El derecho y el revés de Soy Cuba en Locarno
El 58° Festival Internacional de Cine de Locarno festejó el 60° aniversario de la industria cinematográfica cubana.
En el marco de la celebración fueron proyectadas Soy Cuba (1964) del gran director soviético Mikhail Kalatozov, y el documental Soy Cuba, el mamut siberiano (2004) del brasileño Vicente Ferraz.
Rodada en 1964, censurada después y en el olvido por tres décadas, aparece Soy Cuba que en el Festival de Cine de Locarno fue presentada por Enrique Pineada Barlet, quien, junto con el gran Eugenio Yetushenko fue su guionista.
Junto con este filme histórico pudo verse el aplaudido documental Soy Cuba. O mamute siberiano, que narra y descubre imagenes de cómo se hizo la producción de hace 40 años.
«Es como presentar el derecho y el revés de alguna cosa», explicó sobre ambas producciones Enrique Pineda, quitándose el saco y mostrándolo al divertido público.
«Yo prefiero el revés (es decir, el documental), pues éste nos permite ver los puntos de intersección, los pliegues, el trabajo que hay detrás de la obra, así como la atmósfera que se respiraba en aquel entonces y las dificultades que se presentaban», describió Pineda.
Extrañamente, cuando se filmó Soy Cuba, que era un filme decididamente anticapitalista, éste no recibió apoyos ni de la otrora URSS, ni de la misma Cuba. Se pudiera pensar que oscuras razones de utilidad política así lo decidieron.
Influencia estética
Lo cierto es que sólo 30 años después, y gracias a la voluntad de Francis Ford Coppola y de Martin Scorsese, la película salió del olvido en una versión video.
Cabe hacer notar la influencia de la estética cinematográfica rusa a través de esta experiencia cubana (fuertemente inspirada por el expresionismo de Eisenstein) en todo el cine latinoamericano de la década de los sesentas.
Como ejemplo, podemos hablar del uso de la cámara ligera, que permite tomas casi acrobáticas y que parecieran suspendidas en la nada, que pillan a vuelo de pájaro toda la escena desde lo alto.
Concurso internacional
Entre los candidatos al Leopardo de Oro 2005 se encuentra en buena posición la comedia musical española 20 centímetros, de Ramón Salazar, con la estupenda actriz Mónica Cervera en el papel de Marieta, un transexual que sólo busca quitarse el nombre de Adolfo y esos 20 centímetros de más.
En medio de una corte de los milagros que cuenta, entre otros, con un enano melómano y un cargador del mercado enamorado de ella, Marieta frecuenta el ambiente de la prostitución conservando, sin embargo, una inocencia de fondo y una bondad natural que conquista a todo el mundo.
Sufre de narcolepsia y cuando se queda dormida en los lugares más disparatados comienza a soñar, evadiéndose así de su triste realidad.
La vemos transformarse en primera bailarina de una comedia musical e interpretar, desde los éxitos legendarios de Marisol (La vida es una tómbola), a los más recientes de Madonna y de la cultura pop (I want to Break free).
El director Salazar ha declarado que su intención había sido la de presentar, no el mundo de la prostitución, sino el de una personalidad luminosa. Ciertamente, la coreografía permite ver el rescate del personaje y mirarlo sin lástima.
En el ámbito técnico se hizo uso de la alta definición digital con varias cámaras que los actores no sabían dónde eran colocadas, de modo que todo ello proporciona más naturalidad.
Concurso video
También dentro del Concurso video se encuentran filmes que hablan español, como el documental del austriaco Fridolin Schönwiese, Volver la vista.
Se trata de breves retratos de 26 mexicanos transplantados en Austria y otros tantos austriacos emigrados a México que se interrogan sobre el concepto de identidad.
Dos culturas puestas en paralelo resultan finalmente poseedoras de sorprendentes afinidades. Como los voladores indígenas de Papantla, del estado mexicano de Veracruz, con campesinos de los Alpes trepando por el árbol de cucaña, y las máscaras mexicanas del Día de Muertos que asemejan increíblemente a las del carnaval de Innsbruck.
Este documental nos muestra la experiencia de la emigración como algo enriquecedor; como una oportunidad que suele ampliar el horizonte de la visión sobre la vida de la persona.
«Gracias a la distancia, los inmigrantes son más aptos para describir su propio país y son más objetivos en comparación con quienes nunca salieron de él», afirma el autor del documental.
Orson Welles en el país de Don Quijote
En el ámbito de la reseña, con El magnífico Welles, también España tiene un lugar importante, pues el país de Don Quijote fue una de las obsesiones del cineasta, y el caballero de La Mancha un ideal personal.
Todo comenzó con una reseña que Welles tuvo que escribir sobre el documental de Joris Iven, Tierra de España. Casi de inmediato le surgió la idea de hacer una adaptación cinematográfica del Quijote y, en este proyecto, Welles estuvo trabajando durante años. Sin embargo, la película no se concluyó.
Afortunadamente se cuenta con el material preparatorio del filme, que ahora se presenta en Locarno, bajo la forma de un documental, gracias al realizador Carlos Rodríguez.
Existen además nueve documentales que el mismo Orson Welles realizó para la televisión italiana, en ocasión de un viaje a España efectuado por él y su familia en 1961.
Se trata de pequeños cuadros de una España que habíamos creído ya difunta en aquella época. No sería sorprendente descubrir que aún hoy siga existiendo, en espera de un nuevo Orson Welles que la rescate del olvido.
swissinfo, Lupita Avilés en Locarno
El cine en español se encuentra dignamente representado en el 58° Festival internacional del cine de Locarno.
Soy Cuba (1964), del legendario director soviético Kalatozov fue presentado en el Festival de cine.
En el Concurso Internacional destaca la comedia musical del español Ramón Salazar, 20 centímetros.
El concurso video cuenta con el documental austro-mexicano, Volver la vista, del director Fridolin Schönwiese, sobre el tema de la emigración.
La retrospectiva de Orson Welles presenta nueve documentales del realizador estadounidense y un importante documental sobre el material que Welles tenía guardado para llevar a cabo el proyecto de una película, jamás llevada a su fin: El país de Don Quijote.
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