Controversia en torno al supuesto tráfico de órganos
El presunto contrabando de órganos que menciona en su libro Carla del Ponte, ex fiscal del Tribunal Internacional de La Haya, debe ser esclarecido, solicita una ex parlamentaria suiza, quien reclama una investigación profunda.
En su libro ‘La caza. Yo y los criminales de guerra’, la suiza habla sobre testimonios que denuncian la supuesta extracción de órganos internos a 300 serbios deportados de Kosovo al norte de Albania.
Los secuestros y asesinatos habrían ocurrido tras la llegada de las tropas de la OTAN en verano de 1999. Al parecer, los más altos líderes del Ejército de Liberación de Kosovo, entre ellos, el propio Hashim Thaci – ahora al frente del gobierno de Kosovo- estaban enterados de los pormenores.
Tras la publicación del libro de Carla del Ponte, Serbia y Rusia han solicitado que el Tribunal para los Crímenes de Guerra indague al respecto. En tanto, el Gobierno de Kosovo rechaza las acusaciones.
Indicios suficientes
Ruth-Gaby Vermot-Mangold, exdiputada socialista que en 2003 indagó sobre el tráfico de órganos por mandato del Consejo de Europa, subraya que es fundamental esclarecer lo ocurrido.
«Escuchamos en repetidas ocasiones sobre un poderoso comercio de órganos, pero se sabe de muy pocos casos concretos», sostiene la especialista en derechos humanos en conversación con swissinfo.
«Por ello, se debe continuar con las indagaciones en interés de Kosovo, de Serbia y del propio afán de justicia», subraya Vermot-Mangold.
La organización de derechos humanos Human Rights Watch pidió a las autoridades kosovares que esclarezcan el asunto. «En el libro de Del Ponte hay suficientes indicios», sostiene esa agrupación.
Sin pruebas sustanciales
Por el contrario, la portavoz del Tribunal Penal Internacional (TPI), Olga Karvan, indica que se investigaron estas aseveraciones, pero los agentes de la Haya no encontraron pruebas sustanciales para corroborar las acusaciones.
También la ex portavoz de Del Ponte, Florence Hartmann, asegura que Del Ponte no obtuvo ni la mínima prueba de este tráfico de órganos en las pesquisas sobre los rebeldes kosovares.
Hartmann califica de «irresponsable» e «indigna» la mención de estas descripciones por parte de la ex fiscal del Tribunal Penal Internacional (TPI) para la antigua Yugoslavia.
En opinión de Florence Hartmann, esta mezcla de rumores y hechos provoca confusión sobre lo realmente ocurrido en los Balcanes.
En la misma dirección se expresa el suizo Stefan Trechsel, también juez en el Tribunal de La Haya, ante las cámaras de la televisión suiza. Él describe como riesgosa la divulgación de Carla del Ponte en su libro.
«Personalmente, no me parece algo muy profesional porque no hay pruebas al respecto, es una acusación monstruosa, por lo que hay que tener cuidado para publicarla.
«Me puedo imaginar que Carla del Ponte ha vivido mucha frustración y que las cosas no sucedieron como lo hubiese deseado.»
Clínica en las montañas
En su texto, a la venta en librerías de Suiza e Italia, Carla del Ponte menciona las declaraciones de sus informantes tras visitar una clínica en las montañas en el norte de Albania.
De acuerdo a estas declaraciones, 300 serbios detenidos por el Ejército de Liberación de Kosovo fueron enviados en junio de 1999 a esa clínica y se les extrajeron los riñones, antes de matarlos. Un testigo, según describe Del Ponte, dijo haber sido el chofer que transportó los órganos al aeropuerto de Tirana.
Otras fuentes comentaron, según dice Del Ponte, que los órganos fueron enviados a Turquía.
Los investigadores de la ONU inspeccionaron la clínica. Encontraron instrumentos médicos y huellas de sangre, pero no pudieron establecer si era de origen humano.
«Historia inventada»
La ministra kosovar de Justicia, Nekibe Kemendi, dijo a la agencia informativa Associated Press que no comprendía esos señalamientos de Del Ponte; «Mantuve cuatro conversaciones con Del Ponte y nunca me habló de este asunto».
En concreto, Kemendi critica que Del Ponte «escriba de cosas que no condujeron a un proceso oficial».
En opinión del otrora primer ministro albanés, Pandeli Majko, quien ocupaba el puesto en 1999, las menciones de Carla del Ponte resultan una «historia inventada ridícula».
swissinfo y agencias
‘La caza. Yo y los criminales de guerra’, ha sido publicado por las ediciones Feltrinelli.
En varios países del mundo ya se han comprado los derechos para comercializarlo.
La otrora fiscal general del Tribunal de La Haya hasta fines del 2007, Carla del Ponte, describe su recorrido de ocho años para atrapar a los autores de los graves crímenes cometidos en los Balcanes.
Su labor permitió detener y poner a disposición judicial a decenas de acusados de genocidio y otros crímenes de guerra. Entre ellos, Slobodan Milošević, ex presidente de Serbia, muerto el 11 de marzo de 2006 en su celda en La Haya, antes de que se concluyera el proceso, y en circunstancias aún no del todo esclarecidas.
Durante su misión en La Haya, Carla Del Ponte presentó pruebas contra dos de los prófugos más buscados del mundo: los serbobosnios Radovan Karadžić y Ratko Mladić, acusados de la masacre de Srebrenica, quienes aún se encuentran bajo orden de captura.
Carla del Ponte nació en 1947 en Bignasco, en el cantón del Tesino, Suiza.
Cursó estudios de Derecho Internacional en Berna, Ginebra e Inglaterra.
En 1981 se convirtió en fiscal del cantón del Tesino; y de 1994 a 1999 encabezó el Ministerio Público de la Confederación, la fiscalía suiza.
En 1999 ocupó el puesto de fiscal general del Tribunal Penal Internacional (TPI) para la antigua Yugoslavia.
Dejó el cargo en el TPI a finales de 2007 para asumir el de embajadora helvética en Argentina.
En cumplimiento de los estándares JTI
Mostrar más: SWI swissinfo.ch, certificado por la JTI
Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.