En el juego de la integración infantil
El objetivo primero de los cursos de integración al idioma para niños menores de 6 años es evitar el fracaso escolar y profesional de los jóvenes inmigrantes, en un pueblo donde casi el 21% de los estudiantes habla otro idioma que no es el local.
Las madres también están en el centro de atención en la inmersión al alemán, un esfuerzo esperado desde hace años por el personal docente en la comuna de Kerzers.
Cerin, Runarin, Daniel, Greg y Luis aprenden un idioma que no es el de casa cada tarde de viernes. Jolanda Girardin y Christine Comba dedican 90 minutos a los niños conversando, jugando, conviviendo…
«Hoy nos concentramos a algunos verbos divisibles como «auf-machen’ y ‘zu-machen’ (abrir y cerrar)», dice Girardin. Los niños abren regalitos, vuelven a cerrar las cajitas con los objetos encontrados y entre tanto, Runarin se ha enamorado de un alhajero en forma de corazón.
Las niñas, Cerin y Runarin provienen de familias turcas, Daniel es de origen macedonio, Greg es suizo francófono y Luis oye el dialecto alemán bernés y el español.
En el salón de juegos escuchan y juegan en sus primeras palabras en alto alemán que les servirán de mucho a la hora de ingresar al jardín de niños, para después dar el paso a la escuela primaria.
En 2006 inició este curso para los niños y, en un sitio aparte, para las madres de los pequeños. Theres Blondel y Jolanda Girardin, ambas inmersas en la vida escolar de la comuna, fueron las precursoras de su establecimiento, aunque ya varias voces del personal docente local habían expresado la inminente necesidad de acercar a los niños y las madres inmigrantes al idioma alemán.
Para evitar el fracaso escolar
«En este grupo de juegos, los niños establecen a menudo sus primeros contactos sociales fuera de la familia, aprenden sobre el trato en grupo, intentan expresarse y por ello se disponen a hablar y aprender su primer vocabulario. De esta forma, este idioma no será nuevo en el primer día de escuela. Los niños que se confrontan en la edad preescolar al alemán tienen mayores oportunidades de absolver con éxito sus estudios», asienta Girardin.
Si bien es cierto que en Suiza la integración es un tema público muy discutido, en muchos poblados apenas se están dando pasos para seguir la posición gubernamental actual: el idioma local debe ser promovido y exigido en los extranjeros.
Palabras y hechos siempre se separan por una zanja de impedimentos normalmente financieros, tanto por parte de algunos inmigrantes, que poco o nada invierten en el aprendizaje del idioma y viven encerrados en sus comunidades de origen, y por parte de las autoridades locales, que dentro de su presupuesto no ven cabida para subvencionar los cursos.
Pero los bolsillos federales y comunales empiezan a cobrar esa indiferencia de los esfuerzos compartidos para la integración: desempleados de largo plazo, estudiantes que al final de los estudios no encuentran empleo por falta de calificaciones, receptores permanentes de ayuda financiera por parte de las autoridades, etc.
Y como todo en la Suiza federalista, la integración ha sido hasta entonces asunto comunal o cantonal. En el caso de Kerzers, la subvención de cursos de integración a través del idioma parece llegar tarde en comparación con otros puntos más urbanos de Suiza, pero en la provincia, resulta innovadora.
Problemas a partir del quinto o sexto de primaria
La razón y origen de esta oferta, en voz de Jolanda Girardin, quien además de hacer las veces de monitora en el curso de los niños, coordina el Grupo de Trabajo Integración Kerzers, que reúne a representantes del gobierno comunal, de la Universidad Popular de la región de los Lagos, de las diversas comisiones relativas al mundo escolar local y de la población inmigrante en Kerzers.
«Trabaje en las tareas escolares con niños de primaria y allí observé que aquellos que no tienen conocimientos del alemán en la edad preescolar, tienen problemas a partir del quinto o sexto año.»
«Cuando vi a los niños tres años después de terminada la primaria sin encontrar trabajo, sin quehacer o tomando drogas en la calle, tuve claro el esfuerzo y la dificultad que tuvieron en su proceso de aprendizaje hasta el sexto año, para después encontrar bloqueado el camino .. Por ello quise organizar este tipo de cursos, para que los chicos inmigrantes y sus familias se puedan integrar en un pueblo como Kerzers.»
Los afectados conforman una minoría, ¿Vale la pena el esfuerzo dirigido a ese grupo de inmigrantes que no tienen contacto con el idioma? «Aunque sean pocos los niños con ese déficit, estoy convencida de que también para ellos debe encontrarse una solución.»
Girardin sabe que el curso no es la solución completa, pero es un camino: «Es importante que los niños acudan al curso semanal, aunque sería mejor que la inmersión al idioma fuera a edad más temprana y más veces a la semana para tenerla más fácil en la escuela e incrementar sus posibilidades para encontrar un empleo después.»
swissinfo, Patricia Islas Züttel
El alemán es uno de los cuatro idiomas nacionales de Suiza, además del francés, el italiano y el romanche.
En la parte mayoritaria del país predomina el alemán.
El lenguaje escrito es el llamado alto alemán, el idioma de comunicación en las escuelas, los medios de comunicación, las autoridades y la lengua estandar también en las vecinas Alemania y Austria.
LOS DIALECTOS ALEMANES-SUIZOS:
En el área germanófona de Suiza, la comunicación coloquial se realiza a través de los diversos dialectos que existen de acuerdo a la región -bernesa, zuriqueza, friburguesa, valesana, etc.- que en general casi todos comprenden, aunque hay diferencias particulares.
están dirigidos a:
-principiantes
-personas con algunos conocimientos del alemán
-menores de 6 años y sus madres.
Los cursos están respaldados financieramente por las autoridades comunales.
Los asistentes a las clases de principiantes y avanzados pagan de su bolsillo una inscripción semestral de 360 francos (20 clases de 90 minutos)
El curso para niños y sus madres tiene un costo semestral de 240 francos, una cuota que busca estimular la participación de los grupos más vulnerables a la marginalización.
La organización suiza Pro juventure aportó al curso para los pequeños una pantalla de ordenador ‘touch screen’, para que los niños puedan tocar con el dedo la pantalla y señalar así las respuestas a los juegos didácticos del método Kon-Lab diseñado para aprender la fonética germana de manera lúdica a través de dibujos y sonidos.
El 79,3% habla alemán en casa (356 alumnos)
El 20,7% habla como primiera lengua un idioma extranjero (93 alumnos)
Los grupos principales de estudiantes de primaria extranjeros son los provenientes de los balcanes -40 albanos, 9 macedonios y 3 bosnios- y los portugueses con 25 alumnos.
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