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Art Basel, la madre de todas las ferias

Keystone

Hace 40 años, la idea de exponer obras de arte en un espacio de feria, tal como se presentan neveras, causó escándalo. Sin embargo, el éxito de la iniciativa ha sido constante y Art Basel se convirtió en el mayor evento artístico del mundo.

Lo primero que llamaba la atención de los 61.000 visitantes de Art Basel 2009 era la cruz en madera de 12 metros de altura creada por el artista suizo Valentin Carron e instalada en la plaza central de la feria. Tan negra como una cruz de funeral, la obra evocaba posiblemente el fin de una era de euforia en el mercado del arte debido a la crisis económica.

¿Otro símbolo de un momento de cambio en el mercado del arte? La gigantesca tela de Andy Warhol que el galerista de Zúrich Bruno Bischofberger esperaba vender por 80 millones de francos no encontró comprador. Algo muy decepcionante al tratarse de un artista que solía decir que «el arte de los negocios es la etapa que sucede al arte».

Pero lo cierto es que mientras otras ferias deben anular una buena parte de sus manifestaciones, y que galerías de Londres o Nueva York se muestran vacías, Art Basel puede afrontar la crisis con la cabeza alta.

De hecho, Anna Helwing, de la famosa galería suiza Hauser & Wirth, no se preocupa demasiado por el futuro del evento a orillas del Rin. Según afirma: «Art Basel es la madre de todas las ferias. Y si en el futuro no quedara más que una, será esta».

«Abierta a todos»

La más grande y más prestigiosa feria del mundo es casi una obligación para los coleccionistas y amantes del arte contemporáneo. Y para las galerías participar de Art Basel es todo un signo de distinción. Sobre las 1.100 que presentaron su candidatura para la 40ª edición (todo un récord en sí mismo) sólo 308 fueron seleccionadas.

Pero las cosas no han sido siempre así. Cuando los galeristas Trudl Bruckner, Balz Hilt y Ernst Beyeler fundaron la manifestación en 1970, cualquiera podía venir a exponer sus obras, si así lo deseaba.

«La feria de Basilea nace como reacción directa a la de Colonia. En aquel entonces, Basilea quería ser una feria abierta, en la que todo el mundo pudiera participar», explica Annette Schönholzer, codirectora de Art Basel.

La feria de Colonia, fundada en 1967, fue la primera de su género y es conocida hoy como Art Colonia. A diferencia de Art Basel, que desde un primer momento manifestó su vocación internacional, los alemanes crearon en esa época un evento exclusivo para sus compatriotas.

La feria de Basilea apareció entonces como una especia de ‘contra-modelo’ al muy cerrado y exclusivo ‘cártel del arte de Colonia’, tal como lo definía en aquellos días el diario alemán ‘Die Zeit’. De hecho, el éxito de la iniciativa suiza fue tan grande, que los organizadores de Colonia llegaron al extremo de pedir el boicot de Art Basel. Pero ya en 1973, Basilea superó a Colonia convirtiéndose en la primera feria del mundo, puesto que ocupa aún hoy.

Bien de consumo

Pero en aquella época, no todo el mundo estaba de acuerdo con la novedosa idea. Sacar las obras de arte de los museos y las galerías para exponerlas en un centro ferial, como si fueran máquinas de coser, muebles o vino, provocó violentas discusiones.

«Es la primera vez que los galeristas reivindican tan abiertamente sus ambiciones comerciales, desmintiendo así finalmente la imagen sentimental que intentaba hacerles pasar por idealistas al servicio del arte. Jamás como ahora ha estado tan claro que el arte no es más que una mercancía, un bien de consumo», comentaba entonces un periodista de la televisión alemana.

Esta característica, que pudo llegar a escandalizar en aquellos días, es algo completamente asumido y normalizado hoy. De hecho, en el mundo existen más de 600 ferias como las de Colonia y Basilea.

Del caos al evento

Si Art Basel se convirtió en una enorme máquina perfectamente organizada, la primera edición fue bastante caótica e improvisada. Es así que las esculturas que utilizaban agua de Jean Tinguely terminaron transformando el suelo en un pantano, puesto que nadie había pensado en instalar un desagüe. Y bien entrada la feria, aún no se habían desembalado muchos de los cuadros.

Al profesionalizarse, Art Basel se ha desarrollado, hasta el extremo de no ser ya un lugar donde ‘sólo’ se vende arte. Lorenzo Rudolf, que fue su director de1991 hasta 2000, comenzó a elevar la feria hasta el rango de evento de primer orden, en particular gracias a los estrictos criterios de selección y el sello de calidad adquirido por las galerías participantes.

Su sucesor, Sam Keller, extendió el concepto, organizando encuentros no comerciales en el seno de la feria y abriéndola a nuevas formas de arte. Es igualmente Keller quien ha creado la manifestación gemela de Art Basel Miami Beach.

Tribuna popular

Art Basel refleja las tendencias. No solamente las de los artistas, sino también las de los compradores. Y esto era ya claramente visible antes de la crisis económica, cuando el arte contemporáneo servía como objeto de especulación.

Así, la edición 2008 se orientaba hacia esculturas monumentales, para poder responder a las demandas de una nueva clase de coleccionistas, que el codirector de Marc Spiegler define como la ‘loftgeneration, o generación del loft.

«Las ferias de arte son tribunas populares muy observadas, sobre las que el arte se deja ver en tanto que signo revelador de la época. (…) Lo que determina su éxito, no son los especialistas, sino las nuevas masas que integraron con avidez en su visión del mundo el abigarrado universo anárquico propio del arte contemporáneo», escribe el crítico Hans-Joachim Müller en ‘Looking back at Art Basel’, una obra publicada recientemente e ilustrada con imágenes del fotógrafo suizo Kurt Wyss.

Las ventajas de Basilea

Uno puede preguntarse por qué la mayor feria de arte del mundo tiene lugar en Suiza. «Basilea está en la encrucijada de tres países, lo que hace que se llegue fácilmente desde todas partes. Además, la ciudad dispone de una rica oferta cultural y de un buen círculo de coleccionistas», explica Annette Schönholzer.

Tampoco hay que olvidar las ventajas fiscales y legales, que juegan ciertamente un papel importante. Es así que, contrariamente a la Unión Europea, Suiza no obliga aún a los galeristas que revenden una obra a pagar una parte de los beneficios obtenidos por la venta al artista.

Otro punto importante que explica en gran parte el éxito de Art Basel, es la fidelidad de su patrocinador principal: UBS. A pesar de todas las plumas que ha perdido con la crisis, el mayor banco suizo estará presente dando su apoyo financiero a Art Basel también el año próximo, tal como aseguró a swissinfo.ch Marc Spiegler.

Corinne Buchser, Basilea, swissinfo.ch
(Traducción y adaptación: Rodrigo Carrizo Couto)

La 40ª edición tuvo lugar entre el 16 y el 20 de junio de 2009. Atrajo a 61.000 artistas, coleccionistas, comisarios y visitantes amantes del arte. En 2008, la feria había registrado 60.000 entradas.

Entre los expositores, más de 300 galerías de 29 países estuvieron presentes en Art Basel 2009, mostrando la obra de más de 2.500 artistas.

Según los organizadores, tanto los galeristas como el público en general han calificado esta 40ª edición de «muy fuerte», mostrando así claramente que el segmento de la calidad en el mercado del arte se comporta bien, a pesar de la crisis económica.

Art Basel es acompañada igualmente de numerosas manifestaciones paralelas, como ‘Liste 09 – La feria de arte joven’, ‘Design Miami / Basel’ o diversas exposiciones especiales presentadas por los diversos museos de Basilea.

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