En la Amazonia para repensar el mundo
El Foro Social Mundial vuelve al país que lo vio nacer: se celebra del 27 de enero al 1° de febrero en Belém (Brasil), a la par que el encuentro de Foro Económico Mundial en Davos, Suiza. La cita altermundialista reunirá a miles de participantes, entre ellos una delegación suiza.
La capital del Estado del Parà, con un millón y medio de habitantes, es una de las principales puertas de entrada a la selva amazónica, una zona «bajo constante presión de fuerza salvaje del capitalismo», como indicó en una entrevista al diario ginebrino ‘Le Courrier’ el fundador del Foro, Antonio Martin, aludiendo al trato irresponsable que recibe el bosque brasileño.
Tal vez por ello, la región amazónica es terreno fértil para los movimientos sociales, como el Movimiento de Trabajadores Sin Tierra (MST) o la comunidad radical ‘quilombolas’,
Nuevo impulso
La vuelta del Foro al país que lo vio nacer –las primeras ediciones se llevaron a cabo en Porto Alegre-, deberá devolver la mirada al movimiento altermundialsita. En Belém se reunirán cerca de 100.00 personas, representantes de 4.000 organizaciones y movimientos sociales de 150 países.
Después de la edición 2007, que concluyó con un balance claroscuro (57.000 participantes en Nairobi y algunas críticas por la calidad de los debates y el costo de la inscripción al foro), el foro ‘anti-Davos’, como se le ha definido en contraposición a la reunión de los líderes mundiales en la estación alplina helvética, llega con nuevos bríos.
La crisis que atraviesa la economía mundial ha dado un nuevo impulso al movimiento social y a las organizaciones civiles, que desde hace diez años denuncian las consecuencias negativas del capitalismo y la globalización.
Crisis económica
«Este sistema mundializado ha mostrado todos sus límites», subraya Peter Niggli, director de la organización Alliance Sud y miembro de la delegación helvética en Belém.
«De este foro espero esencialmente dos cosas: por un lado, saber en qué medida todos estos movimientos sociales pueden influir en la política de sus países; y, por otro, ver si hay propuestas para contrastar la crisis y modificar la arquitectura financiera».
El senador ecologista Luc Recordon, único parlamentario que integra la delegación suiza en Belém, no espera soluciones milagrosas: «No creo que el Foro sea un lugar donde nazcan ideas, sino donde se difunden y se debaten».
Para los movimientos sociales y las organizaciones civiles, un encuentro como el organizado en Brasil resulta importante porque les permite estar al corriente de lo que sucede en otras regiones del mundo y, sobre todo, de entablar una rica red de contactos.
«Gracias al Foro pudimos establecer relaciones con sindicalistas de otros países, en particular, aquellos que se ocupan de temas en los que están implicadas multinacionales con sede en Suiza. Por ejemplo, invitamos al país a sindicalistas filipinos de Nestlé y logramos ponerlos en contacto con la central de la multinacional», explica Rita Schiavi, delegada de Unia, la mayor organización sindical suiza.
Dar prueba de imaginación
«El Foro es una especie de bazar de ideas que permite ampliar los horizontes. Es un punto de encuentro en el que se puede obtener información sobre campañas pasadas o en preparación», agrega Peter Niggli.
«Es también un punto donde se pueden promover nuevas actividades. En el pasado, por ejemplo, el Foro sirvió de plataforma para lanzar la ‘Tax Justice Network’, una red mundial que lucha contra la evasión hacia paraísos fiscales y cuyas solicitudes ya han influido en la ONU y en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico».
Blanco de críticas por haber generado pocas ideas concretas, por haberse concentrado, sobre todo, en iniciativas locales y por haberse limitado a una vaga crítica del neoliberalismo, el Foro Social Mundial se confronta hoy al reto de «superar rápidamente una cultura política que privilegia la denuncia», declara Antonio Martins.
«La gente necesita respuestas concretas, debemos dar prueba de imaginación». Esta tierra que ha inspirado a tantos soñadores, ¿podrá también ser fuente de inspiración para los altermundialistas?
swissinfo, Daniele Mariani
(Traducido del italiano por Patricia Islas Züttel)
Cincuenta personas la conforman.
Entre ellas, representantes de organizaciones civiles, sindicatos, algunos periodistas, un miembro de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), un senador y algunos políticos comunales o cantonales.
Antes del inicio del Foro, la delegación se reunirá con integrantes de organizaciones locales que reciben ayuda al desarrollo de Suiza, así como con políticos y activistas brasileños.
En el marco de las celebraciones, la ONG E-changer celebra su 50 aniversario con un taller sobre cooperación norte-sur.
El Foro Social Mundial (FSM) fue organizado por primera vez en 2001 en la ciudad de Porto Alegre.
La manifestación nació como respuesta al Foro Económico Mundial de Davos, que se realiza en el mismo periodo en la estación alpina suiza.
En sus ediciones 2002, 2003 y 2005, el FSM se realizó también en Porto Alegre.
En 2004, la sede fue Mumbay, en la India.
La sexta edición se celebró en varios puntos del mundo: en Caracas, Venezuela, Bamako, Mali, y Karachi, Pakistán.
La más reciente edición se realizó en 2007 en Nairobi, Kenia.
Este 2008, vuelve a Brasil, pero esta vez en Belém.
El lema de todas las ediciones ha sido ‘Otro mundo es posible’.
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