De la censura al Blesk
La fórmula del matutino 'Blick', el más leído en Suiza, conquistó también Europa del Este.
En la República Checa, donde los medios de comunicación han cambiado totalmente de aspecto desde 1989, el diario más vendido es una imitación del rotativo zuriqués.
Rude Pravo (Derecho Rojo). Así se llamaba hasta fines de los años 80 el diario más leído de Praga. Era el órgano oficial del Partido Comunista, el único diario que siempre estaba en cualquier confín de la ex Checoslovaquia.
En esos tiempos eran probablemente muchas las personas que soñaban con la libertad de prensa, con el fin de la censura o con el nacimiento de nuevos órganos de información.
Pero tal vez ni los más soñadores pensaron que el paisaje mediático cambiaría radicalmente a la vuelta de tan pocos años. Como sucedió con el resto de la sociedad.
Y con toda seguridad nadie imaginó que apenas un decenio más tarde, el diario más leído en la nueva República Checa sería el Blesk (El Rayo).
Un puñado de temas adaptados a todos los gustos: un poco de sexo, algunas gotas de sangre y una buena dosis de deporte. Es decir, los principales ingredientes de la mayoría de los tabloides de Europa occidental.
Fórmula de exportación
El periódico se asemeja terriblemente al Blick, el tabloide más vendido en Suiza. Y no por nada, pues quien publica el Blesk no es otro que el grupo helvético Ringier.
El editor de Zúrich fue uno de los primeros en aventurarse en los países del Este tras la caída del muro de Berlín y en buscar la manera de hacer fortuna en el mundo de los medios de comunicación.
A pesar de la fuerte competencia, especialmente alemana, hoy en día Ringier figura entre los más importantes editores de la prensa escrita en Europa centro oriental, donde produce cerca de 30 diarios y revistas.
La fórmula del Blick, a menudo criticada en territorio helvético, se convirtió en el producto suizo de mayor éxito de exportación en el sector de la prensa y de la información.
En Hungría se llama Blikk, en Serbia Clic, en Rumania Libertae y en Eslovaquia Novy Cas. El nombre cambia de país en país, y donde sea está siempre en la primera fila de los quioscos.
Trasplante exitoso
“Fueron necesarios varios años para acostumbrar al público a este tipo de información, superar la desconfianza y un cierto grado de pudor frente a ciertos temas”, explica Tomás Böhm, director de Ringier en la República Checa.
Hoy en Praga, como en todos los rincones del país, Blesk está al alcance todos, en los bares, en los trenes, en las oficinas y en los hogares.
Ya en el pasado fracasaron las diferentes tentativas de atacar sus dominios. En el 2001, nuevos diarios rivales debieron parar sus rotativos después de algunas tiradas y una breve existencia.
“El error de nuestros competidores fue el querer imponer copias de diarios extranjeros sin tomar en cuenta las necesidades locales”, subraya Tomás Böhm. “Blesk logró adecuarse a la realidad del país, donde produce prácticamente el 100% de sus artículos».
Independencia política
“En relación con los otros diarios nacionales, que tienen una posición política bien definida, Blesk mantiene una total independencia de todo partido o grupo de poder, agrega el director de Ringier.
Una opción que dio resultado con el transcurso de los años. La democratización del país provocó desilusión y distanciamiento del mundo político.
Con un tiraje de medio millón de ejemplares, el Blesk dispone en realidad de una influencia nada despreciable en la opinión pública. Pero, según la estrategia de Ringier, también la información política debe adaptarse a la intención de satisfacer la curiosidad y los intereses del público.
“Hace algún tiempo publicamos una foto embarazosa del actual presidente checo Vaclac Klaus, lo fotografiamos mientras besaba a una muchacha. Lo hicimos porque esto interesa a nuestros lectores”, explica Tomas Böhm a modo de ejemplo.
Un poco de sueño
Para no perder parte del mercado, los otros periódicos nacionales más emprendedores tampoco dudan ahora en poner en portada artículos sensacionalistas.
“La censura desapareció del todo, pero a veces uno se pregunta si el nivel de la información ha cambiado desde entonces”, lamenta Alan Levy, director del semanario The Prague Post.
“Nosotros damos a la gente lo que quiere, responde convencido Tomás Böhm. Noticias al alcance de todos, para consumir de inmediato. Historias extrañas de personas banales, historias banales de personajes famosos, los resultados de grandes campeones deportivos, fotos de mujeres provocadoras…
Probablemente, la libertad de prensa no ha permitido realizar muchos sueños de otros tiempos. Pero, por lo menos en Praga, el Blesk sigue haciendo soñar un poco a la gente.
swissinfo, Armando Mombelli, Praga
(Traducción: Alberto Dufey)
10.000.000 de personas viven en República Checa.
800 euro es el salario medio per capita.
8% la tasa de desempleo.
1.900 millones de francos invertidos por Suiza en el 2001.
Ringier comenzó sus actividades en Praga en 1990.
En la República Checa, el editor zuriqués publica varias revistas de información, sociedad, deporte y televisión.
El tabloide Blesk (450 mil ejemplares) y el semanario Blesk Magazín (530 mil ejemplares) son los más vendidos en el territorio checo.
Ringier, cuyos ingresos superan los mil millones de francos, emplea 2.500 personas en 5 países de Europa del Este, donde publica 30 periódicos y revistas.
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