creativa. Sus personajes son reales, se trata de dos pedófilos que viven (o mejor dicho sobreviven) en Los Ángeles como almas en pena, desplazándose perpetuamente de un lugar a otro con un pesado detector en la muñeca.
No saben a dónde ir porque de cualquier lugar los echan: son delincuentes sexuales, “sex offenders” que tienen prohibido acercarse a las escuelas, asilos de infancia o habitaciones donde se encuentren niños o adolescentes.
Errando bajo los puentes de las autopistas, las estaciones de gasolina, parques públicos y demás, son los nuevos apestados de la sociedad:
Si otros delincuentes, una vez purgada la condena, tienen derecho a rehabilitarse, ellos en cambio tendrán que cargar toda la vida con su pena, constantemente señalados, rechazados e incomprendidos.
A nadie parece importarle el hecho de que, antes que delincuentes, son seres humanos con una menomación cognitiva y afectiva que lleva a la imposibilidad de amar sin hacer daño. Y por lo tanto, a la imposibilidad de ser amados.
El tema ha sido tratado por Bittner con tacto e con infinita comprensión, pero mostrando las contradicciones en las que ellos mismos caen apenas intentan justificar su conducta.
En cumplimiento de los estándares JTI
Mostrar más: SWI swissinfo.ch, certificado por la JTI
Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.