El UBS de nuevo bajo presión de Estados Unidos

Pese al acuerdo concluido el miércoles (18.02) con el UBS, el gobierno de EE UU ataca de nuevo al mayor banco suizo. El Credit Suisse, por su parte, toma medidas para evitar los mismos sinsabores.
El UBS no ha salido de la encrucijada. No obstante el acuerdo con vistas a evitar procesos penales por fraude fiscal, el Departamento de Justicia presentó el jueves por la tarde una nueva demanda contra el mayor banco helvético.
Las autoridades estadounidenses afirman que el UBS y el gobierno suizo omitieron comunicarles la identidad de 52.000 titulares estadounidenses de cuentas secretas y piden a la Corte Federal de Miami que ordene al UBS obedecer.
Sorprendente pero no inesperada
La nueva demanda del gobierno estadounidense es sorprendente, pero no inesperada. Sorprende porque, la víspera, el Departamento de Justicia había concluido un acuerdo con el UBS por el cual el banco aceptaba pagar una multa de 780 millones de dólares con el fin de evitar procesos penales. Para el derecho estadounidense el fraude y la evasión fiscales son actos criminales.
Por eso, esta nueva queja no es inesperada, ya que el acuerdo del miércoles preveía que en caso de que el gobierno estadounidense comprobara falta de cooperación por parte del UBS en la divulgación de los nombres de los titulares de cuentas, los procesos penales podrían proseguir.
La demanda presentada el jueves por la tarde introduce hechos nuevos. El número de titulares estadounidenses de cuentas que habrían disimulado sus activos al fisco es mucho más importante que la cifra señalada previamente por Washington.
La queja afirma que «hasta 52.000 clientes estadounidenses escondieron sus cuentas en UBS en violación del derecho fiscal», cuando las autoridades estadounidenses habían estimado previamente en 19.000 o 20.000 las cuentas secretas.
Importe total a la baja
En su querella, la dependencia estadounidense no explica cómo llegó a la nueva estimación, pero indica que 32.000 cuentas suplementarias están en metálico, y no en acciones o en obligaciones.
Otro hecho nuevo: si el número de titulares estadounidenses de cuentas secretas en el UBS es revisado al alza, el importe total de los activos, a la baja. En lugar de los alrededor de 20.000 millones señalados, se habla ahora de 14.800 millones de dólares, con base en un documento del UBS entregado al tribunal de Florida.
Pero sobre todo, el gobierno estadounidense afirma en su demanda que no obtiene la cooperación que había deseado por parte del UBS y las autoridades suizas, cuando el acuerdo del miércoles estipulaba, según el Departamento de Justicia, que el banco y las autoridades suizas «proporcionarán inmediatamente» los nombres de los titulares y los números de sus cuentas.

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Secreto bancario
Un contexto de recesión
«El gobierno suizo no ha proporcionado ninguno de los documentos investigados en el marco de nuestra demanda. Y no está claro cuándo lo hará o, incluso, si lo hará», acusa Barry Shott, director adjunto del Servicio estadounidense de Impuestos (Internal Revenue Service, IRS) en un testimonio bajo juramento que acompaña la queja del Departamento de Justicia.
Lo que está claro, en todo caso, es que este asunto está marcado por un contexto de recesión que castiga duramente a Estados Unidos y por sus ramificaciones políticas.
«En un momento en el que millones de estadounidenses pierden sus empleos, sus hogares y su seguro de enfermedad, es lamentable que más de 50.000 entre los más ricos de nosotros hayan tratado de escapar a su deber cívico y legal de pagar sus impuestos», declara John DiCicco, responsable adjunto del Departamento de Justicia y encargado de las cuestiones fiscales.
«Los expedientes fiscales internacionales son una prioridad superior y continuaremos persiguiendo con agresividad a los que disimulan activos en el extranjero «, añade, por su parte, Doug Shulman, dirigente del IRS. El caso UBS, subraya, «sirve de advertencia a esos individuos que deben ahora ponerse en regla con su gobierno».

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Tribunal Administrativo Federal
Muy mal visto
La soberbia actitud de algunos miembros de la élite estadounidense es particularmente mal vista en este tiempo de crisis.
La propia administración Obama advirtió lo anterior cuando dos personas propuestas para ocupar cargos públicos de importancia debieron retirarse porque tenían retrasos en el pago de los impuestos.
Credit Suiza toma la delantera
En ese contexto, Credit Suisse prefirió tomar la delantera. El otro gigante de la banca helvética confirmó el martes haber pedido a sus clientes estadounidenses que disponen de cuentas en Suiza rellenar y firmar un formulario del fisco estadounidense que permitirá al banco retener los impuestos del 28% que requiere el IRS.
En un comunicado, Credit Suisse indica que, a su conocimiento, no es objeto de «ninguna investigación» en Estados Unidos. Credit Suisse afirma también «observar todas las leyes, las reglamentaciones y medidas aplicables, actuales y futuras».
swissinfo, Marie-Christine Bonzom, Washington
(Traducción: Marcela Águila Rubín)
El Tribunal Administrativo Federal prohibió este viernes temporalmente la entrega de documentos de clientes del UBS a las autoridades de EEUU.
Así consta en un fax remitido a la Autoridad de Vigilancia de los Mercados Financieros (FINMA) y a los ocho clientes que recurrieron la decisión. Los afectados alegan que la entrega de sus datos tendrá consecuencias muy graves para ellos.
El Tribunal ha solicitado una respuesta de la FINMA de aquí al martes. El portavoz de la FINMA confirmó que los documentos fueron remitidos a EEUU el pasado miércoles. La FINMA, que declaró tomar muy en serio la decisión del Tribunal Federal Administrativo, tomará posición de aquí al 24 de marzo.
El secreto bancario suizo no se levanta por la evasión de impuestos, aunque sea a petición de un gobierno extranjero.
El hecho de no declarar o infravalorar los ingresos o los activos en la declaración de la renta no se considera un delito en Suiza.
Los suizos son únicos en cuanto a que atribuyen mayor importancia al respeto de la vida privada que a los impuestos.
Los bancos no tienen derecho a informar a las autoridades fiscales suizas, y todavía menos a las autoridades fiscales extranjeras.
Puesto que Suiza no considera la evasión de impuestos como un delito, no cumple ninguna petición de cooperación judicial (también conocida como asistencia mutua) procedente de otros gobiernos.
Hay que establecer una distinción clara entre evasión de impuestos y fraude fiscal.
El fraude fiscal (documentación falsificada, prácticas deshonestas) se considera un delito en Suiza.
En este caso, un juez competente puede levantar el secreto bancario y se puede desarrollar la cooperación judicial.

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