Helvetica: claridad, lógica y sencillez en tipografía
Sí, tal y como su nombre lo indica, esta admirada fuente es 100% suiza y fue creada por Max Miedinger, nacido justo hace un siglo en Zúrich.
El ‘Disseny Hub de Barcelona’ (DHUB) dedica una muestra a esta famosa fuente -considerada por muchos la más conocida del mundo- que se prolonga hasta el 7 de marzo.
Los comisariados de la exposición en Barcelona, la Fundación Comunicación Gráfica y Laura Meseguer, asesora en tipografía del DHUB establecieron como objetivo de la exhibición “el mostrar la irrebatible repercusión de la Helvetica en el ámbito de la comunicación visual contemporánea”.
Este tipo de letra, de 53 años de edad, se mantiene como un referente y a la vez, con el paso de los años, demuestra su gran capacidad de reinventarse en manos de los nuevos tipógrafos que la insertan con múltiples tendencias y sensibilidades estéticas.
Si bien la exposición en Barcelona tiene un apartado dedicado a una selección de trabajos locales con el uso de esta fuente, también se ocupa de un espacio para la investigación histórica.
«La exposición ‘Helvetica. ¿Una nueva tipografía?’ ha debido extenderse un mes más, a causa de la buena respuesta del público», señala Mària Suàrez, responsable de comunicación del DHUB, quien advierte que «especial interés han tenido las escuelas para que sus alumnos realicen la visita guiada de la muestra, lo que obligó a prolongarla».
El recorrido sigue una línea cronológica con el objetivo de mostrar a los interesados el repaso secuencial tanto de los antecedentes como de los acontecimientos más relevantes que contribuyeron al surgimiento de la Helvetica.
En ese contexto, Max Miedinger recibió el encargo de rediseñar la fuente de palo seco de la fundición de origen suizo Haas. De este modo, en 1957 nació la Helvetica.
”Apariencia amable y feliz”
De este modo, durante la segunda parte de siglo XX uno de los tipos más populares en el mundo occidental fue la Helvetica, desarrollada por la fundición Haas. Más tarde Haas se unió con la empresa de equipamiento para impresión Linotype, con lo que se promovió fuertemente la Helvetica.
Hoy día incluso la Helvetica y sus diversas raíces se encuentran a la cabeza de las ventas de las licencias de uso de las fuentes de Linotype.
Los tipógrafos reconocen en la Helvetica un tipo de letra que traduce el sentido progresista de la sociedad actual.
“Un icono de la escuela suiza de tipografía, la Helvetica se difundió por el mundo del diseño durante los años sesenta y llegó a ser sinónimo de las actitudes modernas, progresistas y cosmopolitas. Con su apariencia amable y feliz y sus líneas limpias, fue alabada durante un tiempo, tanto por el mundo corporativo como el del diseño, como una fuente casi perfecta que se podía usar para todo. ‘Cuando haya duda, utiliza la Helvetica’ fue una regla general”, señala el diseñador gráfico Mark Simonson, en una colaboración a la página unostiposduros.com.
El mensaje de la forma
¿Puede una tipografía ser política?, fue la pregunta a responder durante la reciente conferencia a cargo del estudio holandés Experimental Jetset en el museo barcelonés.
Una actividad que se sumó a la proyección del filme Helvetica realizado en 2007 con motivo de los 50 años de esta fuente por Gary Hustwitl.
El realizador de dicho documental centra su atención en este ícono del diseño suizo de la década de los años 60 y 70 y cómo ha extendido su poderío en el entorno urbano tanto de Europa como América, un modo de mostrar que no sólo el contenido, sino también la forma de una letra connota un mensaje.
“Muestro la Helvetica en acción en diversas grandes ciudades del mundo y a la gente que en su vida diaria interactúan con esta letra”, explicó en su momento a swissinfo.ch el propio Gary Hustwit sobre su trabajo visual en torno a la popular fuente de letra, orgullosamente suiza.
La presentación del documental – que ejemplifica cómo este tipo de letra ha escrito historia sobre la relación humana con los objetos y los mensajes que habitan el espacio público-, incitó un buen número de visitantes, según refiere la portavoz del museo, Mària Suàrez, en el marco de una muestra “que ha despertado un interés más allá de lo habitual”.
Patricia Islas Züttel, swissinfo.ch
El grafista y tipógrafo Max Miedinger (1910-1980) concibió la escritura Helvetica por mandato de su antiguo empleador, el empresario fundidor de letras Haas en Münchstein (Basilea) en 1957. La empresa fue adquirida más tarde por alemanes.
La licencia de escritura llevó inicialmente el nombre de Haas Grotesk. Luego, en 1960, fue rebautizada como Helvetica.
En 1983, la fundidora alemana Stempel modernizó la escritura con la Helvetica Neu.
La empresa Linotype es la que actualmente administra las licencias de la familia Helvetica, carácter con una docena de variaciones.
El documental Helvetica, de Gary Hustwit, recoge conversaciones con prestigiosos diseñadores que reflexionan sobre el trabajo creativo, las decisiones estéticas y las repercusiones políticas implícitas en el uso de una tipografía.
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