El exilio: un alto precio para la disidencia (3 y última parte)
El retiro de Fidel Castro de la escena política cubana y el nombramiento de su hermano Raúl generaron expectativas entre opositores. Empero, la designación de José Ramón Machado Ventura, como segundo de a bordo...
Tania Quintero, asilada política en Suiza desde 2003 habla a swissinfo de su experiencia y analiza la situación en su país.
«Van a ser cinco años de que se desató esa ola represiva, el 18 de marzo de 2003. Yo estaba en casa de Raúl Rivero. Le dije ‘voy para la casa porque a la mejor la Seguridad del Estado ya está ahí’. Llegué a las 8 de la noche, mi hijo llegó como a las 12. En esas cuatro horas empecé a sacar cosas porque estaba segura que a él, a mí, o a los dos, nos iban a venir a buscar….»
Para Tania Quintero, los problemas comenzaron el 8 de marzo de 1991 cuando la Seguridad del Estado detuvo a su hijo bajo la acusación de «propaganda enemiga». Iván incurrió en el «delito» de hablar con jóvenes que escribían en las bardas lo que pensaban y les era vedado expresar en voz alta: «¡Abajo Fidel!».
«Aunque quedó comprobado que yo era totalmente ajena a lo que hacía mi hijo, dejé de ser persona confiable».
En esa época, Tania Quintero, que se había iniciado en el mundo de la noticia desde 1974, era una periodista reconocida, con emisiones en la televisión.
Los desacuerdos de rutina
«Siempre fui muy critica y pensaba que así tenía que ser para lograr una sociedad cubana y un socialismo mejores. Tuve problemas, pero en el marco de una confrontación no violenta con los del partido. Había desacuerdos pero nunca provocaron que yo pasara a hacerme disidente».
Tras la detención de Iván durante dos semanas, las cosas cambiaron. Tania quedó literalmente «congelada». Le pagaban su salario pero le rechazaban todas sus propuestas de trabajo. Sus investigaciones para un documental quedaron sobre la mesa. «Me dí cuenta que había pasado a formar parte de una lista negra».
En 1995, Raúl Rivero funda la agencia Cuba Press, un espacio de periodismo no oficial, e invita a Tania a colaborar. «Yo ya no tenía nada qué perder porque llevaba cuatro años cobrando mi salario sin hacer nada. Ahí me hice periodista independiente en septiembre de ese año».
La expulsión de Tania del Instituto Cubano de Radio y Televisión se produjo en abril de 1996. «Dijeron que como yo tenía 54 años y tenía un historial de trabajo muy amplio, la Revolución iba a ser generosa conmigo, que me iban a dar una jubilación… pero no me dieron nada».
Preparada para la cárcel
…. aquel 18 de marzo, la periodista preparó un paquete para su hijo y otro para ella con desodorante, jabón, ropa interior, un mínimo de aseo personal, pero pasaron las horas y pasaron los días y no vinieron… Decenas de opositores corrieron otra suerte. Sin embargo:
«Para el 20 de mayo la Seguridad del Estado empezó a amenazarme, sobre todo a través de mis hijos. A mi hija la fueron a ver a su trabajo y a mi hijo lo citaron en una estación de policía. Dijeron que les daba pena conmigo pero que tenía que parar de escribir y que me fuera del país porque iban a condenarme a 20 años de cárcel, que yo ya no era tan joven».
Desde la prisión, el propio Raúl Rivero le envió un mensaje aconsejándole dejar la isla. ¿Irse, pero a dónde? ¿A Estados Unidos cuando el conflicto de Cuba era justo por culpa de ese país? ¿A España pese a las tensiones con el gobierno de Aznar y de la Unión Europea en general?
Asilo político en Suiza
«Se me ocurrió Suiza precisamente porque es neutral, porque no es parte de la Unión Europea. Cuba nunca había atacado a Suiza. Una amiga me dijo donde era la Embajada…»
En alrededor de un mes la Confederación Helvética otorgó el asilo político a Tania, a sus dos hijos y a su nieta (9 años). Para finales de noviembre la familia estaba en Suiza, salvo Iván que decidió quedarse con su compañera y su hija en la isla.
En Lucerna, Tania echa de menos su mar caribe, las delicias de su cocina, pero se siente bien. Radiante del éxito de su nieta en la escuela. Entusiasmada con el hecho de poder continuar su actividad periodística mediante un blog que comparte con su hijo. Ilusionada con la posibilidad de que los cambios en Cuba le permitan visitarla, aunque…
Machado Ventura, una decepción
«De verdad, yo tenía ciertas esperanzas con Raúl porque es un hombre aperturista. Ha hecho un buen trabajo al frente de las Fuerzas Armadas, una de las instituciones más eficientes que hay en Cuba, muy austera, y ha creado una economía militar que se ha querido llevar al resto de la economía cubana. Pensé que ahora iba a ser su momento porque siempre vivió a la sombra de Fidel».
Pero la designación de José Ramón Machado Ventura, veterano comunista considerado de línea dura, fue para Tania una gran decepción. «Es de los tipos más oscurantistas del buró político. Muy austero con todo el mundo, que odia las nuevas generaciones».
La conciencia tranquila
Para Tania Quintero, «el gran problema de Cuba es la falta de democracia: la falta de libertades, la existencia de un partido único». Reconoce empero que el gobierno de Fidel Castro llevó al país «por algunos buenos derroteros por ejemplo en la educación y en la salud pública».
Denuncia la pretensión de atribuir al bloqueo impuesto por Estados Unidos desde 1961 las dificultades del país. «Lo achacan todo al embargo, pero hay muchas cosas. Cuba es un desastre porque cuando vivíamos pegados a la Unión Soviética, con la tubería de petróleo abierta, se despilfarró mucho».
«Y la economía cubana, la libreta. El gobierno no ha podido tener planes agrícolas y pecuarios para que la gente no viva con sólo 6 libras de arroz por mes en un clima tropical. ¿Tu te imaginas lo que tuvieran los suizos en un país como Cuba…? ¡Es un desastre!»
«Pero a mí me queda la tranquilidad en mi conciencia de que cuando estuve ahí siempre lo dije, siempre fui muy critica porque tengo la mala suerte de decir lo que pienso, eso me creó siempre muchos problemas».
swissinfo, Marcela Águila Rubín
Tania Quintero Antúnez nace en La Habana el 10 de noviembre de 1942.
Se inicia en el periodismo en la revista Verde Olivo en 1974 y casi simultáneamente en la revista Bohemia.
En 1980 es condecorada con la Medalla de Plata de la Liga de Amistad con los Pueblos de la RDA.
De 1982 a 1994 trabaja en la Televisión Cubana como guionista, reportera y realizadora en las redacciones de Países Amigos y Programas Especiales; en la sección cultural de la Revista de la Mañana, el espacio Conversando, y el Noticiero Nacional, entre otros.
En septiembre de 1995 deja el periodismo oficial y se suma a la entonces recién creada agencia de prensa independiente Cuba Press.
«Fidel Castro es una persona muy egocéntrica. Llegó con muchas promesas de democracia que todos creímos. Prometió que iba a organizar elecciones pero comenzó a gustarle tanto el poder que empezó a eliminar a todo mundo a su alrededor».
«Prohibió las huelgas, nacionalizó todos los periódicos, dejó sólo el que sería el periódico Granma. Eliminó el ‘habeas corpus’, tribunales, jueces. Todo eso lo eliminó y creó un aparato represivo muy grande».
«Hay mucho descontento en Cuba, pero también hay gente fanática de Fidel y hoy mismo, si la mandan a incinerarse por Fidel y la Revolución, lo hacen».
«Creo que Fidel va a quedar con dos imágenes: la de un hombre que se enfrentó al imperialismo, a los Estados Unidos, y la del hombre que se aferró al poder y perdió toda perspectiva».
En cumplimiento de los estándares JTI
Mostrar más: SWI swissinfo.ch, certificado por la JTI
Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.