Basilea, entre la cultura y la industria
La ciudad renana se caracteriza principalmente por ser una encrucijada de tres países. Además posee el mayor estadio de Suiza. Un vistazo a esta ciudad de cultura en la que imperan las industrias química y farmacéutica – o al revés.
Lo primero que se percibe al llegar a Basilea por la autopista de Berna es la dimensión industrial de la ciudad. Las sedes sociales que aparecen en los carteles de los edificios son famosas en todo el mundo: Roche, Novartis, Ciba, Syngenta.
También se puede llegar a Basilea siguiendo el Rin. Se obtiene entonces la impresión de una ciudad portuaria, con sus muelles y filas de contenedores. Basilea se ha desarrollado en torno al río y se ha convertido, sobre la marcha, en el acceso privilegiado de Suiza al mar. Es el puerto de atraque de la flota marítima suiza; aunque esto haga sonreír a los no enterados, los barcos de transporte suizos surcan todos los océanos…
‘Dreiländereck’
A la derecha, Francia. A la izquierda, Alemania. Bajo nuestros pies, Suiza. Estamos en el ‘Dreiländereck’, es decir, en el ‘rincón de los tres países’, separados o unidos, según se mire, por las aguas del Rin.
«Basilea tiene la ventaja de estar en un triángulo europeo y eso me gusta mucho como idea», señala el romanche Chasper Pult, para quien globalización y respeto de las minorías no es contradictorio, sino complementario. «Pasé mi infancia en la Baja Engadina, viendo desde la ventana de mi habitación la montaña en la que se unen Italia, Suiza y Austria: la ‘Dreiländerspitze'».
El etnólogo de Neuchâtel, Jacques Hainard, subraya también esa confluencia: «Francia, Alemania, el Jura están al alcance de la mano. Basilea sabe sacar partido de las relaciones históricas anudadas durante siglos».
El resultado más tangible de esta posición es el ‘Euroaeropuerto’, que presta servicio a los tres países y es gestionado por dos de ellos – Francia y Suiza.
Hay también ventajas algo más abstractas: «Una apertura a las otras culturas, que se traduce sobre todo en el nivel de lenguas habladas», constata Jacques Hainard, antes de continuar: «He ahí por qué Basilea está hoy más cerca de la francofonía que Zúrich, ciudad en la que, además del alemán, se habla inglés o español, pero casi nunca francés».
Cultura con mayúscula
«Me gusta mucho la gente de Basilea y su humor», afirma Emil Steinberger, quien en materia de humor sabe de lo que habla. «Es gente muy abierta, a la que le gusta charlar y ser feliz».
Si hacemos caso de los tópicos, Basilea es una ciudad cuyos habitantes disfrutan de una «ligereza» poco habitual en la Suiza germanófona. «¡Basilea y el carnaval! Los basilienses saben cómo divertirse», señala Steve Lee, cantante del grupo de rock Gotthard. Añade después, «y ese contraste que tiene con las multinacionales de la química y la farmacéutica… un asunto muy serio si consideramos el negocio que representa».
Para Chasper Pult el famoso carnaval basiliense denota la autenticidad de la ciudad y de sus habitantes: «Pueden llegar millares de turistas y nada cambiará por eso. ¡Es su carnaval!»
Steve Lee subraya igualmente el contraste que se da entre la «vieja y pintoresca» Basilea y la ciudad moderna, «siempre con ese aire tan actual». En efecto, Basilea representa la modernidad a través de su arquitectura reciente y el arte contemporáneo (Art’Basel es una feria de fama mundial), pero es también un centro de proyección cultural desde hace siglos. Su Universidad, fundada en 1460, es la más antigua de Suiza y tuvo una gran importancia en el Renacimiento.
«De acuerdo, Basilea no tiene lago, pero tiene el Rin, y su ribera es maravillosa en cualquier momento del año», poetiza Emil, antes de concluir: «Yo creo que Basilea es una cuidad muy hermosa y muy animada en el plano cultural».
«Basilea es una ciudad rica y, consecuentemente, ha dispuesto siempre de dinero para apoyar la cultura. Pero además tiene una inclinación auténtica por la cultura. Sus museos son de una gran riqueza y el mecenazgo ha sido siempre muy importante –pensemos en la Fundación Beyeler o en el Museo Tinguely, construido por Mario Botta, con fondos también privados. Es extraordinaria si la comparamos con otras ciudades», afirma Chasper Pult.
Segura de si misma
«Basilea es una ciudad segura de sí misma. Tiene historia, cultura clásica y moderna, economía», resume Jacques Hainard. «En Basilea, uno se encuentra bien inmerso en una historia y una cultura».
Sin embargo, la atracción de Basilea puede ser a veces de carácter pragmático, como sugiere Chasper Pult: «No hay lazo de unión entre Basilea y los romanches. Y sin embargo hay una línea directa de tren Basilea-Coira… lo que posibilita que algunas veces un joven romanche vaya a hacer sus estudios a Basilea… ¡sólo por no tener que cambiar de tren en Zurich!».
swissinfo, Bernard Léchot, con la colaboración de Luigi Jorio y Marc-André Miserez
(Traducido del francés por José M. Wolff)
Basilea, ciudad germanófona y situada al norte de Suiza, se alza a orillas del Rin. Es una ciudad fronteriza, encrucijada de Suiza, Alemania y Francia.
Tiene cerca de 187.000 habitantes. La aglomeración trinacional cuenta casi con un millón de habitantes.
Paradójicamente, la ciudad renana es al mismo tiempo un antiguo centro cultural y una urbe industrial. Las grandes empresas de las industrias química y farmacéutica constituyen el eje de la economía basiliense.
Como centro de importancia en el terreno de las ciencias biológicas, la ciudad supone también un enlace con el ‘Bio Valley’ trinacional, que se extiende desde Basilea hasta Estrasburgo.
El nuevo St. Jakob Park, sede del FC Basel, fue inaugurado en 2001. Cuatro años más tarde fue ampliado para dar cabida hoy a 42.500 personas. Es el mayor estadio de Suiza.
En él se disputarán 3 partidos de la primera ronda de la fase final de la Eurocopa 2008:
– Suiza – Chequia (sábado, 7 de junio de 2008, a las 18h00)
– Suiza – Turquía (miércoles, 11 de junio a las 20h45)
– Suiza – Portugal (domingo, 15 de junio de 2008, a las 20h45)
Se jugarán también dos partidos de cuartos de final, los días 19 y 21 de junio a las 20h45.
Un ‘Fan Boulevard’ atravesará todo el centro de la ciudad (desde la estación alemana de Badischer hasta la estación suiza de ferrocarril) e incluirá dos ‘UEFA Fan Zones’. Se instalará otra ‘Fan Zone’ en el municipio de Liestal.
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