El cine de reflexión, inmune a la piratería
Invitado de honor de la XIII edición de Filmar en América Latina, Gabino Rodríguez reflexiona sobre el cine: “en la pantalla aprendimos a amar antes de enamorarnos”; su búsqueda: “un cine como espacio de reflexión”; su país: “podemos volvernos prisioneros de la imagen que exportamos”.
Gabino Rodríguez nació hace 28 años en Durango, en el centro de la República Mexicana. Ya de niño incursionó en el séptimo arte como actor. Apasionado de la actuación, es también guionista, director y cofundador -con Luisa Pardo- de la compañía de teatro Lagartijas Tiradas al Sol, premiada por la Ciudad de Zúrich en verano pasado.
El público suizo lo aplaude ahora en el marco de FILMAR en América Latina, festival que sitúa a México en el centro de su cartelera este 2011.
swissinfo.ch: ¿Además de tu talento, qué factores incidieron en tu meteórica carrera?
G.R.: Me tocó la fortuna de pertenecer a la primera generación en usar las nuevas tecnologías para hacer cine. Mi carrera coincide con la incorporación del video al cine, lo cual posibilitó que mis amigos filmaran más y que yo actuara más. Coincide también con una especie de renacimiento del cine mexicano que durante los años 80, 90 tuvo un periodo difícil y que a finales de los 90, principios de los 2000, empezó a producir más. Fue un momento bastante favorable y digamos que ahí me colé.
swissinfo.ch: Esas nuevas tecnologías facilitan la creación, pero también la piratería. ¿Cómo ves ese fenómeno?
G.R.: No nos afecta. Es algo que afecta a Spiderman o a Tintin. Pero, para las películas latinoamericanas en la mayoría de los cuales yo participo, con bajos presupuestos, mediana o poca distribución, que no compiten en el circuito comercial, la piratería no es un problema.
swissinfo.ch: ¿Cuál es tu propia concepción con respecto al cine?
G.R.: No considero que la industria cinematográfica es lo que haya que perseguir. Muchas personas hablan de producir y de que las películas lleguen a los complejos cinematográficos. A mí me parece que está bien, pero no es mi preocupación. El cine que hago, que me interesa, no necesariamente tiene que tener criterios comerciales, ni competir con otras películas. Las industrias acaban vendiendo su producto, los productos responden a la ley de la oferta y la demanda en todo el mundo, y yo no creo que el cine deba someterse a eso.
swissinfo.ch: ¿Tu participas en películas de diversa índole, pero a este cine del que hablamos, a éste que requiere otros espacios, ¿cómo lo definirías?
G.R.: Es difícil. Diría yo que tiene dos características fundamentales: La no existencia del guión como eje de la película y los bajos costos de su producción, una producción digamos, mucho más artesanal. Puede haber un guión pero no como fundamento del todo. El cine son imágenes en movimiento y en algún momento de la historia a alguien se le ocurrió que esas imágenes debían estar previamente escritas en un papel, lo cual es absurdo.
swissinfo.ch: ¿El tuyo es un cine experimental?
G.R.: Creo que sí. Cualquier cine que tenga algo de respeto por sí mismo tendría que tener algo de experimental. Experimentar sobre una hipótesis que es hacer una película, pero normalmente al cine experimental se le ha estigmatizado como si se tratara de cosas que no se entienden, que son un poco traumáticas de ver. En el sentido de la palabra experimento, creo que tiene que ver con lo que hacemos.
swissinfo.ch: ¿Qué busca tu cine?
G.R.: Es difícil de decir. Pero el cine en que yo participo, a mí me gustaría que fuera de alguna manera un espacio de reflexión, un espacio de pensamiento. Es chistoso porque el cine, digamos que toma de la realidad los elementos para crearse, representa la realidad y la crea, pero al mismo tiempo, como espectadores, nos muestra como experimentar esa realidad.
Todos, o la mayoría de las personas que crecimos viendo pantallas, aprendimos en esas pantallas lo que eran muchas cosas: El amor, aprendimos a amar, antes de haber amado nosotros mismos viendo cómo se amaban las personas en esas pantallas. Nos enseñaron todo el universo que construye de alguna manera nuestra subjetividad y lo vimos representado por alguien más.
Entonces justo me interesa ese mecanismo y me interesa cómo generar otras maneras de representar las cosas. Creo que el cine podría mostrarnos otras maneras de enamorarnos, otras maneras de sentir, de enojarnos, de relacionarnos.
swissinfo.ch: FILMAR eligió este año a México como país central y tú, un joven y talentoso artista mexicano, eres el invitado de honor, eso es muy positivo en momentos que las noticias procedentes de México son generalmente desalentadoras…
G.R.: Justo lo que le decía a unos chavos con los que fuimos a platicar (en Ginebra) era que México es un país muy grande y no es que lo que vemos en las noticias. Yo vivo en México, he viajado mucho por el país y por suerte nunca me ha tocado ver nada grave, nunca he visto un asesinato. No necesariamente lo que nos llega es lo que es. Uno puede tener una visión demasiado reducida y volverse prisionero de la imagen misma que exportamos, con la que nos presentamos al exterior. Creo que de ninguna manera debemos dejar de mencionar la crisis de violencia que se vive en México, pero de ninguna manera es lo único que pasa en México.
Asalto al cine, Iría Gómez Concheiro, México, 2011
Abel, Diego Luna, México, 2011
Verano de Goliat, Nicolás Pereda, México, 2010
A tiro de piedra, Sebastián Hiriart, México, 2010
El infierno, de Luís Estrada, México, 2010
Perpetuum mobile, Nicolás Pereda, México, 2009
Juntos, Nicolás Pereda, México, 2009
¿Dónde están sus historias?, Nicolás Pereda, México, 2007
Actúa también en Perfume de violetas y Sin nombre presentadas en ediciones precedentes de FILMAR.
El Grupo de Teatro Lagartijas Tiradas al Sol obtuvo el premio de la Ciudad de Zúrich son su obra ‘El rumor del incendio’. Previamente, ‘la troupe’ se había presentado en Francia y España.
En febrero de 2012 se presentará en Madrid, Murcia y Bilbabo, y en mayo en Viena Berlín y Hannover.
Se trata de un documental escénico sobre la guerrilla en México en los años 70-80, de Lucio Cabañas en el estado de Guerrero.
Al respecto, indica Gabino Rodríguez:
“Mucha gente creyó que se produciría una transformación social, que se conseguiría algo. Hubo luego desilusión”.
“Sin embargo, ese movimiento contribuyó a la apertura democrática para la participación de los partidos. Y nosotros tratamos de establecer una liga entre un hecho y otro”.
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