Aliar el italiano al alemán para salvarlo
Maloja es un pueblo ubicado a 1 850 metros sobre el nivel del mar, forma parte de la comuna de Bregaglia, pero geográficamente se halla en la Alta Engadina. Aquí, el alemán ha ido ganando terreno al italiano. Para salvar del cierre a la escuela local, y por iniciativa de la población, el distrito jugó la carta de la enseñanza bilingüe de inmersión. Una década después, el instituto ostenta el Premio Escolar Suizo 2015.
“Si yo fuera alcalde, hospedaría a los refugiados en mi ciudad”, declara Massimo, uno de los tres estudiantes del sexto año a los que el maestro de italiano, Mario Krüger, pidió elaborar frases para ejercitarse en el uso del imperfecto del subjuntivo y el condicional, mientras que sus compañeros de cuarto y quinto practican con otros tiempos verbales.
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Surgida espontáneamente de la boca de un niño de 13 años, la frase es emblemática del espíritu de apertura y tolerancia que prevalece entre los estudiantes de la escuela bilingüe italiano-alemán de Maloja. Un rasgo que advierten los docentes de la institución que cuenta actualmente con seis alumnos de jardín de infantes y 15 divididos en dos multiclases de primaria.
“Aquí los niños viven todos los días en un microcosmos de diferentes lenguas, diferentes culturas, diferentes nacionalidades, diferentes religiones, donde todos son aceptados y ninguno se considera mejor que el otro”, lo que influye en su actitud. “Para ellos es natural aceptar a cada uno como es”, dice la profesora Bianca Geronimi, al término de una lección de matemáticas con los tres educandos del primer año y los cinco de segundo.
Geronimi imparte alemán y, en la lengua de Goethe, matemáticas, geometría y geografía. Mario Krüger enseña las otras materias en la lengua de Dante. Los dos dan clases en la escuela bilingüe de Maloja, desde su creación en el curso escolar 2005/2006. Y ambos están convencidos de que la educación bilingüe de inmersión es el modelo escolar ideal.
“Permite a todos los niños, desde el más dotado al ligeramente minusválido, lograr una óptimo multilingüismo. Por supuesto, el bilingüismo no transforma a un niño débil en un genio, pero le permite entender y expresarse mejor en varios idiomas”, dice Geronimi.
Conciencia del valor de las lenguas
Tal capacidad la encontramos al conversar con los niños. “Tengo siete años. En casa hablo portugués, pero en la escuela aprendí también italiano y alemán”, dice Adriana con orgullo y en perfecto italiano. Agrega que el alemán es su materia favorita. Descubrimos más tarde que la locuaz chiquilla de primer grado, con la que charlamos durante el descanso, es una alumna de la clase de integración.
Podemos confirmar igualmente esa ventaja al reunirnos con estudiantes de cuarto y quinto grados. Tras la lección de inglés, los cuatro chicos explican que en el aprendizaje de este idioma, les ayuda el conocimiento del italiano y el alemán. Sobre todo en la comprensión del vocabulario: en inglés hay palabras que se parecen al italiano y otras al alemán, nos dicen. Una ayuda importante porque “me gusta el inglés, pero es un poco difícil”, como precisa Max, quien habla en casa italiano y el dialecto de Bregaglia.
Letizia, de lengua materna portuguesa, nos comenta que la lengua de Shakespeare es su materia favorita, mientras que el alemán le cuesta “un poco” de trabajo. Pero la chiquilla de quinto grado piensa que vale la pena hacer el esfuerzo, porque para la formación futura “es importante saber idiomas”.
Gracias al sistema de educación bilingüe, los alumnos de Maloja logran un nivel muy alto de alemán, confirma su profesora de inglés Annemieke Buob. Políglota, la maestra también da clases en la escuela secundaria de Stampa – inglés, alemán y ética – donde puede advertir las diferencias al comparar los conocimientos de estudiantes que han asistido a una escuela primaria en italiano con el alemán como segundo idioma.
Las ventajas de una institución pequeña
Un hecho que no es de extrañar luego de observar que la enseñanza bilingüe se inicia aquí desde el jardín de infantes. Muchos niños no tienen como lengua materna ni el italiano ni el alemán y en la escuela es donde tienen su primer contacto con los dos idiomas, explican Barbara Selva y Martina Giovannini, las dos maestroa que enseñan, respectivamente, en italiano y alemán. Actualmente, de los seis estudiantes, tres son de lengua materna portuguesa.
Premio Escolar Suizo
Establecido en 2013 por el Foro Bildung, el Premio Educativo Suizo fue asignado por segunda vez en el 2015.
Recompensa las “instituciones que tienen un desempeño superior al promedio y logran resultados pedagógicos ejemplares”.
Entre las motivaciones de la adjudicación, el jurado afirmó que la institución de Maloja “muestra claramente que una escuela muy heterogénea puede crear una fuerte cohesión a través de métodos de enseñanza flexibles y creativos”.
“El primer año sirve sobre todo para establecer contactos, ambientarse, escuchar y aprender a reconocer el idioma, sentirse tranquilo, seguro, tener el valor de intentar hablar en otra lengua. Todo ocurre de manera natural”, dice Giovannini.
El hecho de tener pocos alumnos, hace que las dos profesoras los conozcan bien y apliquen estrategias individuales, adaptadas a las dificultades y potencialidades de cada niño. Además, en el pequeño centro educativo, estudiantes y profesores de jardín de infantes y primaria se conocen, comparten espacios y actividades recreativas. Eso facilita en gran medida la transición al nivel superior, indican las maestras.
Premio de Excelencia a nivel nacional
El Premio Escolar SuizoEnlace externo es compartido y ha sido asignado a la escuela primaria, porque se divide en categorías.
Para la directora de escuelas primarias en la comuna de Bregaglia, Elena Salis-Negrini, se trata de “un reconocimiento al trabajo realizado durante los primeros diez años” y “un incentivo para continuar”. Esto certifica que la escuela de Maloja es “un buen modelo, que puede ser tomado como ejemplo a nivel nacional”.
En el fondo se trata de un premio para Antonio Walther, que luchó contra las autoridades para la creación de esta escuela bilingüe. El expresidente de la Comisión Escolar todavía recuerda que la calidad de la escuela había quedado demostrada porque tuvo que superar una serie de pruebas, y que el proyecto fue acompañado científica y didácticamente por expertos.
Los conocimientos de los estudiantes fueron evaluados y comparados con los de otras escuelas de la región. Solamente cuando se demostró que los alumnos de la escuela bilingüe de Maloja tenían conocimientos superiores en alemán y los mismos niveles en el resto de las materias que los alumnos de otras escuelas, el cantón de los Grisones concedió la autorización final.
Así que hoy en Maloja, por un lado se mantiene el italiano, que es aprendido por los niños de otras lenguas maternas, y, por el otro, todos los niños adquieren el alemán, es decir, el lenguaje que les permite continuar su educación o formación profesional en la Engadina.
Día Internacional de la Lengua Materna
El 21 de febrero fue proclamado por la UNESCO como ‘Día Internacional de la Lengua Materna’. La fecha conmemora el levantamiento de 1952 en Dacca, (otrora Pakistán oriental y actual capital de Bangladesh), en defensa del bengalí, que fue reprimido con sangre. A partir de ese entonces se puso en marcha el movimiento que llevó a la independencia de Bangladesh en 1971.
El propósito de este día es promover la diversidad lingüística y cultural en todo el mundo. La UNESCO subraya que la promoción de las lenguas maternas sirve “también para aumentar la conciencia sobre las tradiciones lingüísticas y culturales en todo el mundo y para inspirar una solidaridad basada en el entendimiento, la tolerancia y el diálogo”.
Traducido del italiano por Marcela Águila Rubín
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