El circo imaginario de Pablo Picasso

Picasso y el circo (Fundación Pierre Gianadda)

La Fundación Gianadda, de Martigny, presenta una muestra dedicada a 'Picasso y el circo', un tema que acompaña toda la obra del artista malagueño.

La exposición reúne 300 obras – pinturas, dibujos, grabados, esculturas, cerámicas y fotografías – provenientes de museos y colecciones privadas del mundo entero.

Desde finales del siglo XIX, el interés por el mundo del circo llevó a numerosos artistas a plasmar en sus lienzos imágenes de payasos, acróbatas, saltimbanquis, malabaristas. Estas figuras eran un símbolo de la contestación social del artista de vanguardia, y a la vez un emblema de su soledad, del sufrimiento humano, de la incomunicación y de su exclusión.

La exposición, inaugurada en la Fundación Gianadda de Martigny, refleja que Pablo Picasso no permaneció ajeno a la fascinación del mundo circense. En su obra aparecen constantemente bufones, acróbatas, amazonas, arlequines y pierrots.

«Los primeros dibujos que se presentan abarcan el periodo de 1892 a 1894 y los últimos grabados datan de 1971», explica la curadora de la muestra, Dominique Dupuis-Labbé. «La exposición refleja claramente que el tema del circo va más allá del año 1905, conocido como el Periodo Rosa de Picasso. El circo es un tema al que el artista vuelve regularmente en relación con los sucesos de su vida, de su juventud hasta el momento antes de la muerte».

Actor entre actores

La atracción de Picasso por el circo comienza cuando, siendo aún adolescente, ve los circos que pasan por Barcelona a fines del siglo XIX. En aquella época queda especialmente fascinado por el circo ecuestre de Tivoli donde trabaja la joven amazona Rosita de Oro, con la que Picasso mantiene una relación entre 1897 y 1900.

Cuando en 1904 se muda a París, el artista conoce el ambiente del circo Medrano que se convierte en fuente de inspiración para las obras de ese periodo. Picasso asiste a los espectáculos y frecuenta asiduamente a las tropas de artistas durante los descansos entre los espectáculos. El origen madrileño, español y catalán de muchos de ellos facilita su integración en el ambiente del circo y le lleva a representar la vida desde un nuevo punto de vista.

Los personajes circenses de Picasso, que se mezclan con los de la comedia del arte, no son figuras retratadas durante los momentos en que dan rienda suelta a su talento, como ocurría en sus lienzos de finales del siglo XIX, sino durante los ensayos, los descansos, en medio de la calle o inmersos en menesteres cotidianos.

De espectador a inventor

Después de las experiencias del Periodo Rosa, el circo se convierte nuevamente en un tema central en la obra de Picasso cuando, junto con Jean Cocteau, Erik Satie y Léonide Massine, el artista emprende su primera aventura teatral.

En 1917 diseña los decorados y el vestuario para el espectáculo ‘Parade’, del Ballet Ruso de Djagilev. La exposición de Martigny incluye algunos dibujos de estas escenas que representan la vida nómada de los artistas del circo. Además, en estos dibujos se refleja el interés de Picasso por el estilo clásico.

Algunos años más tarde, en 1924, el artista vuelve a descubrir el circo Medrano con su hijo Pablo. En esta ocasión, Picasso deja de ser un «actor entre actores» y se convierte en espectador. Los dibujos de trapecistas, acróbatas y amazonas de esta época reflejan que la mirada del artista se dirige al espectador y ya no a la vida tras bastidores.

El universo del circo vuelve a estar muy presente en la obra tardía de Picasso, como muestran los grabados realizados a partir de la segunda mitad de los años 60. Estas obras revelan claramente que la relación con el circo volvió a cambiar: el artista se sirve del universo de los personajes circenses para escenificar el propio ‘circo’, el de la imaginación y el sueño, pero también el de los recuerdos de toda una vida.

La figura del arlequín

Desde finales de siglo, entre todos los personajes del circo y de la comedia del arte, Picasso otorga un especial interés a la figura del arlequín, arquetipo del aventurero solitario y sin escrúpulos que el artista elige como su ‘alter ego’.

«Arlequín se convierte en el doble de Picasso a partir de 1905», explica Dominique Dupuis-Labbé, «porque es un personaje marginal e inestable, y Picasso se parece mucho a él: un joven pintor aislado, aún no muy reconocido, con un carácter difícil, que vive en la inestabilidad».

Después de 1907, año que marca el comienzo del periodo cubista, Picasso se concentra en los problemas del espacio y del volumen en la pintura y prescinde de un personaje literario y simbólico que lo represente. Años después retoma la figura del arlequín con una serie de estudios que en 1915 confluyen en el célebre lienzo ‘El Arlequín’.

Es un personaje que Picasso retrata en los grabados que realiza al final de su vida. Esta vez el artista utiliza al arlequín como lo que el personaje representa en la comedia del arte; es decir, sin proyección alguna, solamente como soporte de su circo imaginario.

swissinfo, Paola Beltrame, Martigny
(Traducción: Belén Couceiro)

Datos clave

1881: Pablo Ruiz Picasso nace en Málaga

1901: inicia el Periodo Azul

1904: se traslada a París

1905: Periodo Rosa. De este año es ‘La familia de saltimbanquis’

1907: inicia el periodo cubista con el cuadro ‘Las señoritas de Avignon’. La búsqueda de formas cubistas lo ocupa hasta el comienzo de la Primera Guerra Mundial

1915: realiza ‘El Arlequín’

1917: realiza las escenas de ‘Parade’

1921: ‘Tres Músicos’

1924: ‘Paul vestido de arlequín’

1936: ‘El Despojo del Minotauro en traje de Arlequín’

A partir de 1961 se multiplican los grabados con personajes del circo

1973: Picasso fallece en Mougins (Francia)

Contexto

La muestra ‘Picasso y el circo’, en la Fundación Pierre Gianadda de Martigny, permanecerá abierta al público hasta el 17 de junio. La exposición, presentada anteriormente en Barcelona, es fruto de una colaboración con el Museo Picasso de París y el de Barcelona.

Además de presentar por primera vez obras inéditas provenientes de varias colecciones privadas, la exhibición ofrece la posibilidad de ver las obras más conocidas desde un nuevo ángulo.

El desfile de personajes circenses, de pierrots y arlequines no sólo reflejan la importancia simbólica que tuvo el circo en la obra de Picasso, sino también la evolución de las técnicas y estilos que utilizó de este gran genio del siglo XX.