Ese saber que divierte
El Museo Suizo del Juego ofrece un apasionante viaje por la historia a través de 5000 años de entretenimientos.
«Es el museo familiar por excelencia, puesto que el juego es un maravilloso mediador entre las generaciones», explica la propia institución, situada en las medievales instalaciones del castillo de la Tour de Peilz, en un entorno privilegiado a orillas del Lago Leman entre Montreux y Vevey.
En una superficie de 550 metros cuadrados y con alrededor de 3.600 piezas extraordinarias, el Museo sintetiza los afanes informativos y lúdicos en forma tal que los visitantes corren un enorme riesgo: el de querer permanecer en su interior.
La exposición permanente de la institución, inaugurada en 1987, tiende a mostrar, a través de piezas raras y de gran calidad, la riqueza inagotable del juego. A su vez, las muestras temporales se centran en aspectos particulares de ese fenómeno de todos los tiempos.
«El universo del juego es tan vasto como nuestra galaxia y tan variado como cada uno de los jugadores que lo practica», señala la institución en su texto informativo en el que hace la siguiente clasificación: juegos de estrategia (el ajedrez o las damas); de azar (los dados, la ruleta) y aquellos de habilidad física que van desde los orígenes de la humanidad con la caza, por ejemplo.
De azar, de espíritu, didácticos
Enumera también los juegos de simulación (aquellos de representaciones o los monopolios); los de espíritu, que recurren a la reflexión para resolver enigmas o reinventar formas y los juegos educativos, muy preciados por los pedagogos.
A través de las visitas a las diversas salas del museo (250 en total), los niños podrán descubrir cómo esos juegos con los que ahora se divierten tuvieron su origen en épocas pasadas, a veces remotas.
Sus volúmenes quizá eran mayores o sus técnicas menos evolucionadas, pero al fin de cuentas constituyen los ancestros de esos preciados útiles actuales de distracción.
De acuerdo con el texto del Museo del Juego, los orígenes de ese fenómeno no están totalmente clarificados, pero parecen ligados a la aparición del hombre sobre la tierra. Aparentemente los primeros juegos estuvieron vinculados con la caza y se remontarían entonces a las primeras civilizaciones, es decir, a la friolera de hace 5.000 años.
Hacia el año 2.700 AC los hombres habrían inventado los primeros juegos de reflexión «evolucionada» con la fabricación de piezas ligadas a los cultos funerarios que se encontraron, por ejemplo, en las tumbas de Tutankamón y otros faraones.
Edad Media, escasos testimonios
En lo que toca al lapso comprendido entre finales de la Antigüedad y durante la Edad Media quedan pocos testimonios en la materia. Los tratados, como aquellos de Alfonso V de España, describen sin embargo los juegos del siglo XIII.
Empero, con el descubrimiento del Nuevo Mundo y la creación de la imprenta, el Renacimiento proporciona un nuevo impulso a los juegos.
El Siglo de las Luces y la Revolución Industrial impactarán en la creación de nuevas formas lúdicas en Europa, que deja de ser una cuasi mera receptora de los juegos de Oriente. En adelante, todo el mundo tiene derecho a participar en los llamados juegos de sociedad. «¡Hasta las mujeres!», subraya el museo.
La democratización se extiende. El uso generalizado del papel permite la proliferación de los rompecabezas. Las restricciones se reducen y se crean nuevas formas de juego. Con dinero, por ejemplo, y nacen los casinos. Los juegos evolucionan en paralelo con el devenir humano.
De ese paso por la historia dan cuenta las piezas del museo: desde reliquias procedentes de un pasado lejano hasta los modernos «Game boy» en sus variadas formas.
La exposición da cuenta de las diversas formas de juego a través del mundo, de la influencia entre ellas, de los juegos prohibidos … un universo enorme al que los visitantes asisten no solamente en calidad de espectadores, sino como parte activa. En realidad, un paseo a no perderse.
Marcela Aguila Rubín
En cumplimiento de los estándares JTI
Mostrar más: SWI swissinfo.ch, certificado por la JTI
Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.