Homenaje español al escenógrafo Adolphe Appia
El padre del espacio escénico moderno es objeto de una exposición en el Círculo de Bellas Artes de la capital española.
40 obras originales, bocetos y dibujos, procedentes del Museo Suizo del Teatro de Berna, componen la muestra del artista ginebrino, precursor de la escenografía actual.
El madrileño Círculo de Bellas Artes, una de las instituciones de mayor tradición y presencia en la vida cultural de la capital española, ofrece hasta el próximo 9 de junio una muestra de la creatividad artística del escenógrafo suizo.
“Adolphe Appia. Escenografías” es, en palabras del comisario de la exposición, Ángel Martínez Roger, un “merecido homenaje y reconocimiento a su rica y poética aportación” al mundo teatral.
La exposición, realizada en colaboración con la Fundación ProHelvetia, reúne obras procedentes en su totalidad del Museo suizo del Teatro, ubicado en Berna.
Se trata de 40 bocetos originales para óperas como la Walquiria, Tristán e Isolda, Fausto o El Rey Lear, que abarcan la trayectoria artística del creador suizo, desde 1892 hasta 1926, dos años antes de su muerte.
La exposición, que ha tenido una excelente acogida entre la crítica especializada, cuenta además con distintas recreaciones en maqueta de sus “espacios rítmicos” y un DVD que recoge sus montajes escénicos wagnerianos.
Trascendencia en el mundo teatral
“Los directores actuales de teatro son tan deudores de Appia como lo son los pintores de Cezanne o el cubismo”, señaló el comisario de la exposición durante la rueda de prensa inaugural.
La aportación teórica del artista ginebrino lo sitúa en la vanguardia de la modernidad y, sin duda alguna, el alto contenido estético de sus diseños escenográficos es lo que aun consigue emocionar al espectador actual.
Appia fue un renovador teórico que redujo sus escenografías a esquemas arquitectónicos, creando una síntesis de la cultura constructiva occidental sin caer en la necesidad de realizar referencias temporales o iconográficas concretas, como había hecho habitualmente el historicismo decimonónico.
“Sus atmósferas”, nos explica Martínez Roger, “fueron siempre una invitación al sosiego; en ocasiones resultan subacuáticas por su silencio, otras se nos antojan como la caricia del viento en un mundo en calma”.
Renovación teatral
Junto al inglés Edward Gordon Craig (1872-1966), Appia sentó las bases de la renovación del espacio escénico, prisionero de una concepción pictórica e ilusionista de la escena que propiciaba la dispersión de la acción dramática.
Para superar ese divorcio, Appia propondrá una nueva jerarquía que reordene los elementos escenográficos a escala humana. El actor se situará ahora en la cima de esa jerarquía, al tiempo que el escenario se convertirá en un aliado que le facilitará el ejercicio de su poder de expresión.
Para ello diseña un espacio con plataformas de distintas alturas y escaleras que se apoderan de la profundidad de la escena y permiten al actor ampliar considerablemente en el
ámbito de actuación.
Appia fue también el primero en comprender las enormes posibilidades de la iluminación y aprovechar la recién inventada luz eléctrica para animar un espacio que hasta entonces consistía en una mera iluminación de actores y decorados pictóricos.
Una vida gris
La existencia de Adolphe Appia tuvo poco que ver, paradójicamente, con el deslumbrante mundo del teatro y las candilejas. Su biografía está exenta de sucesos apasionantes o de aventuras ricas en acontecimientos que puedan explicar por sí mismos el significado del mundo teatral.
Nacido en el seno de una familia de origen piamontés, asentada desde comienzos del S. XIX en Ginebra, el joven Appia crecerá en la severidad de un ambiente de marcado carácter calvinista, que entrará en conflicto con su natural artístico.
Durante su vida visitará en diversas ocasiones el manicomio, donde finalmente acabará sus días. La contradicción entre su forma de sentir y su manera de pensar hicieron decir al gran Meyerhold que Appia era un suizo de lengua francesa y mentalidad alemana.
Se inició en el estudio de la música en Ginebra, ampliándolo después en París. Fue en la capital francesa donde entró en contacto con el teatro y donde sintió la necesidad de aportar un aire nuevo al arte dramático.
En 1895 publicaría “La puesta en escena del drama wagneriano”, una colección de bocetos y proyectos de iluminación para 18 óperas del genio de Bayreuth, que haría tambalearse la escenografía clásica, al tiempo que sentaba las bases de la regeneración del espacio teatral.
swissinfo, J. Wolff, Madrid
El Círculo de Bellas Artes de Madrid, ofrece una muestra de la creatividad artística del escenógrafo suizo.
-40 dibujos originales componen la muestra sobre la obra de Appia.
-La exposición del Círculo de Bellas Artes ha contado con la colaboración de ProHelvetia y la participación del Museo Suizo del Teatro, que ha prestado la totalidad de las obras originales expuestas.
-La exposición recorre a través de 40 obras y una veintena de maquetas la trayectoria artística del escenógrafo suizo.
-Adolphe Appia es considerado como un emblema de la regeneración de la escenografía teatral, adelantándose en más de medio siglo a su tiempo.
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