Comienza el año H. Hesse
Suiza y Alemania celebran los 125 años del nacimiento de uno de los escritores de lengua alemana más actuales y más leídos en el mundo.
Alemania lo recuerda porque el escritor nació allí, el 2 de julio de 1887, en Calw, (Wurtemberg) en la Selva Negra. Suiza comparte la celebración del aniversario porque fue la patria de adopción donde el escritor vivió 60 de sus 85 años de edad y porque, como ciudadano suizo, Hermann Hesse recibió, en 1946, el Premio Nobel de Literatura.
Conciertos, conferencias, lecturas, exposiciones y otros eventos recordarán la trayectoria del escritor cuya obra, traducida a más de 60 idiomas, tuvo impacto no sólo en Europa. También en Japón, Norteamérica y América Latina su literatura abrió nuevos espacios a los sueños de libertad individual.
Actualidad de su obra
«Incluso en estas épocas de globalización y de vida acelerada, Hermann Hesse es actual», comenta a swissinfo Regina Bucher, directora de la Fundación Hesse, en Montagnola, Suiza de lengua italiana.
«Cuando no tenemos la posibilidad de ocuparnos de nosotros mismos, el mensaje de Hesse; su invitación a que tengamos el coraje de escoger nuestro propio camino y a tener valores, es de gran actualidad», subraya Regina Bucher.
Hijo de una familia protestante de predicadores pietistas, misioneros y médicos, Hesse fue marcado en la infancia por una austeridad religiosa que se transformará en escepticismo y rebelión. A los tres años de edad Hesse llegó a Suiza, a Basilea. Después vivió en Zúrich y Berna y finalmente en la Suiza de expresión italiana, en Montagnola, donde pasó los últimos 43 años de su vida y donde está enterrado.
El encanto del sur
«En busca de lo que llamó el encanto del sur, Hesse encontró en la Suiza de lengua italiana una mentalidad diferente a la alemana y no totalmente italiana. Halló, sobre todo, una naturaleza espléndida y los paisajes excepcionales del sur de los Alpes», añade Regina Bucher.
En 1919, cuando se instala en Montagnola, Hesse ya era conocido por obras como ‘Peter Camezind’, ‘Bajo la rueda’, ‘Gertrudis’, ‘Rosshalde’ y ‘Demián’. En el Tesino escribe ‘Klein y Wagner’ y ‘El último verano de Klingsor’. En las décadas siguientes Hesse publica obras que multiplican mundialmente su prestigio: ‘Siddharta’ (1922), ‘Narciso y Golmunda’ y el ‘Juego de Abalorios’ (1943).
Atormentado por la búsqueda del sentido de la vida, traumatizado por la guerra, el escritor – alimentado además por su encuentro con la India – propone una nueva religión en la cual se reconcilien los contrarios.
En el ‘Lobo Estepario’, una de sus obras más leídas, escrita sobre todo en Zúrich, Hesse describe al hombre de la posguerra que repentinamente descubre el animal que había en él. Hasta su muerte, el 9 de agosto de 1962, Hesse publicó numerosas obras, artículos, meditaciones y poesías, en gran parte inspiradas en sus paseos por la Suiza italiana.
Por encima de las fronteras
El Museo Volkarthaus de Winterthur, en colaboración con la editorial Suhrkamp, de Alemania y el Museo Hesse de Montagnola, ha inaugurado las conmemoraciones en Suiza con una exposición de textos y manuscritos del escritor. La reseña (del 06.02 al 03.03) pone el acento en Hesse como autor que está por encima de las fronteras.
Ajeno a toda veleidad nacionalista Hesse escribía en 1919: «Mi tierra natal alemánica, atravesada por fronteras nacionales, no presenta diferencias ni en el paisaje ni en la manera de cultivar el suelo ni en la vida familiar. En ningún lugar hay diferencias substanciales entre los hombres, sus idiomas y sus costumbres».
A partir del 23 de marzo, el Museo Nacional de Zúrich ofrecerá la mayor exposición sobre el escritor realizada hasta ahora en Suiza. Además de un vasto programa de lecturas, conferencias y conciertos en el Museo de Montagnola, la ciudad de Lugano tiene prevista una muestra amplia de las acuarelas del escritor.
Incluso orgullo de él
Poeta, novelista, crítico, pintor y editor, Hermann Hesse es una de las mayores figuras de la literatura europea del siglo XX. Como en pocos autores el tono depresivo de sus crisis, es revelador del malestar de los tiempos que separan las dos grandes guerras mundiales: los procesos destructivos y las esperanzas de un renacimiento.
Al celebrarse el 125 aniversario de su nacimiento, los especialistas observan un interés creciente entre los suizos por la obra del autor. Durante algún tiempo se pensaba en Suiza que fue por azar que Hesse decidió establecerse y hacerse suizo. «Hoy, inclusive en la Suiza de lengua italiana, hay una tendencia a aceptarlo, leerlo e incluso a sentir orgullo de él, como un Premio Nobel de Literatura, suizo», concluye Regina Bucher.
Jaime Ortega
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